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Chakra sigue viva

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Reconozco que es muy gratificante escribir una entrada con doble temática y recibir tantísima retro-alimentación por parte de los lectores. El último artículo nacía con el propósito de llamar la atención sobre la situación que atraviesa mi distribución GNU/Linux favorita y recabar ideas en pos de la elección de un sistema estable en el que asentarme definitivamente, – “El Dorado” del “distro hopper”, ¿llegará algún día? – habiendo obtenido una enorme participación, como en los buenos tiempos del “blogueo linuxero”. Siendo todas las respuestas realmente valiosas, he de destacar una en particular, pues parece que el texto llamó la atención de los desarrolladores de Chakra, uno de los cuales tuvo a bien dedicar algo de su valioso y escaso tiempo en poner los puntos sobre las íes a la opinión de un servidor. Lo hizo, como en Chakra es habitual, con tremenda delicadeza y todo el respeto, buscando informar y nunca polemizar, lo que siempre ha sido seña de identidad en esta comunidad de usuarios. Y conforta pensar que eso perdura.

Como también tranquiliza conocer de primera mano la realidad del estado de las cosas en Chakra. El responsable de la cuenta de Twitter de la distribución – tal vez el señor Kolokotronis, no estoy seguro de esto – expuso sus argumentos en inglés, obviamente, y es por ello que me veo en la obligación de hacer una traducción de su mensaje para toda la comunidad hispanohablante que no domine dicha lengua:

¡Hola Enrique!

¡Gracias por tu artículo y por tu genuino interés en Chakra durante tanto tiempo!

La nueva “iso” incluirá alguno de los cambios más grandes en la historia de Chakra: el paso a Plasma 5, una reestructuración de los repositorios y un nuevo instalador: Calamares. Es un momento muy importante para Chakra y todos estamos emocionados. Esperamos que sigas a bordo y disfrutando de nuestra distribución, con sus momentos buenos y malos. No dudes en contactarnos directamente cuando albergues inquietudes similares sobre Chakra, estaremos encantados de responder a todas tus preguntas. En el futuro, intentaremos comunicar mejor lo que ocurre entre bastidores en Chakra, de manera que los usuarios entusiastas permanezcan informados y al día.

Aquí tienes algunas respuestas a los asuntos mencionados en el artículo, con la esperanza de que ayuden a entender la situación un poco mejor:

¡Toda ayuda es poca! No importa tu nivel de conocimientos, si estás interesado en ayudar a Chakra puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de guiarte y orientarte en tus primeras contribuciones. Todos nuestros colaboradores actuales son antiguos usuarios de Chakra que decidieron echarle una mano a su distro favorita.

Chakra siempre ha contado con una comunidad activa, diversa y dinámica, de todo el planeta. Los colaboradores realmente sacan horas de su tiempo libre para ayudar en el desarrollo de algo que es importante para ellos, y esto es algo que apreciamos mucho. Y, por favor, no olvides que todos somos humanos y podemos estar ocupados, enfermos, irnos de vacaciones, o incluso olvidarnos. Todo ello puede hacer que el desarrollo sea lento, pero en ningún caso significa que Chakra esté abandonada. Siempre puedes echar un vistazo a nuestro “git” y nuestras listas de correo de desarrolladores y empaquetadores:

http://git.chakraos.org/
https://groups.google.com/forum/#!forum/chakra-devel
https://groups.google.com/forum/#!forum/chakra-packagers

La pérdida de algunos desarrolladores importantes ha sido, en muchas ocasiones, dura, y es cierto que hemos atravesado algunas épocas difíciles y dolorosas. Pero el número de desarrolladores de Chakra no ha disminuido, de hecho ha aumentado con el paso de los años. Hoy en día, Chakra no depende de una o dos personas, sino que trata de reorganizarse como una comunidad de colaboradores, lo cual además mejorará su sostenibilidad en el futuro. Nuestros colaboradores activos actuales provienen de casi una docena de países (China, Alemania, Italia, Holanda, España, Suecia, Suiza, Taiwan, Reino Unido y Estados Unidos).

A causa del próximo lanzamiento de la “iso” con Plasma 5, nuestros repositorios están prácticamente congelados y no se admiten nuevos paquetes. Ello está provocando, por supuesto, que se retrasen algunas actualizaciones (incluyendo los controladores gráficos), pero es el único modo de garantizar que estén bien probados.

Muchas distribuciones tienen informes de error abiertos desde hace muchos años, incluidas aquellas que cuentan con desarrolladores a sueldo. Los errores pueden seguir abiertos por todo tipo de razones. El error al que enlazas en el artículo no se ha investigado más, probablemente debido a que kde4-workspace estaba llegando al final de su ciclo de vida.

La clasificación de Distrowatch puede manipularse con el lanzamiento de nuevas “isos” y buscando maneras de permanecer activo en las noticias. Desde luego que entendemos que una posición baja en Distrowatch probablemente significa que menos usuarios se verán atraídos por Chakra, pero aún así, únicamente publicamos una “iso” cuando existe una buena razón para hacerlo.

¡Perdón por escribir en inglés! =)

La réplica es lo suficientemente clara como para extenderme mucho más sobre ella. Conviene aclarar que, a título particular, encuentro las explicaciones bastante convincentes y estoy de acuerdo en todo lo que se expone. Da la sensación de que lo que falla actualmente en Chakra es la comunicación con el usuario, que muchas veces no sabe muy bien hacia dónde se dirige la distribución. Aquí he de reconocer que el fallo es mío por no acudir a consultar los grupos de noticias, si bien también es verdad que mucho de lo que allí se escribe es de un nivel técnico que no todos podemos entender bien. Pero está claro que la cantidad de mensajes y la bulliciosa actividad no denotan en absoluto una distribución en sus días finales. Chakra tiene que dar mucha guerra todavía.

Y yo que me alegro. Y, como yo, espero que también lo hagan la panda de entusiastas a los que me refería en el anterior artículo (Jairo, Miguel-Anxo, Javier y compañía). Congratulados todos, vamos con la parte alícuota de culpa que me toca.

Siendo Chakra mi distribución favorita durante años y teniendo este espacio en la red, con mayor o menor seguimiento, considero que en muchas ocasiones he evadido mi responsabilidad. Ojo, una responsabilidad que siento yo y nadie más me impone. Hablar de Chakra no da visitas, porque no es una distribución de masas, esto está bastante claro. La mucha o poca difusión de una distribución GNU/Linux es, en gran parte, resultado de los usuarios desinteresados que se encargan de darle pábulo. Lo hacía en su momento Malcer, con la colaboración de Tete Plaza y Kote, en su blog dedicado a Chakra. Y lo he hecho yo en bastantes ocasiones, no hay más que ver el mogollón de artículos que llevan la etiqueta de la distro… Pues se ve que no ha sido suficiente y hay que trabajar más duro.

Alguno se preguntará para qué quiere Chakra tener más usuarios. En mi modesta opinión, cuanta más gente use la distribución, más rapidez en la detección de errores, más paquetes en CCR y, en general, mayor sentimiento de comunidad importante y con poder de decisión. A mí se me caen los palos del sombrajo cuando entro en los foros y veo la escasa actividad. No digamos ya en la comunidad de Google (doscientos y pico usuarios), sobre todo en comparación con otras comunidades a las que pertenezco. Todo eso te lleva a pensar que Chakra es muy minoritaria y casi insignificante, pero luego ves que se lanza una campaña para recaudar fondos… ¡que se completa en menos de un mes! Es entonces cuando piensas: “aquí hay algo que no me cuadra”.

En resumidas cuentas, reitero mi agradecimiento a los desarrolladores por tomarse el tiempo de aclarar las dudas entre la comunidad hispanohablante de Chakra. Y hago propósito de enmienda, tras la confesión, de intentar permanecer informado de lo que se cuece y hacerlo llegar, en la medida de lo que la difusión de mi blog me permite, a todos los interesados por el presente y futuro de esta pequeña pero a la vez grandiosa distribución.

¡Salud y Chakra para todos!


Probando Plasma 5 en Kubuntu y KaOS

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Dicen por ahí que Plasma 5 ya es lo suficientemente estable para ser usado como sistema de escritorio principal. Es una afirmación que he leído en varios frentes y a varias personas, siendo el administrador de Muy Linux una de ellas. Uno, que es perro viejo, recuerda experiencias frustrantes con escritorios recién implementados: las primeras versiones de Unity en 2011, por ejemplo, que eran lamentables en casi todos los sentidos, o los primitivos KDE 4, de evidente relación con el tema que tratamos hoy. Puesto que el equipo de Chakra sigue trabajando en el limado de asperezas y puesta a punto de la nueva “iso” Fermi, a la espera de la “Release Candidate 3” me he decidido a comprobar por mí mismo el estado de madurez de Plasma 5. Lo hago, además de por la razón habitual, que no es otra que la curiosidad, por tener algo con que comparar a la mencionada Chakra Fermi, pudiendo así detectar errores de serie de KDE (los llamados “upstream”) y diferenciarlos de los fallos propios de la distribución.

Puestos a realizar la revisión, pensé en la reciente Kubuntu Wily Werewolf, con Plasma 5.4, como la primera candidata. Ahora mismo estoy trabajando desde mi Ubuntu 14.04.3, con total comodidad y ningún sobresalto, con lo que pongo el parche antes de que salga el grano: las pruebas serán en máquina virtual, que para hacerse una idea de lo que funciona y lo que no, me parece más que suficiente. Comencemos, pues, con el repaso.

Kubuntu 15.10 Wily Werewolf: poco que revisar

Mi último contacto con Plasma fue con motivo del artículo en el cual recomendaba un modo de probarlo en Chakra, repositorio “testing” mediante. Al iniciar a la sesión en vivo en Kubuntu 15.10 no aprecio grandes cambios, si acaso la desaparición de ciertos parpadeos, muy molestos, que solía notar, y un inquietante lapso de tiempo, digamos treinta segundos, entre el inicio de sesión y el momento en que se termina de mostrar la barra de tareas. En ella echo a faltar un icono de estado de la red, ya sea cableada o inalámbrica. El caso es que un hueco en la barra de tareas me hace sospechar que debiera estar ahí y ocurre algún error que hace que no se muestre correctamente.

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Sí, hay una actualización, pero ¿y el icono de red?

Otro error lo encontré en el apartado de notificaciones, donde una barra de progreso que rebota y rebota hasta el infinito impide que aparezca nada más.

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Las notificaciones se quedan en una barra que rebota en un bucle infinito

Por último, decidí seguir el consejo del sistema e instalar los controladores propietarios, que en este caso son las “Virtualbox Guest Additions”, para poder correr Kubuntu Wily a pantalla completa. Craso y determinante error.

Tras reiniciar, la barra de tareas ha desaparecido y no puedo hacer gran cosa en el escritorio. Únicamente se me permite hacer clic en la caja de herramientas de la esquina superior izquierda, pero poco más. Al poco rato, la máquina virtual se cierra, con el estado de “abortada” y un error en Virtualbox. Al tratar de volver a iniciar la máquina, consigo entrar, pero como se puede ver en la imágen que acompaña este párrafo, hay pocas opciones disponibles.

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Ya no hay barra de tareas… el Wily Werewolf y sus errores groseros

Decido que este Kubuntu no LTS es bastante inestable para usar en Virtualbox, así que me tendré que buscar otra distribución de pruebas. Fin de la revisión… ¡sí que ha sido rápida! ¿Qué distribución escoger para ver los avances de Plasma 5? Pensando un poco la cuestión, hay otra distro que tiene a KDE como su razón de ser, además de Chakra y a ella me remito. Kubuntu, además de los errores sufridos, da todo el tiempo una impresión de inestabilidad, una sensación de que algo le falta. Igual somos yo y mis manías, pero del mismo modo que hay distribuciones donde se disfruta trabajando o navegando por la red, en esta Kubuntu Wily estaba deseando salir pitando del sistema para no volver.

KaOS: esto es otra cosa

¡Cómo se nota la dedicación que le pone Anke Boersma a su obra! Desde las primeras pantallas de la sesión en vivo, pasando por el instalador Calamares – sencillo, pero con muchas explicaciones para usuarios noveles – el Plasma 5 de KaOS no tiene nada que ver con lo que conocía hasta ahora. Me gusta el tema claro, noto una leve mejoría en el renderizado de fuentes y una mayor fluidez de la que pude constatar en Kubuntu.

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Preciosa pantalla de entrada a KaOS, con un magnífico aspecto profesional

El icono de conexiones de red está presente y todo encaja con perfecta armonía en la barra de tareas. Algo así es lo que espero ver, con sus diferencias de estilo, claro está, cuando esté lista Chakra Fermi.

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La belleza de esta distro es indiscutible: Plasma 5 reluce más en KaOS

Octopi nos recibe con más de 200 actualizaciones, algo lógico teniendo en cuenta el carácter de “extreme rolling release” de KaOS. Las notificaciones también funcionan correctamente aquí.

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Descargando actualizaciones y probando el funcionamiento de las notificaciones

Con solo unos minutos de uso, me doy cuenta de que este Plasma 5 de KaOS es una historia absolutamente distinta. Mucho más refinado. Manifiestamente mejor que el de Kubuntu, de aquí a Lima. Me faltaba la prueba de fuego: instalar las “Virtualbox Guest Additions” y tratar de correr la distribución en pantalla completa. Sin embargo, antes de siquiera poder hacerlo me encontré con un “crash” de algunos elementos de Plasma 5 y la imposibilidad de reiniciar o apagar desde el escritorio. Tocó hacer un “hard reset” de la máquina virtual… ¡ay, Plasma 5!

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La mariquita de KDE ataca de nuevo… como en los peores tiempos de KDE 4

Para colmo de males, cuando instalé las “Guest Additions” no se produjo ninguna diferencia. Es decir, no hubo catástrofe como en Kubuntu y el escritorio seguía siendo usable, pero no conseguí que funcionase a pantalla completa, pese a seguir instrucciones del foro de KaOS. Y en uno de los reinicios, todavía peor: desapareció también el icono de red de la barra de tareas.

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Esto del icono de red va a ser cosa del “upstream”, después de todo

Más allá de este contratiempo, cuyo origen parece estar en el “upstream” de KDE, ¿por qué el renderizado de fuentes es tan horrendo por defecto? En mi equipo, al menos, las tipografías se ven poco definidas en Plasma 5, como difusas, tanto en Kubuntu como en KaOS, con cierta ventaja para la segunda. De todas formas, toqueteando en el módulo de configuración “Preferencias del sistema”, en el apartado “Tipo de letra”, escogiendo el renderizado “RGB”, con “hinting” suave logré una considerable mejoría. Los paquetes de Infinality no están disponibles para KaOS, al menos no en los repositorios o en KCP, de modo que me quedé con las ganas de probarlos.

Por lo demás, echo en falta algunas cosas, como el plasmoide meteorológico de “Yet Another Weather Plasmoid”, cuya ausencia espero que sea subsanada con el tiempo. Por ahora, disponemos de un par de alternativas, con pronósticos y condición suministrados por el Instituto Noruego de Meteorología y por Yahoo. No están nada mal, pero no llegan a la altura de “Yawp”, al menos en mi opinión.

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Exhaustiva información meteorológica con el “plugin” para Plasma 5

¿Es usable Plasma 5?

Me queda mucho que investigar y que batallar, me temo, con Plasma 5. Les doy a los desarrolladores de Chakra el beneficio de la duda, pero me parece a mí que no va a ser sencillo alcanzar los niveles de calidad de las últimas “isos” con este entorno de escritorio. Aun así, supongo que podría acostumbrarme a usarlo, por más que la estética “flat” que se impone hoy día no sea del todo de mi agrado… Aunque, a decir verdad, en KaOS queda bastante bien, con una integración muy adecuada entre tema de escritorio e iconos. Por poner un ejemplo en negativo, encuentro bastante feo el aspecto de Windows 10. Me imagino que estoy anticuado en mis gustos, cual abuelo Cebolleta. ¿Véis lo que digo? Con solo usar una expresión como esta última estoy reafirmándome en mis argumentos… Por si acaso, espero poder seguir contado con mis iconos trasnochados de siempre – KFaenza – en CCR.

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Los servicios de Dolphin siguen estando disponibles, aunque había leído que no era así

El sistema, al menos en KaOS, parece bastante usable, pero con pequeños errores que no llegan a ser ni molestos. De modo que debo estar de acuerdo con la opinión del señor Pomeyrol en Muy Linux: Plasma 5 va a mejor y es una opción más a considerar, pues los fallos que presenta en este momento no arruinan la experiencia de usuario. Es de esperar que se limen esos pocos bordes ásperos y se consiga un entorno similar en calidad al de las últimas versiones de KDE 4, que todavía pueden disfrutarse en Debian, Linux Mint o Kubuntu 14.04. De igual modo, también he de coincidir con Martin Gräßlin, quien en un artículo en su blog, señalaba la importancia del eslabón más débil de la cadena. Resumiendo sus argumentos: dejen de protestar y quejarse por la calidad de Plasma 5. Tiene errores, pero no todos son responsabilidad de sus desarrolladores, siendo algunos consecuencia de un mal empaquetado o compilación, algo achacable a cada distribución GNU/Linux. Lo vemos hoy aquí, con un Kubuntu vs KaOS.

Y eso es todo desde Virtualbox. Ya veremos si, llegado el momento de probar Plasma 5 en hardware real y no virtual, todo va tan bien. Controladores Catalyst, Steam, la impresora… mis típicos problemas en GNU/Linux, para abreviar. Pero esa historia es para otro día, cuando Chakra Fermi haya hecho su aparición. Hasta entonces, amantes de Plasma 5, no les aconsejo Kubuntu y sí KaOS.

Salud

Historias corrientes

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La leyenda de la estabilidad. Así voy a llamar a partir de ahora a las ediciones con soporte extendido de Ubuntu. Os aviso de que no pretendo escribir un artículo para “rajar” de la distribución de Canonical, porque de ésos, está la red de redes llena. Solo describo mi experiencia personal con Ubuntu Trusty, que ha vuelto a devenir en un fallo inexplicable y de complicada depuración. A decir verdad, el que la solución fuese sencilla de localizar tampoco iba a suponer un atenuante, porque uno anda ya cansado de solucionar errores. Regresiones, “bugs”, problemas derivados del uso de “PPAs”… qué sé yo. Ni soy un gurú ni lo pretendo. Soy un tipo con poca paciencia, eso sí.

En mi última reestructuración del disco duro había recurrido a Ubuntu 14.04.3 como única distribución. En ella virtualizaba sistemas para hacer probaturas (Chakra vs Kubuntu, Arch instalado con Architect Linux, Windows…) y no quería saber nada más de instalaciones. Porque hasta el “distro hopping” tiene un límite, por muy enfermizo que sea. Pero resulta que GNU/Linux se empeña en que uno no pueda quedarse por mucho tiempo en una misma distribución, a no ser que se esté dispuesto a perder horas en depurar errores. Hay fallos, más o menos molestos, que se pueden tolerar, por supuesto. Pero os hablo del rey de los “bugs”: congelación del escritorio, sin posibilidad de salir del entorno gráfico a una terminal, sin más opción que pulsar el botoncito y reiniciar a lo burro. “Hard reset”, para los puristas.

La primera vez no le dí mayor importancia. La segunda, me cabreé un poquito. A la tercera, ya con la mosca detrás de la oreja, pensé en un fallo de hardware, posiblemente de la RAM, como causa más probable. De manera que inicié con el completo Grub de openSUSE, que sigue en mi disco externo, y efectué varias pruebas de memoria, con el resultado que os muestro en la imagen. Sin fallos aparentes.

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Los módulos de memoria están bien: el fallo es de Ubuntu

La actitud ante el error en GNU/Linux

Me ha pasado tantas veces ya, a distintos niveles de gravedad, que hace mucho que perdí la cuenta. El otro día llegué por casualidad a un artículo mío que había sido compartido en Taringa (no pongo enlace, solo faltaba eso) y había un comentario que me tocó un poco la fibra sensible. Decía el autor que mis artículos nada le aportaban, más allá de expresar mi indefinición absoluta e incapacidad para decidirme por una distribución. Me molesta un poco su afirmación, en el sentido de que no todos mis artículos versan sobre problemas en GNU/Linux, también hay muchos tutoriales, los cuales parece olvidar, cuya finalidad útlima es servir de ayuda. Pero tiene algo de razón en lo que afirma sobre mí: soy de gatillo muy fácil y no me tiembla el pulso a la hora de cargarme una distribución.

Pues bien, mal que me pese y aunque mil “taringueros” me acusen de veleta, no creo que pueda cambiar eso. Soy así, tengo que aceptarlo. A la tercera vez que Ubuntu se congeló, y una vez descartado el fallo de hardware, solo me quedaba mirar los archivos de bitácora (“logs”), del sistema. Así lo hice, sin encontrar nada que tuviese sentido para mí o que explicase los cuelgues.

Supongo que un buen “linuxero”, si es que existe tal cosa, acudiría a los foros de Ubuntu a preguntar, o abriría un informe de error para tratar de ayudar a Canonical a encontrar el origen del fallo. Si esto es así, yo debo ser un usuario horrible, porque me da una tremenda pereza hacer eso. Antes lo hacía, así que o bien me hago viejo o estoy demasiado quemado ya como para seguir con esa forma de actuar. Lo asumo, me levanto y lo digo: “soy un mal usuario de GNU/Linux, de los que solamente quieren que todo funcione y punto”.

La fiesta se acabó: a la hoguera

En todo el tiempo que llevo dando vueltas por distribuciones GNU/Linux varias, se puede encontrar un punto de inflexión en cuanto a la actitud tomada: la adquisición del nuevo equipo con hardware AMD. Antes de eso, con mi Pentium IV de gráfica integrada Intel, la mayoría de cambios de sistema se debían a la curiosidad y al novelerío, sobre todo porque eran los primeros meses de uso de GN/Linux y andaba ávido de descubrir y aprender. Aquellos días se fueron hace mucho y solamente quedaron los problemas de compatibilidad con el hardware y las regresiones en distintos aspectos del sistema. Juan Martínez, alias “INDX”, redactor de Digital y Más y mi más antiguo lector – al menos, que yo recuerde – lo comentaba hace poco: “no podrás disfrutar del equipo en GNU/Linux mientras tengas el hardware que tienes”. Frase lapidaria que tendré que grabar en piedra, a ver si no la olvido.

Por el momento he pensado dejar de lado el “buenrrollismo”. Cortar por lo sano con algunas distribuciones que me dejan tirado una y otra vez, cuando no es por una cosa, por otra. En Ubuntu me fallaba el “wifi” hace poco, se arregló, y ahora se congela el escritorio. Todo ello en una edición de soporte extendido, donde se suponen pocos cambios, o si los hay, de poco calado. Uno, tal vez amparándose en el espíritu comunitario, no quiere ser demasiado duro con ninguna distribución, aunque en realidad, ésta en particular la desarrolla una empresa. En cualquier caso, me tiene harto: adiós, Ubuntu, que te vaya bonito. Te condeno a la hoguera de las distros GNU/Linux que no van bien en mi equipo.

Windows como negocio

Cambiando de tema, algunos sabéis que soy enfermero. Trabajo en las Urgencias de un hospital, con una contrato de jornada parcial desde hace algunos años. Tengo muchos compañeros, entre médicos, colegas enfermeros, auxiliares, celadores y personal de limpieza, pero pocos de ellos conocen mi pasado como estudiante de Informática o mi presente como bloguero “linuxero”. El otro día, mientras trabajábamos tras el mostrador de Observación, una de las torres se cayó de la plataforma que la mantenía separada del suelo y el equipo se apagó. Por mucho que os hayan contado que la Junta de Andalucía promueve el software libre, que si Guadalinex y demás, en su mayor parte esto es una falacia. En el Servicio Andaluz de Salud usamos un programa llamado Diraya, encargado en su día a una filial de HP – o eso me comentó alguien que decía haber trabajado en el desarrollo – que corre bajo Windows. Bajo XP, para colmo, en la mayoría de puestos, con alguna excepción que ejecuta Windows 7. Una apuesta por el software libre del Gobierno Autonómico del Partido “Socialista Obrero” Español, claro que sí.

Me centro, que estoy desvariando. Al caerse el equipo y apagarse, lo creáis o no, no había nadie en aquella sala de Observación capaz de solucionar el problema. Uno de mis compañeros aludió a mí, con el clásico “tú que estudiaste Informática” (no llegué a completar ni dos años, en realidad), como posible salvador de la situación. Me agaché, recogí la torre, volví a conectar los cuatro cables que se habían caído y a funcionar. Un par de mis compañeras que desconocían esta faceta mía me preguntaron si podría ayudarlas con sus equipos personales, que sufrían el típico mal del usuario inconsciente de Windows: lentitud exasperante y navegadores con muchas, demasiadas, barras de búsqueda.

Ya hace bastante tiempo que abandoné mi vertiente como evangelizador de la Iglesia de San Ignucio. La gente no atiende a razones y no quiere saber, en la mayoría de los casos, nada de sistemas con nombres raros o apariencia ligeramente distinta a los que han conocido siempre. Aun así, les hablé de un sistema que yo usaba y que no precisaba de antivirus, que no se degradaba con el tiempo y era mucho más seguro y respetuoso con la privacidad. Incluso les mostré unos pantallazos de Ubuntu, a ver si les atrapaba la estética moderna de Unity.

Lo adivináis, ¿verdad? No quisieron saber nada de eso y, a cambio, me ofrecieron un dinero por dejar sus Windows como estaban al principio. “¿Tú sabes como formatear el Windows?”, me espetó una de ellas. Pues entonces, ¡cállate y coge mi dinero!

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“Shut up and take my money!”

Este episodio me ha hecho pensar que, entre muchas otras razones, el negocio que supone pasarse la vida arreglando los desaguisados que los usuarios con poco o nulo conocimiento causan en sus sistemas Windows, hace inviable que algún día GNU/Linux llegue a ser el sistema de elección de la mayoría. Debe existir un mercado que mueve mucho dinero en base a esto. Y todos sabemos que el dinero manda. A lo mejor algunos de vosotros habríais optado por negaros a darles asistencia si no usan software libre… yo lo respeto, pero con eso no se compra comida, bienes o servicios. Opté por no insistir en las bondades de GNU/Linux, en parte porque no llego a fin de mes y un dinerillo extra siempre viene bien.

Escribo en parte porque, por otro lado, tampoco sabría qué distribución recomendar. Todas me han fallado en alguna ocasión. Todas sin excepción. Suena duro pero es cierto. Que tras años de uso de GNU/Linux todavía no pueda confiar en una distribución como para instalarla a un amigo o compañero con la seguridad de que todo irá bien, dice a las claras que algo está fallando. Entre mis familiares, solamente mi padre conserva Chakra, aunque usa más Windows porque prefiere Photoshop y Lightroom en su entorno natural, sin virtualizaciones o capas de abstracción que valgan. Mi suegro, a quien intenté en su día pasar a Linux Mint primero y Ubuntu después, también sufrió errores y tuve que hocicar con devolverlo al redil de Redmond. Mi cuñado, aunque todavía conserva una partición con SolusOS (vaya tino que tuve con mi elección), también pasa sus días en Windows, donde mi sobrina encuentra menos problemas a la hora de hacer sus deberes.

El retorno de la partición con Windows

De esta guisa me veo. Para darle la razón al “taringuero” en sus apreciaciones sobre mí, aunque no me conozca en absoluto, volví a instalar Windows para probar a actualizar desde mi Windows 7 legal al nuevo Windows 10. Esto es lo que pretendo hacer si, finalmente, mis compañeras deciden que les intente arreglar el desastre que tienen montado en sus propios equipos. Contando con que tengan las preceptivas licencias, que ya es mucho suponer…

¿Y qué pasa con GNU/Linux? Desterrado Ubuntu para siempre, mi corazón se debate entre tres posibilidades: mi aprecio por una Chakra que tengo la seguridad de que me va a fallar, porque Plasma 5 no está maduro del todo, me hace tenerla en consideración. Luego, mi experiencia con Linux Mint Rafaela me asegura que es mucho más estable que Ubuntu. Por último, mañana sale una nueva openSUSE, versión 42.1, que también me llama un poco, aunque con la tremenda duda de qué escritorio escoger, porque ésa es otra… La respuesta, por el momento, la dejo en el aire. Como Dylan.

Salud

PD: La imagen con los logos de Ubuntu y Windows la he tomado de PC World.

Primeras impresiones de openSUSE Leap 42.1

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Siempre creí que el dicho que reza “la primera impresión es la que queda” tenía mucho de cierto. Ocurre que el refranero es amplio y existen otras afirmaciones que pueden contravenir o reforzar lo anterior, como aquella de “siempre hay una excepción que confirma la regla”. Aunque no lo parezca, os vengo a hablar de mis primeras horas de uso del nuevo lanzamiento de la comunidad que desarrolla openSUSE, el rebautizado como Leap, con número de versión 42.1. Se trata de la primera versión que incorpora una base de la rama empresarial de la distribución, la conocida y venerable SUSE Linux Enterprise. En la propia web de openSUSE se la denomina distribución híbrida, que aúna lo mejor de ambos mundos para entregarnos una experiencia única dentro de GNU/Linux. Esto es sobre el papel, que luego será o no será.

Ya que mi disco duro principal se hallaba huérfano de distribución GNU/Linux – ¡sacrilegio! – pensé que era una buena oportunidad para tratar de establecerme de una vez por todas. Chakra, cuyo desarrollo sigue, como siempre, a paso lento pero seguro, ya está instalada desde hace meses en el portátil, por lo que no temo perder el contacto con la distribución y la comunidad. Así que me pareció oportuno instalar openSUSE, visto el buen resultado obtenido con mi verano del camaleón, donde apenas hube de lamentar un par de errores que he de reconocer que no me esforcé lo más mínimo en solucionar. El artículo de hoy no es la típica revisión que acostumbro a hacer en el blog, o más bien acostumbraba, porque apenas encuentro la motivación necesaria últimamente. Son solo mis primeras impresiones, aderezadas con auto-reprimendas por un comportamiento inaceptable a estas alturas de mi experiencia en GNU/Linux.

Instalando openSUSE Leap 42.1

Como muchos ya sabéis, en esta nueva etapa de openSUSE se han suprimido las imágenes de CD en vivo y la arquitectura de 32 bits. Lo segundo es algo que, tarde o temprano, tenía que suceder, pues el tiempo pasa y no se pueden destinar recursos eternamente a una arquitectura cada vez más obsoleta, por desgracia. Lo primero sí me parece una mala jugada, pues mucha gente se va a ver privada de poder probar de primera mano la experiencia “susera”, y tal vez ello les inhiba de instalarla.

No hay novedades reseñables en el instalador, como siempre fiable y completo. En mi caso, decidí dejar que me recomendase un particionado concreto y aceptar la propuesta. El directorio raíz, en BTRFS, mientras que el /home formateado en XFS. Confiemos en la experiencia de los desarrolladores.

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El esquema de particionado propuesto por openSUSE para mi disco duro

Lo que no se debe hacer: como elefante en una cacharrería

Vamos con la parte de la confesión: no me fiaba de Plasma 5, lo admito. Estuve hasta el último momento pensando qué entorno de escritorio instalar. Dudaba entre Gnome, Cinnamon y KDE. Gnome, en realidad, nunca fue una opción, porque por alguna razón no me acostumbro a él. Sé que se puede modificar al gusto de cada cual, pero nunca me he puesto en serio a ello. Cinnamon sí me gusta más, salvo que usarlo fuera de su hábitat natural (Linux Mint) me parece un riesgo por las distintas versiones de paquetes GTK que pudieran causar conflictos. Solo quedaba tragar saliva e ir a por KDE, con su Plasma 5.

Si bien la instalación fue perfecta, sin un solo pero que ponerle, nada más entrar a mi nuevo escritorio empezaron los problemas. Uno detrás de otro. Parpadeos continuos que hacían complicado el trabajo, ventanas que no renderizaban bien, inconsistencias groseras en el tema de iconos, falta del plasmoide de red, una pantalla totalmente negra al intentar cambiar de escritorio que me obligó a tirar de “tty” para reiniciar la sesión… Y alguna otra cosa que me dejo en el tintero.

¿Y qué es lo que había hecho yo hasta ese momento? Simplemente seguir mi guía de configuración de openSUSE (que era para la versión anterior), sin buscar ni una sola información, ni leer ninguna documentación. Un salto al vacío que incluía repositorios de Infinality, el de Packman y alguna actualización de seguridad que publicaron ayer por la tarde los desarrolladores de openSUSE. Me lié a instalar paquetes, a contestar preguntas sobre dependencias cruzadas a lo loco, como poseído por un espíritu que me obligaba a hacerlo todo rápido para poder tener el sistema listo en pocos minutos. Y claro, la cosa salió como salió.

Al irme anoche a dormir tenía en mente mandar openSUSE a paseo y refugiarme en la seguridad de la vieja y confiable Linux Mint. Afortunadamente, una consulta con la almohada me hizo recapacitar y llegar a la conclusión de que uno no puede actuar así… Las cosas, casi todas, hay que hacerlas bien, con tiempo y leyendo, si es posible, a quienes más saben sobre el tema. A pesar de que tenía unas directrices para la post-instalación que, amablemente, me había dejado Peter Checo aquí en mi propio blog, no seguí ninguna, con lo que me dí de bruces con un sistema donde no se podían ni reproducir los archivos MP3 y con problemas gráficos constantes que lo hacían inutilizable.

Arreglando el desaguisado

De modo que, ya más tranquilo, esta mañana me puse manos a la obra para tratar de desenmarañar el desastre que yo mismo, con mi actitud, había creado. Sorprendentemente no hizo falta hacer casi nada… al iniciar al escritorio los “glitches” y parpadeos habían desaparecido y todo iba suave como la seda. Para solucionar los problemas de “codecs”, solamente hube de instalar la paquetería recomendada por Peter Checo y cambiar todos los paquetes del sistema relacionados con el asunto a las versiones incluidas en el repositorio Packman. Aquí estoy, escribiendo desde openSUSE Leap 42.1 con absoluta normalidad. Desconozco el motivo por el cual desaparecieron los artefactos gráficos y el extraño comportamiento, similar al que observara en Kubuntu hace unos días. La cuestión es que hubo final feliz.

Ahora sí: mis primeras impresiones

Tal y como muchos afirmaban, Plasma 5 no es tan distinto de KDE 4. Estéticamente parece más refinado, más minimalista y con atención puesta a los detalles. Ciertamente, al menos en la versión empaquetada por openSUSE, se nota una mezcla extraña de iconos antiguos (Oxygen) y nuevos (Brisa) que no queda del todo bien. Fijaos en la imagen que acompaña a estas líneas y veréis a lo que me refiero. El fondo de pantalla por defecto me parece una maravilla que me trae recuerdos de Linux Mint Isadora (mi versión preferida de la distro de Clem y compañía), donde el negro y el verde predominaban con gran acierto.

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Una extraña mezcla de iconos que no queda bien

Más allá del tema estético, apenas noto cambios entre este openSUSE y la versión anterior. Sí que es cierto que la impronta en RAM es mucho menor, sin llegar a los 500 Mb de inicio, y aprecio el arranque y el apagado más rápidos. Por lo demás, las facilidades habituales que brinda la distribución para todo tipo de tareas, Yast mediante, además de los socorridos paquetes “1-click-install”, disponibles en la web de software.

Hablando de programas, openSUSE Leap 42.1 viene bien cargado de aplicaciones para ponerse a trabajar de inmediato (siempre que uno no la líe, como hice yo ayer): Firefox 41.0.2, Libreoffice 5, más toda la suite habitual de KDE (Amarok, K3B, Okular, Gwenview, Dolphin…), la mayoría en su versión 15.08. Entre los añadidos que ya he instalado sin incidencias, se encuentran Telegram, KDEconnect, Clementine, Transmission y Shotwell. Con Spotify no ha habido suerte, me arroja un error de librerías que tengo que seguir investigando. En cuanto al kernel, incluye el 4.1.12, sin la coletilla “desktop” que solía aparecer en el antiguo openSUSE.

Tan solo llevo unas horas de uso, mas de momento tiene muy buena pinta esta openSUSE “híbrida” entre SUSE y la comunidad. Tengo que hacer más probaturas, en especial en lo referente al tema gráfico, pero… resulta que mientras escribo estas líneas, el cartero me ha traído el generoso regalo de Yoyo Fernández, una NVIDIA Geforce GT 610, cuya instalación y uso me brindan material para un próximo artículo. Obviamente no tenía sentido probar los controladores Catalyst cuando estoy a punto de deshacerme, por fin, de lo que para mí ha sido una lacra en GNU/Linux. No puedo esperar.

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Presumiendo de escritorio, me encantan los tonos verdes y negros

Os recomiendo que probéis esta nueva versión de la distro del camaleón. Desde el DVD de instalación se puede optar por Gnome, KDE, XFCE y LXDE, aunque el resto de escritorios están a golpe de un par de clics de ratón. Eso sí, no os dediquéis a instalar a lo loco, sobre todo si no estáis familiarizados con la forma de proceder clásica de openSUSE, que difiere bastante de otras distribuciones. Esto no es Debian ni Arch, ni ninguna de sus derivadas, por lo que es bueno documentarse y seguir las indicaciones clásicas de “cosas que hacer después de…” específicas para esta versión de openSUSE.

Y, por supuesto, tratad de adoptar una actitud correcta, con el respeto que la distribución merece. Nada de ponerse a teclear, a tontas y a locas, sin saber muy bien qué se hace. Muchas veces me pregunto, cuando mi hijo se desespera ante una tarea en la que apenas acaba de iniciarse y piensa que debe dominarla de inmediato, sin esfuerzo alguno: “¿a quién saldrá este niño?” Acabo igual que empecé, con el sabio refranero que espeta: “dichosa es la rama que al tronco – ó al árbol – sale”.

Salud y – va por usted, Víctor – “have a lot of fun!!!”

Adiós a AMD: gracias, Yoyo Fernández

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Siguiendo con los refranes, que le voy cogiendo el gustillo: “de bien nacidos es ser agradecidos”. En un artículo de hace unos días, “Historias corrientes“, relataba un problema con Ubuntu 14.04.3, que provocaba una congelación en el escritorio, imposible para mí de solucionar o depurar. Al no conocer la causa, no hay posibilidad de culpar a un componente en concreto, – salvo a mí, el de detrás del teclado – pero por alguna razón las miradas se fueron a posar, otra vez, en mi chip gráfico AMD. Es una GPU A8 que integra una Radeon HD 6550D, con un rendimiento aceptable en Windows y pésimo en GNU/Linux. Por no hablar de los problemas derivados de la tardanza en sacar controladores compatibles con cada nueva versión de Xorg, que dificulta el uso de los Catalyst (los propietarios) en distribuciones de carácter “rolling release”, como Arch Linux.

En los comentarios del mencionado artículo, recibía una amable oferta del compañero bloguero “linuxero” Yoyo Fernández, de sobra conocido. Una de ésas que, como en la gran película de Coppola, no se pueden rechazar: una tarjeta gráfica Nvidia Geforce GT 610, con 1 Gb de memoria, a la cual él no tenía previsto dar uso alguno. Me la hizo llegar en apenas dos días, sin siquiera dejarme cargar con los gastos de envío. Sirva este artículo como reconocimiento y agradecimiento público a un acto altruista, algo tan infrecuente en los tiempos que corren. Grande, Yoyo.

Sobre la nueva tarjeta, comentaros que la instalé ayer, procediendo a anular en la BIOS del equipo el uso del chip integrado de AMD. Con ello, no solo he ganado en tranquilidad, sino que también recupero, por así decirlo, los 1024 Mb de memoria RAM que me “robaba” la gráfica integrada, lo que supone la principal ventaja de las gráficas dedicadas. El rendimiento obtenido es el esperado, pues había leído algunas comparativas por la red, como ésta que os enlazo.

Obviamente, la Radeon es una tarjeta más potente en principio, aunque no debemos olvidar que en mi caso es un chip integrado y no una gráfica dedicada. De cualquier forma, si uno lee las conclusiones de la comparativa, queda claro que la diferencia de potencia no es significativa en realidad. Además, como reza ese conocido eslogan, “la potencia sin control no sirve de nada”. Y el control, en este caso, viene determinado por la diferencia de calidad entre los controladores de una y otra tarjeta.

He estado probando la tarjeta en Windows 10 Home SL y en openSUSE Leap 42.1, distribución donde, por cierto, instalar los controladores es tan sencillo como añadir el repositorio e instalar los paquetes recomendados. En el sistema de Microsoft, con Football Manager 2014 no noto diferencia de desempeño, además de que las texturas negras que me impedían jugar desde la última actualización de los Catalyst con la anterior gráfica, han desaparecido. Decir, en favor de Windows, que instala automáticamente los controladores para la Nvidia al iniciar y detectarse el cambio de tarjeta. Eso sí, la versión que instala está algo anticuada, circunstancia de la que la propia aplicación de Nvidia se percata y soluciona en un periquete.

En Dead Island, el otro juego al que actualmente dedico algún rato libre, se percibe algo menos de fluidez, pero sin embargo he podido ajustar por fin la iluminación correctamente, cosa que no era capaz de hacer con la AMD. Vaya una cosa por la otra.

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He cambiado el Catalyst Control Center por Nvidia Settings, gracias a Yoyo

Con openSUSE, la diferencia es abismal. Puedo decir ahora, con total conocimiento de causa, que los controladores Catalyst para GNU/Linux son una auténtica calamidad en comparación con los propietarios de Nvidia. Puedo jugar a Football Manager en calidad media sin problema alguno, cuando los Catalyst me obligaban a usar la calidad baja, y con algún problema. Y, no se olvide, la Radeon es más potente que la Nvidia… queda claro que los controladores son los culpables de esto. Con Dead Island, la experiencia es similar a la obtenida en Windows. En cuanto al uso del escritorio, no hay diferencias notables. Quizás el renderizado de las fuentes lo noto algo distinto, como si estuviesen más redondeadas… tampoco me hagáis mucho caso, porque el paso del tiempo es inexorable y voy necesitando unas gafas nuevas.

En conclusión, sorprende bastante que una gráfica en principio inferior a otra se comporte mejor que ésta. No sé si los admiradores de AMD, que los hay, sabrían decirme el motivo. En mi opinión, sin ser un entendido en la materia, la calidad de los controladores – y, por ende, los desarrolladores de los mismos – deben ser el eslabón más débil en esta cadena, que propicia la ventaja de Nvidia sobre AMD. En Windows, la diferencia no es tan grande, pero en GNU/Linux alcanza cotas siderales.

Acabamos como empezamos, reiterando el agradecimiento a Yoyo por su regalo. Te debo una, compañero.

Salud

Chakra Fermi: excelente una vez más

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Lo han vuelto han conseguir. Los desarrolladores de Chakra han continuado con su proceder habitual, lento pero seguro, y el resultado es, de nuevo, una gran experiencia de uso. Tratándose de una distribución que entrega Plasma 5 en exclusiva, sin más alternativas que LXQt (si se es usuario aventurado), se podrá comprender que la empresa no ha sido en absoluto sencilla. Hace algunos meses se planteaba en los foros la opción de continuar dando soporte a KDE 4 o bien pasar directamente a sacar una nueva ISO con Plasma 5. La respuesta más numerosa de los usuarios – yo entre ellos – fue un sí al nuevo escritorio, pero cuando estuviese lo suficientemente maduro como para no suponer una experiencia infernal, a lo KDE 4 en sus inicios.

Y ha sido, a la postre, la decisión más inteligente. Al igual que ocurre con openSUSE Leap 42.1, esta Chakra Fermi es perfectamente utilizable en el día a día. Es cierto que aparecen algunos errores, pero insisto, como en el caso de la distro de Geeko, no suponen en modo alguno un menoscabo importante de la experiencia de uso. Es decir, se ha conseguido lo que se pretendía. Entre las novedades que incluye, este nuevo lanzamiento viene con el kernel 4.1.4, KDE 15.08.2, Plasma 5.4.2 (el 5.4.3 ya está en “testing” y llegará en una semana escasa), systemd 227, nvidia 352.30 (además de un par de versiones antiguas) y catalyst 15.5.

Por azares del destino, mi disco duro interno ha comenzado a dar muestras de desgaste. No entiendo por qué, si apenas lo he formateado mil veces… Ayer fui a entrar en openSUSE y no pude, debido a errores en la partición raíz, pudiendo comprobar mediante la utilidad “Smart” que existen varios sectores defectuosos ya. Disco peligroso, por tanto, susceptible de fallar totalmente en un futuro cercano. En el disco externo hay unas cuantas distribuciones, aunque no pude entrar a ninguna (“kernel panics” en Manjaro XFCE y KDE, supongo que no ha sabido manejar el cambio de gráfica), de modo que en este momento y aunque parezca mentira, Chakra es mi única distribución GNU/Linux. Os voy a comentar, como suelo, los aspectos positivos y negativos de usarla, tratando de ser lo más imparcial posible, algo que con Chakra me cuesta un poco más de trabajo de lo habitual.

El Plasma 5 de Chakra: Heritage

Amigo Jairo, tú tenías razón: KDE 4 y Plasma 5 no son tan diferentes. Es cierto que faltan algunas opciones, pero es cuestión de dar algo de tiempo al desarrollo para que alcancen a ponerse a la altura a la que estaban con la versión anterior. Chakra incluye el tema de escritorio Heritage, un nombre apropiado dado que es, básicamente, el Caledonia que Malcer nos dejara en herencia. Sigue luciendo igual de bien, pero si no eres de los que gustan de temas oscuros, Breeze viene también instalado para hacer lo más fácil posible el cambio. A mí me gusta tal y como viene, desde la pantalla de presentación hasta el fondo de escritorio. Estéticamente, Chakra continúa siendo una maravilla bajo mi punto de vista y el de muchos más, según he podido leer por ahí.

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Exceptuando mi borrosa cara, el resto es una maravilla

Algunos errores “upstream”

Uno de los motivos por los que instalé openSUSE, KaOS o Kubuntu fue poder comparar, llegado el momento de la salida de Chakra Fermi, y averiguar qué errores son propios de la distribución. Realmente no he encontrado casi ninguno de ésos. Más bien, faltan cosas que antes hacía Kapudan y ahora se deben realizar “a mano”, como levantar por primera vez el servidor de impresión o crear las carpetas de usuario. No tenemos notificador de actualizaciones tampoco, por lo que hemos de añadirlo (se llama “octopi-notifier”) a los programas que corren al inicio.

Mención aparte para el tremendo error que permite ejecutar “sudo” sin que se nos pida la contraseña del administrador. Por un descuido, los desarrolladores han mantenido en el sistema instalado la facilidad que solamente se debe permitir en el “Live CD”, dando como resultado este fallo garrafal del que daba cuenta, rápidamente, Carlos González en esta entrada de su blog. El error lo notifiqué lo antes posible en el foro y en el “bugtracker”, aunque a día de hoy todavía no ha llegado su solución al repositorio estable y sigue en “testing”. No sé por qué, la verdad. Considero que es un fallo crítico que hace muy vulnerable al sistema. Entiendo que existan políticas para el paso de paquetes de un repositorio de pruebas a otro estable, pero han de permitirse excepciones para casos como el que nos ocupa. En mi humilde opinión, claro.

De los errores achacables al desarrollo de Plasma 5, hay un par bastante irritantes que, en mi caso, solamente se reducen a uno. A veces – ocurre de manera aleatoria – uno cierra una instancia de Konsole y se encuentra con que se dispara la CPU. Konsole, pese a que no lo parezca, sigue en segundo plano y monopolizando uno de los cuatro núcleos del procesador. Ocurría también en openSUSE, por lo que deduzco que es cosa del equipo de desarrolladores de KDE, y a ellos corresponde solucionarlo. El otro error, yo no lo padezco, pero me consta que hay usuarios que sí: la desaparición aleatoria del plasmoide de red. En openSUSE no me desaparecía, sino que directamente ni siquiera se dejaba ver. En Chakra siempre está ahí, al menos en mi experiencia personal. Por otro lado, mi problema con Spotify en openSUSE no está presente en Chakra: se instala y ejecuta como la seda.

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Escuchando un clásico de Los Hermanos Dalton en Spotify

Pocos más problemas que reportar, si acaso los cierres de Dolphin, también aleatorios, al pulsar en “Configurar Dolphin”. O la ausencia de algunas acciones en el propio navegador de archivos, como las siempre útiles “Kim”, que pese a tenerlas instaladas no aparecen por ningún lado.

Soluciones para todos, no para unos cuantos

Veamos cómo corregir algunos de los comportamientos erráticos mencionados más arriba hasta conseguir que Chakra sea ese sistema magnífico que todos queremos en nuestro equipo. Otros no será posible corregirlos hasta que el equipo de KDE se ponga las pilas. Marchando una de soluciones variadas:

1 – No me gusta Qupzilla, he instalado Firefox y se ve feo. Hay que acordarse de instalar los paquetes oxygen-gtk2 y oxygen-gtk3, desde el repositorio extra. Viene activado por defecto, por cierto.

2 – No aparece el fantasmita de las actualizaciones. Tienes que añadir el programa octopi-notifier para que se ejecute al inicio de sesión. En el menú, “Preferencias del sistema”, módulo “Arranque y apagado”, sub-módulo “Autoarranque”. Damos a “añadir programa” y escogemos el mencionado.

3 – No se detecta la impresora. El servicio de impresión no viene habilitado por defecto. Abrimos un terminal (Konsole o Yakuake) y escribimos “sudo systemctl start org.cups.cupsd.service” para que se inicie y luego “sudo systemctl enable org.cups.cupsd.service” para hacerlo permanente.

4 – No viene instalado KDEconnect y no consigo que funcione el paquete del repositorio “desktop”. A mí, al menos, no me funcionaba. El que sí que va perfecto es el incluido en CCR, no la versión kdeconnect-git, sino la llamada kdeconnect-frameworks-git, mantenida por una de los desarrolladores de Chakra.

5- No se ve el icono de Skype en la bandeja del sistema. Se necesita el paquete lib32-sni-qt, que está en los repositorios oficiales.

¿Qué tal el desempeño gráfico, con Steam en mente?

Cuestión que a muchos le resultará irrelevante, pero que no lo es para los que solemos jugar en GNU/Linux, principalmente a través de la plataforma Steam. En primer lugar, es muy recomendable habilitar la opción de ignorar los efectos de escritorio en ventanas a pantalla completa. Esto permite ganar valiosos “FPS”. Se consigue entrando en “Preferencias del sistema”, módulo “Pantalla y monitor”, sub-módulo “Compositor” y marcando la casilla “Suspender el compositor en las ventanas a pantalla completa”.

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Steam funciona a la perfección en Chakra

En mi caso, con el estreno de la Nvidia Geforce GT610, el rendimiento gráfico es bastante bueno, mejorando el obtenido en openSUSE Leap 42.1. Esto no es nuevo en absoluto, pues siempre conseguí grandes resultados en Chakra, similares a los ofrecidos por Ubuntu, para mí ganadores en todas las comparativas. Y es algo que no solamente se aprecia en los “benchmarks” o directamente jugando en Steam, sino que ya se da a notar en el simple uso del sistema de escritorio para tareas cotidianas. Todo en Chakra es liviano y rápido.

Entonces Chakra, ¿merece la pena?

Bueno, como hemos repetido montones de veces, el único modo de averiguarlo es probando la distribución. Chakra tiene muchas cosas buenas y otras que no lo son tanto, como su política centrada en KDE que excluye ciertas aplicaciones GTK, aunque cada vez menos, la verdad. De hecho, como comentaba más arriba, el repositorio con dichas aplicaciones ya viene activado por defecto, lo que es un gran avance respecto a los tiempos de los “bundles“. Su mayor acierto es, para mí, el modelo de desarrollo “semi-rolling”, que permite tener aplicaciones de KDE en sus últimas versiones, manteniendo un núcleo del sistema que se actualiza menos a menudo. Y por núcleo no me refiero solamente al kernel, sino también al “stack” gráfico y los controladores propietarios.

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La vista de exposición de ventanas de Plasma 5 en Chakra

Otros aspectos que me gustan particularmente son los que tienen que ver con la comunidad y el contacto estrecho con los desarrolladores. Gente cordial, que podrá estar más o menos ocupada, pero que siempre responde las dudas con rapidez. El carácter democrático sigue presente, con multitud de canales que nos dan la oportunidad a todos – incluso a los legos en la materia – de participar en el devenir de la distribución.

Todas estas cosas ya las he comentado antes en muchos artículos, así que a los lectores habituales les parecerá un poco repetitivo. No se puede esperar otra cosa de un bloguero con marcada predilección por este sistema desde hace años, las cosas como son. Espero, cuanto menos, haber disipado algunas dudas sobre la nueva versión de Chakra, dedicada al Premio Nobel de Física, Enrico Fermi. Unos cuantos días de uso han bastado, en mi caso, para acabar de un plumazo con las reticencias. Chakra sigue siendo Chakra, y no hay Plasma 5, por inmaduro que esté, que pueda con ella.

Salud

El síndrome del linuxero aburrido

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Tal vez porque me dedico a la Enfermería o a lo peor porque soy muy novelero, el caso es que me encanta inventar nuevas definiciones patológicas para los comportamientos que observo en la gente que me rodea, además de en mí mismo. Esta semana se me ha ocurrido otra forma de proceder que se podría considerar de anómala o poco saludable, mientras dedicaba unos minutos a comparar mi actividad linuxera presente y la de hace 7 días. La diferencia entre ambos períodos de tiempo estriba en el trabajo que yo llamo “de la vida real”, ese que no se realiza frente al monitor sino en el particular campo de batalla de cada cual. El mío es un hospital, servicio de Urgencias, y cuando estoy allí, inmerso en el bullicio, nada más parece importar, hasta el punto que uno se adapta perfectamente a las herramientas informáticas de las que dispone. Y allí, os lo aseguro, todo es Windows. Cuando algo falla, por lentitud o por lo que sea, no dedico un segundo de mi valioso tiempo en pensar que con GNU/Linux todo sería diferente. Si hace falta recurro al viejo axioma informático: apaga y vuelve a encender, que ya se resolverá el problema por sí solo.

El artículo de hoy no va de Windows contra GNU/Linux, eso está ya muy visto y no conduce a nada bueno. Como os decía, se trata de pensar qué es lo que me lleva, cuando tengo tiempo libre de sobra, a caer en el “distro hopping” y en darle una importancia exagerada al más mínimo error para cambiar de distribución de cabecera. Pensándolo bien, este tema también está ya más que trillado… Cachis en la mar. Se me agotan las materias a tratar. Llevo tanto tiempo usando GNU/Linux que ya he hablado de casi todo lo que puedo hablar sin cagarla demasiado y que se me noten las costuras. Este blog casi siempre ha vivido de los análisis de distribuciones. Pero cuando no hay motivación, poco se puede hacer. Creo que en este asunto ya he dado más de mí mismo de lo que pensé que podría soportar. Estoy muy cansado… En fin, me temo que tendré que intentar de nuevo de dialogar con mi yo interior. Avisados quedáis.

Aburrido de instalar por instalar

Retomemos el hilo. Tenía instalado openSUSE Leap 42.1, que iba bastante bien, por cierto, salvo por el tema de no poder instalar Spotify (siempre, siempre hay un “pero”). En el disco externo, solamente tenía ya Chakra Fermi. Entonces hubo un error de lectura/escritura en el disco interno, que me impedía iniciar a la distro del camaleón. Sin siquiera agotar los intentos por solucionar el asunto, le instalé Linux Mint Rebeca encima… y volví a tener otra distribución más, pues ésta sí que funcionaba. ¿Por qué ésta y no otra? La realidad es que, con todo lo que disfruto de Chakra, no me fío demasiado de que algo pueda fallar en un momento determinado. Me ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. El “rolling” o “semi-rolling” tiene estas cosas. Hace tiempo que descubrí que necesitaba otra distribución más estable para compartir disco con Chakra, lo que ocurre es que la elegida entonces, Ubuntu, me falló un par de veces, la última de ellas congelando el escritorio.

Cuando ya había dedicado unas cuantas tardes a instalar y configurar Chakra Fermi, instalar y configurar Linux Mint Rebeca y arreglado el ordenador con Windows de una de mis compañeras de trabajo (me costó lo suyo, por cierto) llegó el momento en que se desató el síndrome. ¿Y ahora qué hago? Tal vez debería intentar solucionar este problemilla de Transmission en Chakra, o ver si un cambio en el “artwork” hace que se vean un poco mejor las fuentes, que no me gusta este aspecto que tienen en Plasma 5… ¿Y si intento otra vez compilar la suite acestream para CCR? No, mejor vamos a echar un vistazo a la nueva “iso” de Antergos.

Acabé instalando dicha distribución en una partición libre que me había quedado en el disco externo y no me había atrevido a eliminar. Pasé otra tardecita configurando Antergos Gnome. Qué fluida y qué bien va todo. Anda, como en Chakra y Linux Mint. Entonces, la gran pregunta: ¿por qué y para qué?

Observando a mi alrededor, entendido como el ecosistema linuxero que me rodea, veo frecuentes cambios de escritorio o distribución, fugaces retornos a Windows, y este tipo de actitudes en la gran mayoría de la gente que he conocido a través de la red. Sálvese quien pueda, victorhck y Juan Carlos Senar, los usuarios más fieles que una distribución pueda desear. Sé que no todos ellos se lo toman tan a la tremenda como hago yo. No lo vivo como algo saludable, sino patológico. Un molesto “run-run” que te recuerda que no pareces tener control sobre lo que haces. Que es como una huida hacia adelante, un intento estéril de llenar un vacío de tiempo con el que no sabes qué hacer. El linuxero que se aburre tiene que buscar errores en su distribución o recurrir a eso de “la hierba siempre es más verde en el jardín del vecino”.

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Para colmo, y dando la razón al comentario de Windousico hace unos días, la instalación de Antergos causó un “kernel panic” al intentar entrar en Chakra. Últimamente cualquier cambio en el grub provoca este efecto, para ser sinceros. Segunda vez en la última semana que tuve que recurrir a “chroot” para arreglar el desaguisado. Uno va sumando horas ante la pantalla, un tiempo que repercute en la salud. Calambres, cervicalgia y un extraño estado ansioso del que no está contento con su proceder. ¿Merece la pena todo esto?

Aburrido de los errores

Y luego está el peor aburrimiento de todos: la intolerancia para con el error. Ejemplos de esto tenemos todos a porrillo, solo que la mayoría de las veces, la relevancia que le damos al problema es directamente proporcional a las ganas que tengamos de cambiar de distribución. Elijan ustedes cualquiera de mis épocas, cualquiera de mis distros preferidas, que les cuento una pléyade de errores. Ahora mismo, por ejemplo, en Chakra Fermi:

  • El icono del wifi, de buenas a primeras, empezó a desaparecer y lo siguió haciendo aleatoriamente en días posteriores. Importancia mínima, pero molestar… ¿a que molesta?
  • Al iniciar Transmission no me conectaba con nada. Esto lo he solucionado añadiendo un “sleep 60s” al comando de ejecución en “Arranque y apagado”.
  • KDEConnect muestra dos “applets”, uno de los cuales no sirve para nada más que para cambiar la configuración.
  • Kmail hace cosas raras con los mensajes. Cuando intentas eliminar uno de la bandeja de entrada, de repente desaparecen todos. El renderizado de fuentes en la previsualización deja bastante que desear.
  • Aunque tengo configurado el inicio de sesión automático, éste funciona solamente cuando le da la gana. A veces pide contraseña, a veces no.
  • Cada vez que abro Konsole y lo cierro, se queda un proceso consumiendo el 100% de los ciclos del procesador, hasta que lo mato manualmente.
  • No hay forma de que funcionen algunas “acciones” de Dolphin, tan útiles en KDE4, como el conjunto de herramientas Kim.
  • La búsqueda de archivos se salta determinados directorios. Me molesta no poder escoger, como antaño, qué directorios incluir. ¿Por qué quitar funcionalidades, maldita sea?
  • Tardé una hora en migrar el Chakra de mi padre a la nueva versión con los repositorios actualizados. Aun siguiendo los pasos detallados por los desarrolladores obtuve varias incompatibilidades que me obligaron, prácticamente, a desinstalar y volver a instalar el escritorio entero. Con estos antecedentes, ni me he planteado intentarlo en el portátil.
  • El escáner de mi padre tampoco funcionaba (vía wifi). La solución pasaba por instalar el paquete iscan – se trata de una multifunción Epson – que, vaya por Dios, estaba marcado como desactualizado. Intenté hacerlo compilar mediante la edición del PKGBUILD, mientras mi padre asistía con mirada de “pero esto qué es” a la sucesión de líneas en blanco sobre fondo negro. Al final, cómo no, hubo error y nada de nada. Son las cosas de AUR y CCR, que cuando más necesitas un paquete… está desactualizado.

También tengo estopa para Linux Mint, aunque menos, porque no lo uso tan a menudo como Chakra. Hay un comportamiento muy extraño, referido al “applet” de Meteorología, que actúa de forma absurda y me muestra temperaturas muy variables, además de que aparece un sol cuando son las doce de la noche o una luna a las tres de la tarde, por ejemplo. En algunas páginas de Firefox se produce un molesto “tearing” al bajar o subir por la misma. O el modo de reposo de la pantalla, que cuando le parece no hace acto de presencia, provocando, como ayer mismo, que el monitor se quedase encendido durante horas. Dejé el ordenador compartiendo un archivo y confiando en que – como sería lo normal – en el año 2015 un sistema sería capaz de hacer entrar la pantalla en modo de ahorro de energía sin mucha complicación. Pues no.

Aburrido de no hallar el escritorio ideal

Igual que hay usuarios que se proclaman “gnomeros” o “kdeeros”, hay otros que no conseguimos habituarnos del todo a ningún escritorio. Quizás porque a todos les encontramos alguna pega. ¿Aciertan los psicólogos que comulgan con la idea de que el exceso de opciones provoca insatisfacción al elegir? Cuando nos decidimos por un entorno echamos de menos todo lo que dejamos atrás, según indica dicha teoría. Por eso en Windows no se da este fenómeno tan particular.

De todos los escritorios que podemos usar en GNU/Linux en estos momentos, mi preferido es Unity. Pero claro, cuando estoy en Unity (esto es, en Ubuntu, lógicamente) me falta la funcionalidad que proporciona KDEConnect y tiendo a instalarlo, arrastrando multitud de dependencias de KDE. Si estoy en KDE, solo me gusta el de Chakra, donde me desesperan los errores que os comentaba más arriba. En Gnome hay muchas cosas que me parecen acertadas y otro buen montón que me tocan las narices, como depender de tantas extensiones que se rompen al actualizar, por ejemplo.

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Alguno lo habrá leído y no se lo creerá, así que lo recalco: Unity es mi escritorio favorito. Uy, lo que ha dicho… En el hablar de mi tierra, “hay gente pa tó”.

Aburrido de la auto-exigencia

Para acabar con el cuadro, he intentado en diversas ocasiones tratar de tomarme el “blogueo” de una forma más sosegada. Pero en mi cabeza hay una especie de contador, un reloj de arena que se va desgranando cada día que paso sin escribir algo. Acuciado a veces por la necesidad de ingresos económicos extraordinarios, no veo, más allá de mis propias narices, la cruda realidad: un blog sobre software libre, por la propia naturaleza de éste, jamás podrá generar dinero. Al menos, no más de una propina. Leía esta semana a Javier Pastor en Incognitosis, en esa tremenda tormenta que provocó su artículo quejándose del escaso rendimiento de su campaña de patronazgo y pensaba, por momentos, que si un escritor profesional no es capaz de sacar adelante un proyecto tan bueno, es evidente donde quedamos los demás, simples “plumillas” que, para más inri, escribimos sobre el sistema gratuito por excelencia.

No quiero malas interpretaciones de esto último. Comencé a escribir por gusto, porque me apetecía. Lo que no tengo tan claro es por qué lo sigo haciendo. Algunas campañas publicitarias me han animado a ver esto como una especie de trabajo. Pero, siendo serios, tan mal remunerado que no tiene sentido como motivación. A veces me vengo arriba, como con la reciente aparición de Chakra Fermi, para luego volver al desierto de temas a tratar: ¿revisiones? No puedo más, estoy reventado de hacer eso. ¿Tutoriales? Cada vez hay menos cosas sobre las que enseñar o son demasiado complejas como para atraer atención. Además, ¿centradas en qué distro? Si no hago más que saltar de una a otra…

Al final termina ganando la utilización del blog y la escritura como una suerte de desahogo personal. A sabiendas de que es otro artículo de esos que, de cuando en cuando, publico para que más de uno y más de dos tuerzan el gesto y piensen: “ya está éste otra vez con lo mismo”. Porque sí, entiendo que vosotros también estaréis aburridos, en este caso de la indefinición linuxera de quien escribe.

Mi problema es parecido al que describía Malcer antes de abandonar el edificio. Mi “personaje” (llamémosle shadow), me ha fagocitado. Se ha tragado a la persona. Trato de guardar las formas casi siempre y respetar el trabajo de otros lo tengo como norma número uno. Aunque en realidad me apetece muchas veces despotricar como un poseso, a lo Dedoimedo en una de sus últimas revisiones. ¿Por qué c*** no funciona esto si funcionaba antes? Es muy descorazonador encontrar fallos en todas las distribuciones, de mayor o menor calado, pero fallos al fin y al cabo. Al principio uno va saltando, en un intento de huir de estos problemas, hasta que se da cuenta de que ya lo ha probado todo y siempre hay algo que no funciona como debiera. En Debian estable también me ha pasado, que ya os veo venir. Y, por supuesto, lo mismo se aplica a Windows y supongo que a Mac, aunque nunca lo he usado y no puedo asegurarlo por propia experiencia.

Pero el “buen shadow” no puede hacer eso. Me refiero a despotricar porque esto o aquello funciona como el culo o precisa de media hora de terminal a finales de 2015. Creo que lo que en realidad necesito son unas largas vacaciones tecnológicas. Estoy tan quemado, que ya me aburrí de estar aburrido. Como podéis comprobar por el tono del artículo, vuelvo a esa parte del bucle infinito donde tomo conciencia del propio bucle infinito. Como en “Atrapado en el tiempo”, cuando Bill Murray se da cuenta de lo que le ocurre y solo me falta, como a su personaje en la película, averiguar cuál es la acción concreta que me muestre la salida.

MarmotaDayOK

 

Buscando soluciones

Ahora viene lo más complicado, de largo. Seguir en este plan o mover ficha para cambiar. Por seguir citando fieles lectores – esto es algo que me encanta – es el turno de Juan Martínez (INDX) en la entrada sobre Chakra Fermi, cuando me preguntaba (aunque él sabía la respuesta igual que yo) si se quedaría como único sistema operativo en mi equipo. Son muchos años escribiendo sobre esto como para ignorar que me caso con las distribuciones hasta que el primer error nos separe… Aunque a algunas les aguanto más. Son mis costumbres. Si se me permite la licencia, voy a usar este artículo para pedir consejos basados en la experiencia individual:

  • ¿Creéis que es posible acabar con el “distro hopping”? ¿O todo linuxero está condenado a repetir instalaciones hasta el fin de los tiempos?
  • ¿Es una adicción que trasciende GNU/Linux? ¿Es, más bien, una adicción a la tecnología en general?
  • Si aparecen errores en la distribución que estéis usando, ¿qué actitud tomáis ante los mismos?
  • ¿Os habéis planteado abandonar el uso de GNU/Linux por estar hartos de tanto cambiar?

Me ha costado mucho escribir el artículo. Varios días, de hecho. Os cuento todo esto en un intento por explicar el grado de insatisfacción que he alcanzado en los últimos tiempos, que roza ya la ansiedad pura y dura. Lo he escrito usando Chakra, por cierto, lo que demuestra que sus errores no me impiden realizar mis tareas. Mis frustraciones son, seguramente, consecuencia del exceso de tiempo invertido en esta faceta de mi vida, tanto que toca tomarse un tiempo de reflexión, una vez más.

Salud

PD: la imagen que encabeza este artículo es cortesía de Shutterstock.

Felices Fiestas

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Me apetecía pasar para desearos a todos una Feliz Navidad y un Feliz y Próspero Año 2016. Sé que tengo el blog aparcado, pero realmente necesitaba un descanso. Además, tengo una cita con las oposiciones del SAS en Enero que hacen aconsejable dedicarles más tiempo que a otras cosas.

Siento no haber estado tan activo últimamente respondiendo o ayudando. Alejarse del ordenador implica olvidarse de Linux por una temporada y en ello estoy, por mucho que os escriba desde Ubuntu. Entre la distribución de Canonical y Windows 10 ocupo el poco tiempo que dedico al ordenador, ya solo por necesidad y no por capricho o diversión. La vida es mucho más que una pantalla.

Lo dicho, salud y felicidad para todos desde este pequeño rincón de la “blogosfera”.


¿Y ahora qué?

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Esta mañana he pasado por el aro: oposiciones ridículas – en número de plazas, y en otras cosas peores que me guardo para mí – al Servicio Andaluz de Salud. Miles de aspirantes, tres horas de examen. Dicen por ahí que ya están firmadas las próximas. Teniendo en cuenta que hacía 9 años que no se convocaban y que han sacado las plazas equivalentes a menos de 1 año de jubilaciones, como para fiarse de esta gente.

Pero es lo que hay. Carpetazo a este asunto por ahora, aunque solo en parte, pues la posibilidad de éxito en una nueva convocatoria depende mucho de no perder el hábito de estudio instaurado en estas últimas semanas, las mismas en las que he dejado el blog abandonado a su suerte. Tampoco me preocupa demasiado el obtener una plaza. Creo que en el contexto cambiante actual, el ser propietario de un pequeño hueco en la administración está sobrevalorado. Mientras haya trabajo, llamadme como gustéis: interino, eventual o pringado a vuestro servicio.

Pensaba que una vez acabase esta fase de estudio intensivo mis ideas respecto al blog se aclararían como por arte de magia. Lamentablemente no ha sido así y continúo indeciso. O, tal vez, estoy demasiado atolondrado por el dichoso examen y no es hoy momento de resolver esta entuerto. Me he propuesto acabar con tantas horas ante el monitor por una buena razón: me resiento físicamente. Cervicales, vista, dolores articulares… Son un precio muy alto a pagar. También mentalmente, con tanto analizar y tanto saltar de distro en distro, algo que últimamente parece que da un poco de grima al personal.

Objetivos para este año

Ejercicio físico. Tengo que acabar con el sedentarismo como sea. Estoy hecho una piltrafa y no me parece de recibo con solo 39 años. En casa del herrero…

Una sola distribución GNU/Linux. Para qué extenderse más sobre un tema ya tan trillado. En el artículo que os enlazo arriba dan unas cuantas razones por las que el “distro hopping” es un asco.

Renovar la apariencia del blog. Últimamente veo diseños más dinámicos y me da que me estoy quedando un poquillo anticuado en este asunto.

Diversificar la temática. Menos GNU/Linux y retomar temas más personales, del estilo de lo que os contaba al principio del párrafo.

En los próximos días trataré de dar forma a estos cuatro puntos, que parecen muy sencillitos de cumplir, y no lo son tanto. Como sabéis, desde el paseo más trivial hasta la más grande de las maratones, todo empieza con un primer paso. Solo es cuestión de darlo.

Salud

Linux Mint 17.3 Rosa: un sistema para quedarse

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Voy a dar un repaso a los propósitos de enmienda que me hice a mí mismo en el último artículo. Veamos: primer punto, ejercicio físico. Sí, he vuelto al mundo del atletismo popular, lo que se llama hoy en día el “running”, porque parece algo más profesional si se usa el inglés, ¿verdad? Menuda paparrucha. Segundo punto, una distribución para gobernarlos a todos. En ello estamos. Tercer punto, renovar la apariencia del blog. Conseguido con bastante apoyo de los lectores, a tenor de las encuestas que planteé en redes sociales. Cuarto punto, diversificación de la temática. Todo se andará.

Sabemos que el objetivo más complicado es el de asentarse en una distribución GNU/Linux. Mi planteamiento del asunto, años de experiencia mediante, es que debe ser algo que se use como lo que es, una simple herramienta de trabajo que no dé lugar a distracciones. Un sistema aburrido, si se me permite. Que sirva para su propósito, sin restricciones de ninguna condición. No añadiré que deba funcionar cual reloj suizo – de los de antaño – porque no hay sistema perfecto, pero casi. Que maneje con cuidado las actualizaciones, algo que evitará tener que pasar más tiempo del deseable arreglando algún desaguisado. Con recorrido dentro del vasto mundo de las distribuciones, que luego hay quien deja colgado su proyecto. Y con una base sólida (“subido a hombros de gigantes”, ¿os suena?)

Linux Mint 17.3 Rosa

El escritorio de Linux Mint 17.3 Rosa recién instalado

De todo lo que he usado en los últimos ocho años y pico dedicados a GNU/Linux, lo que más se acerca a lo descrito arriba es Linux Mint. Instalar y usar, usar y olvidarse durante los largos años de soporte. En todo el proceso de instalación y puesta a punto, que detallaré en sucesivos artículos, se cuentan con los dedos de una mano las veces en que he necesitado “invocar” a la terminal para hacer algo. Yo estoy cansado de la consola, por muy hereje e impopular que dicha frase pueda sonar por estos lares.

La elección de esta distribución no ha sido cosa reciente. A pesar de que he estado muy ocupado durante semanas con la preparación de la OPE y trataba de mantenerme ajeno a GNU/Linux para descansar un poco, Windows ya nunca podrá sustituir al pingüino, pues mi forma de usar el equipo está absolutamente condicionada por los años que llevo al lado de Tux. En otras palabras: he seguido, “por lo bajini”, usando nuestro sistema preferido. Chakra, casi siempre, pero también Ubuntu y Linux Mint Cinnamon. De las tres, que son mis favoritas, es en esta última donde menos tengo que trastear y donde el hacer un trabajo, efectivamente, me cuesta menos. Tal vez porque mi forma – personal e intransferible – de hacer las tareas informáticas se adapta mejor a entornos más clásicos.

Qúe hay de bueno en Linux Mint

En estas semanas de alternancia entre sistemas, Linux Mint 17.3 Rosa se ha revelado como una distribución muy sólida, que ha ido evolucionando desde la aparición de la primera versión de la serie, Qiana, con altibajos. No atisbo rastro de los errores mencionados en Rebecca. Tan solo queda un sistema robusto que no arroja fallo alguno en mi uso habitual y que, además, se ve beneficiado de mi reciente adquisición de un disco duro de estado sólido Samsung SSD 850 Evo. El ordenador ha rejuvenecido unos años y Linux Mint Rosa arranca y se apaga en un parpadeo. Una gozada.

Samsung SSD 850 Evo de 120 Gb

Samsung SSD 850 Evo de 120 Gb

En artículos anteriores dedicados a este sistema ya esbozamos sus principales ventajas, casi todas relacionadas con la comodidad de uso y su enfoque a usuarios recién llegados a GNU/Linux. Todo ello perdura en Rosa, con lo que no merece la pena insistir sobre lo mismo. No se me ocurre distribución más adecuada para recomendar a los que vienen de Windows o Mac y a aquellos que, como ocurre en mi situación, no disponen de tiempo o no quieren perderlo con otra cosa que no sea usar el equipo para trabajar. Ventajas para todos:

Sus herramientas únicas. MintInstall, MintUpdate… Escribí sobre ellas en el artículo dedicado a Rafaela.

Su comunidad numerosa. Como podemos comprobar por la actividad en sus foros.

Su concepto de “instalar y listo”. Realmente todo funciona de inicio sin tocar nada. Es la experiencia en mi equipo principal, desde luego, y me consta que ocurre en la mayoría de ocasiones. También en mi portátil y un netbook (del que os hablaré otro día) de mi hijo.

Su aproximación cautelosa a las actualizaciones. No arregle usted lo que ya funciona, es un buen consejo. Pese a lo cual, se puede disponer de una versión moderna de algunas aplicaciones, como LibreOffice 5, que Rosa incorpora. O incluso, si uno se siente aventurero, siempre se pueden habilitar las actualizaciones de nivel 4 y 5, más susceptibles de fastidiar algo. Mi consejo es no hacerlo.

Su soporte hasta 2019. Algo que viene siendo así desde que apareció la primera versión de la serie, Qiana, allá por la primavera de 2014. La base de todas ellas (Qiana, Rebecca, Rafaela y Rosa), es Ubuntu 14.04. La próxima versión, Sarah, ya estará fundamentada sobre Ubuntu 16.04 y su vida se extenderá hasta 2021.

Su cuidado hacia todos los escritorios. Ya sean los dos principales, Cinnamon y Mate, o el resto, XFCE y KDE, Linux Mint trata con “cariño” a todos por igual. Sobre la versión con KDE de Rafaela ya escribí en su momento, haciendo constar mi opinión más que favorable. Sobre XFCE no he escrito, pero la he instalado en el netbook de mi hijo anteriormente mencionado y ya os digo que riza el rizo con unas especificaciones, a priori, nada buenas. Y además, valga la opinión de un experto en revisiones.

Por otra parte, siendo egoísta, he notado que los artículos que en el pasado dediqué a Linux Mint son, en general, bastante más seguidos y comentados. Parece existir un cierto vacío en la blogosfera tecnológica en castellano sobre este genial sistema operativo que mucha gente usa pero del que no tanta escribe, al menos en nuestro idioma. Parece, en principio, una buena temática, sobre todo si se enfoca desde el punto de vista de los usuarios noveles, algo que este blog lleva haciendo desde sus comienzos.

Cinnamon en Linux Mint 17.3 Rosa

El mismo escritorio, tras darle unos retoques personales

De modo que he decidido asentarme en Linux Mint y dedicar algunos artículos – los de materia “linuxera”, que pretendo que no sean todos – al uso y configuración de la distribución, del estilo de los que escribí en verano sobre openSUSE. No van a ser artículos muy largos, porque ello iría en contra de uno de mis propósitos no mencionados: el de pasar menos tiempo ante la pantalla para beneficio de mis cervicales y el resto del cuerpo en general. Lo que me recuerda que ya llevo más de una hora aporreando el teclado… Así que, cambio y corto. Quisiera conocer vuestra opinión sobre Linux Mint en los comentarios, por qué la usáis dado el caso o qué desventajas le veis.

Salud

No todo el mundo es administrador de sistemas

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Llega un momento en la vida digital de todo blog en el que cabe plantearse acabar con las limitaciones de un alojamiento compartido. El popular “hosting” es, con frecuencia, quien determina en buena medida el éxito o el fracaso, pudiendo darse este último cuando su calidad es insuficiente para asegurar una rápida respuesta. Así es, nos guste más o menos, el mundo actual se mueve a un ritmo vertiginoso, de tal suerte que resulta casi imposible esperar más de cinco segundos a que una página web se cargue. Hasta tal punto – de locura – hemos llegado ya.

En lo personal, no tengo quejas de la empresa con la que llevo trabajando desde que, allá por 2002, me iniciase en el apasionante y desagradecido oficio de “escritor barra empresario” de Internet. Antes de “La sombra del helicóptero” mantuve un blog sobre cuidado personal y Dietética que estaba alojado también en la misma compañía. Es una empresa española con la que, reitero, no tengo problema alguno ni lo he tenido, contestando velozmente a los “tickets” de incidencia y con una atención comercial personalizada que me agrada mucho. Los inconvenientes surgen de la propia naturaleza del alojamiento en un servidor compartido, con vecinos que pueden llegar a casi monopolizar el mismo. Algo así me ha debido suceder en los últimos días, pues el cambio de apariencia del blog me ha llevado a pasar bastante tiempo en el panel de administración de WordPress, pudiendo comprobar por mí mismo el pobre rendimiento del servidor. Ya si hacemos pruebas con las diferentes herramientas que existen para medir la velocidad de carga de una página, el desaguisado alcanza tintes dramáticos en mi caso.

Por este motivo llevo una semana dándole vueltas a la posibilidad de mejorar estos tiempos. En ello estaba cuando me topé con este artículo de los amigos de Linux GNU Blog, en el que nos detallan paso a paso como contratar un servidor VPS (Virtual Private Server o Servidor Virtual Privado) y crear un blog WordPress alojado en él. Las ventajas del proveedor DigitalOcean son evidentes: bajo precio (por 5 dólares + IVA mensuales tienes tu servidor con tu distribución GNU/Linux favorita), discos SSD (rendimiento muy superior a los mecánicos, como sabéis) y posibilidad de pagar por horas de uso y a través de la plataforma PayPal. Genial, ¿no es cierto? Pero… en la vida siempre hay un ídem. Y en esta ocasión, también: tienes que convertirte en el administrador de sistemas de tu servidor.

Por mucho que sonría el tipo de la foto, administrar un servidor es un trabajo duro. Sobre todo cuando se pretende realizar tareas para las que no se está preparado desde el punto de vista de la teoría. Bien es cierto que tenemos muchos manuales y tutoriales en la red, empezando por los que la propia DigitalOcean ofrece en su web o el antes mencionado de Linux GNU Blog. Vosotros diréis, ¿y cuál es el problema entonces?

Pues el problema, queridos, es el que siempre me persigue: la falta de tiempo. Llevo desde el pasado viernes, día en que creé mi primer “droplet” (así se llaman los VPS que ofrece esta empresa) con Ubuntu 14.04.3, liado con un simulacro de migración de este blog. He encontrado montones de problemas y todos los he podido solucionar, invirtiendo para ello más o menos tiempo, dependiendo de la dificultad de la tarea en cuestión: conseguí instalar Nginx, conseguí crear mi base de datos MySQL, cambiar los parámetros de PHP y, finalmente, instalar WordPress. Gran satisfacción la que se siente al ver por primera vez la página de instalación. “¡Lo conseguí!”

Por desgracia la cosa no acaba ahí. Migrar de servidor un blog que se ha convertido en un monstruo con más de 5.000 comentarios, cientos de entradas y una treintena escasa de “plugins” puede ser una pesadilla. Tras tres intentos de hacerlo, tanto manualmente como con alguna herramienta de WordPress, fue el “plugin” Duplicator el que me funcionó… a medias. Pude por fin ver una especie de espejo de mi web en mi nuevo servidor, aunque había enlaces rotos (sobre todo a imágenes), comportamientos extraños de algunos “plugins” y problemas de permisos en ciertos directorios.

Tras chocarme contra el muro unas cuantas veces, se me ocurrió la frase que da título a este artículo. A lo mejor no todo el mundo es capaz de hacerlo. Entiendo que administrar el servidor y migrar el blog son dos cosas muy distintas, pero al fin y al cabo el resultado que obtengo no es el que yo quería: el blog migra, pero está “roto”. Y aun en el hipotético caso de que fuese a iniciar un blog desde cero, en mi instalación limpia de WordPress, ¿cómo estar seguro de haber aplicado suficientes medidas de seguridad al servidor? Una web en Internet está expuesta al ataque de cualquiera. Hay profesionales que cobran por esto y por algo será… Pero claro, un simple “test” de velocidad de carga a mi nueva web me deja con la boca abierta. Diferencia abismal. ¿Merece la pena correr el riesgo?

Tiempo carga web

Tiempo de carga de mi posible nueva web… Sobran las palabras

Mi enhorabuena a quienes, como Eugenio M. Vigo contaba muy recientemente, han sido capaces de apostar por el cambio con resultados más que positivos. Aquí queda la crónica de mi fracaso, o de mi éxito a medias. Solo me queda sopesar los pros y los contras de jugar a ser administrador de sistemas con el fin de aumentar el rendimiento de mi web. Que no es moco de pavo, desde luego. En esta tesitura, me vais a permitir que opte por algo que se está convirtiendo en costumbre: pedir vuestra opinión. Espero no lo toméis a mal, es que soy un completo novato en estas lides y toda ayuda me parece poca. ¿Créeis que compensa pagar un poco más por un VPS gestionado por una empresa? ¿O sois partidarios de liaros la manta a la cabeza y convertiros en “Sysadmins”? Y tengo otra pregunta más complicada de responder: dado que el blog pasó desde Blogger a WordPress el pasado verano, digamos que mantiene una estructura algo enrevesada, lo cual solo hace que aumentar las dificultades. ¿Pensáis que sería buena idea comenzar desde cero en mi propio servidor para ahorrarme los quebraderos de cabeza de la migración? Por cuestiones de SEO sería la última opción a contemplar, pero tal vez hacer borrón y cuenta nueva sería lo más sencillo.

Sea como sea, tengo tiempo para pensarlo, pues gracias al plan de referidos de DigitalOcean, dispongo de 10 dólares para gastar en mi servidor. Y, por cierto, mientras decido y no, si alguno está interesado aquí dejo el enlace con la referencia para que podáis probarlo igual que lo estoy haciendo yo:

Botón DigitalOceanSalud

PD: la redacción de este artículo ha costado lo suyo debido a las continuas caídas de mi alojamiento compartido. Maldita sea.

Linux Mint “tips” 1: actualizar el sistema

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Llevo varias semanas usando exclusivamente Linux Mint 17.3 Rosa en su edición con Cinnamon y confieso que estoy más que satisfecho en todos los aspectos posibles. Me dedico a trabajar con el sistema, que no es poco, y éste me respeta igual que yo a él, sin entrometerse en mis labores. No hay errores, el rendimiento es excelente y no echo en falta nada. Hace unos días hice una visita a mi cuñado, una de ésas en las que uno sabe que va a tener que pasar horas frente al ordenador (no remuneradas, claro está) y que, como quien no quiere la cosa, va tratando de postergar hasta que ya no hay más remedio que coger el toro por los cuernos poniéndose el disfraz de técnico informático familiar. Me llevé una lista, un papel emborronado, donde había anotado los pasos a dar tras la instalación de Linux Mint, a modo de guión preestablecido que me ayudase a no perder ni un segundo de más de mi tiempo en la tarea. Reto conseguido, por cierto.

El susodicho equipo tenía una extraña mezcla de sistemas en su interior: un Windows 7 edición Jack Sparrow convivía con dos maravillosas y excepcionales distribuciones GNU/Linux que yo mismo había instalado hace más de 3 años: Chakra Archimedes y, pásmense… ¡el SolusOS original! Así es, mi cuñado y mi sobrina estaban más que satisfechos con aquella derivada de Debian estable que Ikey Doherty montara en su momento. No negaré que me causó una gran nostalgia volver a ver aquel Gnome 2 tan bien implementado, con los efectos de Compiz luciendo en todo su esplendor. Pero mi cuñado estaba cansado de los fallos de Windows 7, sistema que mantenía por mor de la necesidad impuesta por los colegios e institutos públicos de usar ciertos programas – o algo así, tampoco me quedó muy claro – y deseaba una actualización a Windows 10, tal y como le llevaba tiempo sugiriendo el icono de la bandeja del sistema.

Como bien contaba Yoyo Fernández en uno de sus últimos podcasts, lo de evangelizar sobre GNU/Linux no lo llevo demasiado bien a estas alturas. Así que acepté hacer convivir un nuevo Windows 10 con algún sistema del pingüino, aprovechando la ocasión para modernizar un poco los que ya usaba. En su día yo había creado una partición de datos para evitar que pasara lo que finalmente ocurrió: mi cuñado y mi sobrina tenían archivos desparramados por todas las particiones, de tal guisa que podían convivir copias de un mismo archivo en cada sistema operativo. Mi decisión la tuve clara: Chakra no pinta nada ahí (apenas la usaba, según me confesó), optemos por un combo Windows 10 + Linux Mint Rosa Cinnamon y así simplificamos un poco el equipo.

Dejando mi historieta a un lado – con final feliz, cuñado y sobrina terminaron encantados con el cambio – comienzo a plasmar hoy aquí una especie de calco, ampliado y en limpio, de mi hoja de ruta de cosas que conviene hacer tras instalar Linux Mint. Confío en que pueda ser de ayuda a usuarios noveles o pueda ampliarse si alguien echa en falta algún paso. Antes de nada, puntualizar que esta guía se refiere a la edición con Cinnamon. Sobre Linux Mint Mate tenemos un muy buen tutorial, de la mano de Juan Carlos Senar, en Linuxirun. Comencemos.

Lo primero es lo primero: actualizando Linux Mint

Nada más entrar por primera vez al escritorio nos encontraremos dos cosas a destacar. Por un lado, la ventana de bienvenida, desde donde se puede acceder a documentación relacionada con el sistema o al módulo de instalación de controladores propietarios (algo que veremos más adelante). Por otra parte, el escudo de actualizaciones que descansa en nuestra bandeja del sistema, abajo a la derecha. Dicho icono nos advierte, con su pequeña “i”, de que existen actualizaciones disponibles.

 

Bienvenida Linux Mint

El módulo nos da la bienvenida y ofrece varias opciones útiles

 

Al hacer clic sobre el escudo, se abre el gestor de actualizaciones. Actualmente cuenta con una útil característica, que consiste en permitirnos escoger desde qué espejo (“mirror”) se van a descargar los archivos. Pulsamos en “Aceptar” para que se lleven a cabo una serie de pruebas con todos los repositorios y podamos elegir aquel que, ya sea por prestaciones o por cercanía geográfica, nos brinde mayor ancho de banda. Se ha de realizar la prueba con los dos repositorios: el principal (Rosa) y el de la base de Ubuntu (Trusty).

 

"Mirrors" de Linux Mint

El mejor “mirror” no tiene por qué ser el más cercano a nuestra ubicación

 

El siguiente paso es actualizar la caché, es decir, el almacén local que hay en nuestro disco duro y contiene el índice de paquetes y sus versiones. El único programa que aparecerá como actualizable la primera vez que hagamos el proceso será el propio actualizador. Tras renovarlo, tendremos en pantalla el resto de actualizaciones listas para ser descargadas y aplicadas.

Esto último es una verdad a medias. Me explico: no son todas las actualizaciones las que podemos ver. Linux Mint, desde sus inicios, ha mantenido la política de aproximarse con cautela a este proceso, de tal manera que divide las actualizaciones en diferentes niveles de “peligro”, del 1 al 5. Entiéndase por peligro la probabilidad de causar problemas graves como, por ejemplo, aquellos que afectan al servidor gráfico y podrían imposibilitar que iniciáramos sesión en nuestro equipo. Para usuarios noveles, a los que va dirigido este artículo, la mejor configuración es la que viene por defecto, es decir, aquella que ignora las actualizaciones de nivel 4 y 5. Los usuarios avanzados pueden tomar otra determinación, pero eso no será objeto de discusión en este texto. Personalmente me quedo dentro del territorio seguro que proporcionan los niveles 1 al 3.

 

Actualizando Linux Mint

Los nuevos paquetes disponibles para nuestro sistema Linux Mint

 

Pues bien, aclarado esto solamente resta pulsar en “Instalar actualizaciones”, y los paquetes nuevos comenzarán a descargarse en nuestro sistema.

Por último, el mensaje que nos indica que nuestro Linux Mint ya está listo, junto con el escudo de actualizaciones que nos muestra el “check” en verde de la barra de tareas.

 

Linux Mint está actualizado

Misión cumplida: nuestro Linux Mint ya se ha puesto al día

 

Un apunte sobre las actualizaciones del kernel

Conocemos como kernel de Linux al núcleo (traducción literal del inglés) del sistema operativo, la parte más crítica e importante del mismo. Muchos desarrolladores trabajan en él, con su creador Linus Torvalds a la cabeza, lo que conlleva que se beneficie de múltiples actualizaciones en un espacio relativamente corto de tiempo. Sobre la conveniencia de tener instalado siempre el último kernel disponible se podría discutir largo y tendido. Dejé una reflexión sobre el tema, centrándome en Ubuntu, que para el caso puede aplicarse a sus derivadas, Linux Mint incluida. En los comentarios del artículo se pueden observar posturas enfrentadas sobre esto que señalo.

Lo principal a considerar es una máxima conocida ya por muchos: “si algo no está roto, no lo arregles”. Porque podrías estropear otra cosa en el proceso. ¿Qué quiere decir esto? Fácil: si todo funciona como debe, quédate con el kernel que recomiendan los desarrolladores. Veamos el caso contrario, aquel en el que algún componente de hardware no está cumpliendo su cometido o lo cumple de un modo errático. Se puede probar entonces con un kernel más moderno, algo que Linux Mint nos permite por medio de su gestor de actualizaciones, en la pestaña “Ver”, apartado “Kernels de Linux”.

 

Kernels en Linux Mint

Hay disponibles un montón de kernels, modernos y algo más antiguos

 

Vemos la gran cantidad de kernels disponibles, cada uno en una fila y seis columnas que vienen a indicar lo siguiente:

Versión: la numeración que identifica a cada kernel. Por regla general, el cambio en el último número implica pequeñas variaciones.

Cargado: señala aquel kernel que estamos usando en nuestro sistema.

Recomendado: el kernel que aconsejan usar los desarrolladores de Linux Mint.

Instalado: podemos tener varios kernels instalados y solamente uno estará en uso, que es el que se señala como “cargado”. Esto es útil cuando se desea probar un kernel y volver rápidamente al antiguo por si algo fallase.

Correcciones: cuando un kernel arregla algún fallo conocido aquí aparecerá una “i” de información.

Regresiones: el caso contrario al anterior, cuando un kernel provoca fallos que en sus versiones precedentes no sucedían, se nos mostrará un símbolo de exclamación.

Cambiar de kernel es tan simple como seleccionar el que queremos y pulsar en “Instalar el kernel xxxx”. Pero hay que pararse a leer el aviso que encabeza el programa:

El kernel de Linux es una parte crítica del sistema. Las regresiones pueden llevar a perder la conexión de red, fallos de sonido, fallos de entorno gráfico o incluso la imposibilidad de arrancar el equipo. Instale o elimine el kernel solamente si tiene experiencia con el kernel y controladores dkms, y si sabe cómo recuperar un equipo que no arranca.

 

El kernel por defecto en Linux Mint

Me quedo con el kernel que recomiendan Clem y compañía, el instalado por defecto

 

El que avisa no es traidor. Tras realizar un cambio de kernel será preciso reiniciar el sistema para que el nuevo entre en acción, siempre y cuando no se produzca alguna de las fatalidades de las que nos advierten los desarrolladores. Yo me reafirmo en mi postura y me alineo con ellos en este asunto: id a lo seguro y no cambiéis de kernel salvo incompatibilidad con vuestro hardware.

Hasta aquí el primer “tip” para usuarios noveles de Linux Mint. ¡Nos leemos en los próximos!

Salud

Arquetype 23: corazón de Fedora

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Gonzalo Ponce daba a conocer la semana pasada el lanzamiento de una nueva versión de Arquetype con KDE, basada en Fedora 23 y llamada “Libertas”. Analizar distribuciones no es caer en el mal de siempre, que no nombraré porque estoy cansado hasta de mentarlo. Es algo más que eso: ayudar por partida doble. A los desarrolladores, porque se da a conocer su “producto”, o más bien su “regalo”, a la comunidad GNU/Linux. Y a los usuarios, porque se les da una idea de lo que el sistema puede ofrecer, por más que siempre se deba tener la precaución de no generalizar el rendimiento a todos los equipos del mundo. A mí me gusta ayudar y por eso estamos otra vez aquí.

Analicé el pasado verano la versión “rolling release” de Arquetype, también con KDE. A la espera de la salida de Libertas con Cinnamon, os presento a la basada en Fedora, una distribución con la que mis equipos, tradicionalmente, no se han llevado muy bien, por una mezcla entre mi desconocimiento de la misma y el carácter, siempre a la última, que define al banco de pruebas de Red Hat. Con esta revisión pretendo inaugurar una etapa en la que no se dé tanta importancia a la calificación, que a fin de cuentas variará mucho según el equipo en que se haya probado el sistema, además de puntualizar en ciertos aspectos, buscando análisis más escuetos y que den ideas generales de lo que el usuario se puede encontrar. Cinco apartados y una breve introducción serán suficientes. Comencemos.

¿Qué es Arquetype?

Arquetype es una distribución GNU/Linux de carácter comunitario. Se presenta en tres ediciones distintas:

Arquetype KDE. Basada en Fedora, edición “point release”, es decir, que no es de desarrollo continuo.

Arquetype Cinnamon. También con base “fedoriana”, pero usando el escritorio creado por los desarrolladores de Linux Mint.

Arquetype CRT (Continuous Release Term). Es una edición “rolling release”, con escritorio KDE y basada en Manjaro, con gestor de paquetes Pacman. Nos la entregan en versión completa o versión ligera.

Todas las imágenes se pueden descargar desde aquí. No existen versiones de 32 bits, solamente de 64.

 

Escritorio Arquetype

Arquetype 23 KDE recién instalada

 

Instalación

Al basarse en Fedora, Arquetype 23 incorpora el módulo de instalación Anaconda. Aun reconociendo que ha mejorado ligeramente, me sigue pareciendo demasiado complejo en comparación con otras aplicaciones similares. Parco en opciones, ni siquiera permite instalar el Grub en un disco distinto a aquel en el cual se instala el sistema. Recomiendo leer con mucho detenimiento cada pantalla para evitar sorpresas desagradables en forma de borrado accidental de particiones equivocadas.

 

Anaconda en Arquetype

Mucho cuidado al utilizar la opción de particionado manual

 

Diseño

Arquetype viene con muchas mejoras en el apartado gráfico, empezando por el estreno de un nuevo logo que viene a sustituir al anterior. Para el “artwork” de esta versión con KDE se ha escogido, con buen criterio a mi entender, el magnífico set de iconos Antü, creado por Fabián Inostroza y que Chakra no tuvo a bien incorporar. Sobre gustos no hay nada escrito, pero mi impresión personal es que Arquetype acierta y Chakra no. El tema de Plasma, sin embargo, no es el que recomienda el autor. Destaca la activación por defecto de algunas animaciones que no son frecuentes en otras distribuciones, como las ventanas gelatinosas o el efecto lámpara mágica al minimizar… qué buenos tiempos, los del esplendor de Compiz. Las tipografías, sin embargo, no las encuentro agradables a la vista, siendo este un defecto que observo en la gran mayoría de distribuciones con KDE Plasma 5.

En el debe, aparte del renderizado tipográfico, encuentro una mezcla de idiomas en las aplicaciones que no fui capaz de resolver, apareciendo partes de Dolphin en inglés, por ejemplo.

 

Dolphin en Arquetype

Arquetype viene con el genial set de iconos Antü

 

Software

La distribución nos trae gran cantidad de programas instalados y listos para usarse. Al software habitual de KDE se le añaden programas que uso con frecuencia, como Skype, Spotify, LibreOffice o Gimp, todos ellos en versiones recientes. El gestor de software y actualizaciones es Apper, que incluye un “applet” para barra de tareas desde el cual es posible poner el sistema al día.

Por otra parte, la inclusión de todos los “códecs” necesarios para la reproducción de archivos es algo de agradecer. No hubo problemas con ninguno de los formatos probados, ni con el contenido Flash en páginas web.

 

Software en Arquetype

Varios de los programas instalados de serie en Arquetype 23

 

Rendimiento

Al igual que solía hacer en las revisiones, voy a seguir empleando algunas pruebas de rendimiento de la suite Phoronix, junto con el “benchmark” gráfico Unigine Valley para poner en comparación a las distribuciones con aquella que, teniendo en cuenta multitud de pruebas realizadas en el pasado, considero modelo de desempeño en mi equipo: la LTS de Ubuntu, 14.04. En todos los apartados analizados salvo uno, la distribución de Canonical sale vencedora, lo cual no quita que en otros aspectos no tan cuantificables, como la fluidez con que se comporta el sistema, Arquetype cause una muy buena impresión. Se pueden consultar los resultados completos de la batería de pruebas pulsando en el botón.

 

Benchmark Arquetype 23

 

Benchmark Unigine Valley en Arquetype 23

Unigine Valley Arquetype 23

 

Resultados de Ubuntu en Unigine Valley

Unigine Valley en Ubuntu 14.04.3

 

Nota: por error, los resultados de Arquetype vienen rotulados como “Samsung SSD 850…” y los de Ubuntu como “Ubuntu vs Arquetype” en Openbenchmarking. Es lo que tiene pagar la novatada, en sucesivas revisiones espero acertar con los títulos.

Estabilidad y errores

En el capítulo de fallos, además de las traducciones parciales, destaco dos. El primero no tiene gran importancia, y es que el volumen del sistema sube al máximo cada vez que se abre el reproductor de archivos de vídeo VLC. El segundo es harina de otro costal, pues influye decisivamente en la experiencia que un usuario poco avezado pueda tener: tras la primera actualización realizada por Apper, al reiniciar, el sistema se cuelga durante el arranque en lo que parece ser un problema con el Plymouth, el famoso gestor encargado de hacer más bonita esta secuencia inicial. Imposible volver a entrar al escritorio. Tuve que recurrir al “hard reset”, para posteriormente escoger la entrada de rescate en Grub y ya poder deshacer el entuerto.

Algo que logré con la instalación, usando Apper, de los controladores propietarios de Nvidia. Por desgracia, como me ocurriera en una de mis últimas experiencias con Chakra, estos nuevos “drivers” descuadran la pantalla, sin que fuese capaz de solucionarlo por más que tratase de cambiar la resolución. Este problema, por razones obvias, escapa a la responsabilidad de los desarrolladores y habría que achacarlo a Nvidia, o al binomio que componen ésta y Plasma 5 (a mí en Cinnamon no me ha pasado).

 

Traducciones de KDE en Arquetype

Pese a seleccionar el idioma español, algunas aplicaciones no están traducidas del todo

 

Mi opinión de Arquetype 23 KDE

Como ocurre con Korora, la posibilidad de usar Fedora con el aliciente de incorporar los repositorios y paquetes que hacen la vida más fácil al usuario supone una gran baza. Este es el principal motivo, si no el único, que me lleva a recomendar la distribución. El desempeño es bueno, aunque no mejor que el de Ubuntu, como se desprende de las pruebas realizadas, pese a que viene con un kernel mucho más moderno. Por lo demás, destaco el excelente aspecto gráfico del escritorio, pese a que por alguna razón que desconozco, Plasma 5 no luce tan bien en mi equipo como lo hacía su predecesor. Es algo intangible, pero ahí está. Y, por supuesto, referido a algo tan subjetivo que muchos no tienen por qué compartir.

Salud

 

Mi mano en Arquetype 23

La cámara, como muchas otras cosas, funciona sin añadir controladores

 

Puntos fuertes: una Fedora en la que todo funciona “out-of-the-box”. Iconos y aspecto gráfico.

Puntos débiles: falló tras la primera actualización. Rendimiento mejorable.

Recomendada para: usuarios con conocimientos medios de GNU/Linux. “Fedorianos” que no se quieran complicar añadiendo repositorios imprescindibles como RPM Fusion.

Instalación
Diseño
Software
Rendimiento
Estabilidad
Promedio

Consecuencias del ataque a Linux Mint

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Cualquiera diría que un servidor es gafe. Ha sido abrazar a Linux Mint como distribución de cabecera y no ha dado lugar a que pase ni un mes para que la desgracia se cebe con una de los sistemas más utilizados del mundo GNU/Linux, si no el que más. A pesar de que la información sobre lo ocurrido ha sido clara y concisa desde un primer momento, sin que Clem Lefebvre se haya escondido lo más mínimo, dando ejemplo de responsabilidad a la hora de dar la cara, encuentro en varios sitios de la red cierta confusión, no sé si creada a propósito o fruto del desconocimiento de la envergadura real de lo acaecido el pasado 20 de Febrero. Sea por una razón o por otra, aquí estamos para tratar de explicarlo.

El incidente principal

Según informaba Lefebvre el domingo en el blog de Linux Mint, una breve incursión por parte de un atacante había causado un gran daño. Esta persona había aprovechado un fallo de seguridad en un “plugin” de WordPress para ganar control sobre el directorio del servidor que contenía la web de la distribución, así como los enlaces a las imágenes del sistema operativo que se distribuyen a todo aquel que desea instalarla o probarla. El intruso se encargó de redirigir los enlaces a una web externa, al parecer en Bulgaria, donde se alojaba una imagen alternativa de Linux Mint 17.3 Rosa Cinnamon en cinco de sus variantes: 32 y 64 bits, con y sin “códecs”, más la versión para fabricantes (“OEM”) de 64 bits. Casi nada. Dichas imágenes habían sido modificadas y contenían una puerta trasera en forma de “malware”, de nombre “Tsunami” que permitirían tomar el control de los equipos de modo remoto. Algo que, la mayoría de las veces, se hace con intención de convertir la máquina en parte de una “botnet” y emplearla para infectar equipos o realizar ataques de denegación de servicio.

La respuesta del equipo de Linux Mint nada más conocer la noticia consistió en apagar el servidor principal y comenzar a investigar el asunto, el cual imagino habrán puesto en conocimiento de las autoridades. En principio no parece que haya habido mucha gente afectada. Si te preguntas si eres uno de ellos, la respuesta es fácil: ¿descargaste la imagen de Linux Mint Rosa Cinnamon el día 20? Comprueba la suma “md5” de tu “iso” y compárala con las que aparecen en el anuncio de Linux Mint. Si la de tu versión no concuerda, se trata de una de las imágenes comprometidas, o bien está corrupta. En definitiva, olvídate de tu instalación de Linux Mint, descarga el sistema limpio e instala desde cero.

Todos aquellos que únicamente hayan actualizado sus sistemas el sábado a través del gestor de actualizaciones no están en peligro. Repito, porque es importante: el problema afecta, solo y exclusivamente, a instalaciones desde cero con la “iso” descargada el mismo día 20. No estás afectado si actualizaste el sábado o si instalaste el sábado desde una “iso” descargada otro día. ¿Aclarado? Bien, vamos con la segunda parte de esta historia.

El otro incidente, quizás el más grave

Alabo más arriba la gestión de la crisis que ha venido realizando el líder del proyecto Linux Mint. Transparencia y rápida respuesta, poco más se puede pedir. El problema es que eso no fue exactamente así… Según cuentan en este enlace, se tuvo conocimiento de un primer episodio, una primera brecha de seguridad, que los atacantes aprovecharon para hacer una copia de la base de datos de los foros de Linux Mint. En dicho artículo, un usuario informa vía Twitter, con fecha 16 de Enero de 2016, de que se está vendiendo esta información en la red. 16 de Enero, eso es más de un mes antes del ataque principal.

¿Qué significa esto? Pues que todos los que tenemos – o teníamos, pues los foros siguen caídos a esta hora – una cuenta en dichos foros hemos pasado a formar parte de la lista de algún desaprensivo, quien ahora posee nuestro usuario, nuestra clave de acceso e incluso los mensajes privados que enviásemos a otro miembro de la comunidad. Me diréis que las claves están cifradas y es cierto, lo están. Pero usando una librería (phpass) que fue tachada de poco segura hace algún tiempo, para la cual existen programas capaces de romper el encriptado.

De manera que si tenéis la poco saludable costumbre de usar la misma combinación de correo electrónico y contraseña en más de un sitio de la red… mal asunto. Hace más de 1 mes que dicho par anda suelto por la red y puede ser solo cuestión de tiempo que los “hackers nada éticos” den con un servicio de los que utilizáis en el que puedan entrar y suplantar vuestra identidad o robar vuestra propiedad.

En negrita y subrayado: usuarios de los foros de Linux Mint, ya estáis tardando en cambiar vuestra contraseña de los principales sitios en los que sepáis que usáis la misma combinación de usuario/e-mail y clave.

Desconozco los motivos por los que Lefebvre no dio a conocer este otro ataque. Quiero creer que no miran el Twitter, pero no tengo ni idea. Lo que está claro es que, así como en el primer caso su actitud es digna de elogio, en este segundo resulta poco menos que irresponsable. Por decirlo suavemente.

A los oportunistas del Windows vs Linux

Florecen por doquier ante cualquier incidente de este estilo, como bien sabemos los que llevamos un tiempo usando GNU/Linux y escribiendo sobre él. Pasó con “Heartbleed” (que no tuvo que ver con el pingüino directamente, sino más bien con un proyecto de código abierto), y se repite cada vez que alguien descubre algún troyano o “malware” con GNU/Linux como objetivo.

Este problema que nos ocupa no se debe a una vulnerabilidad de GNU/Linux, sino a una relacionada con un “plugin” de WordPress. De modo que utilizarlo para lanzar “FUD” sobre la presunta inseguridad del sistema es poco elegante. Yo más bien lo interpreto como una prueba de la creciente popularidad de Linux Mint, aderezada con la intención de aprovechar la creencia de presunta inviolabilidad de GNU/Linux que puedan tener ciertos usuarios. Hablando claro: el 99 por ciento de los usuarios no tenemos antivirus, cosa que en Windows sería calificada como temeridad galopante, por lo que, de no haberse descubierto el pastel, había altas probabilidades de que los “botnets” perdurasen en el tiempo sin ser detectados.

El quid de la cuestión: ¿demuestra esto que GNU/Linux está igual de expuesto a amenazas que Windows? En mi opinión, todavía no al mismo nivel. Pero si sigue aumentado su uso, tanto en la empresa como en los hogares, cada vez más delincuentes tratarán de aprovechar la bien ganada fama del sistema del pingüino, aunque sea con “modus operandi” tan retorcidos y complicados como aprovechar un fallo en un “plugin” para ganar control de una web, que a su vez redirige a una “iso” infectada, que luego se emplea para contagiar equipos sin antivirus… Tiene narices la cosa.

Sigo muy contento con Linux Mint, pese a lo ocurrido. Considero que no se debe empañar una labor de muchos años por un descuido, aunque sí debe servir de aviso al equipo de Clem. Linux Mint es un sistema que utiliza muchísima gente. Administrarlo y desarrollarlo supone un gran poder, que como todos sabéis – y Peter Parker el primero – conlleva una gran responsabilidad.

 

Sobre el poder y la responsabilidad

Peter lo aprendió a las malas… el equipo de Linux Mint, también

 

Espero haber arrojado algo de luz sobre el tema. No profundizo en juzgar la actuación del equipo de Linux Mint respecto al incidente de la base de datos del foro porque me faltan evidencias sobre el motivo de su lentitud de reacción. Pero insisto: cambiad las contraseñas cuanto antes. Para los que utilicéis DuckDuckGo, os dejo un “tip”: si escribís en la barra de búsqueda “Password n strong”, donde “n” es un número de caracteres entre 8 y 64, obtendréis una contraseña de alta seguridad. De nada.

Salud

 

Generar una contraseña con DuckDuckGo

Como siempre, DuckDuckGo nos hace la vida más fácil: generador de contraseñas

 

La imagen de cabecera es cortesía de Shutterstock.

Fuentes de información:

http://www.zdnet.com/article/has-your-linux-mint-desktop-been-hacked/

http://news.softpedia.com/news/linux-mint-forum-database-compromised-for-at-least-a-month-before-announcement-500901.shtml

http://blog.linuxmint.com/?p=2994

Zorin OS 11: facilitando el cambio

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De Windows a GNU/Linux, se entiende, pero el título quedaba muy largo. Hoy vengo a hablaros de Zorin OS, a quien ya dediqué tres artículos con anterioridad y distribución que usé como principal durante algún tiempo, allá por 2011. En todo este tiempo muchas cosas han cambiado (salvo la crisis económica, de eso nos queda para rato… con minúsculas) y Zorin también, aunque mantiene una característica fundamental: es la distribución GNU/Linux que se entrega con una mayor semejanza a Windows. ¿La convierte eso en el mejor sistema para un usuario novel? Esto se vendría debatiendo si Zorin OS despertara mayor interés en las redes. Lo cierto es que tiene un buen puñado de usuarios satisfechos y vamos a tratar de explicarnos por qué.

Instalación

Advertencia muy importante: si os planteáis pasaros a Zorin OS yo, de vosotros, esperaría. Esta versión número 11 tiene un escaso tiempo de soporte, el mismo que la distribución en que se basa, Ubuntu 15.10 Wily Werewolf, finalizando en el mes de Julio del presente año 2016. Es cierto que podemos instalar la versión de soporte extendido, Zorin 9, pero no merece la pena estando tan cerca el lanzamiento de Ubuntu 16.04, que dará base a una nueva Zorin LTS.

Hablando de versiones, Zorin se ofrece en cuatro distintas, que nos explican en la web del proyecto: Core (la cual analizo aquí) es la predeterminada y que servirá para la gran mayoría de usuarios. Luego está Lite, para equipos más antiguos (solo en 32 bits) y dos lanzamientos que son de pago, llamados Business y Ultimate, que incorporan algo llamado “software premium” y soporte por parte del equipo de desarrolladores. Ambas cuestan más o menos lo mismo, 8.99 euros la primera y 1 euro más la segunda. Todas las podéis descargar desde aquí.

 

Versiones de Zorin OS

Las cuatro versiones disponibles de Zorin OS 11

 

El proceso de instalación es casi idéntico al de Ubuntu (usa la misma aplicación, Ubiquity), con la diferencia puesta en el pase de diapositivas y en un vídeo de introducción que ofrece una melodía pegadiza. Amén de adaptar los colores, claro está, siendo el azul el predominante en Zorin OS, en lugar de los tonos marrones y anaranjados de Ubuntu. Nada que reseñar en el aspecto negativo, transcurriendo la instalación sin incidencias.

Diseño

Sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes de Zorin OS, salvo que odies con todas tus fuerzas la presencia de Windows. Me evoca una mezcla entre Windows XP y Windows 7 que, a la sazón, contentará a los muchos usuarios que provengan de ambos sistemas, los más usados y populares de la compañía de Redmond. Y a los que no, siempre pueden optar por la herramienta Zorin Look Changer, que en un par de clics les permitirá transformar la apariencia del sistema para que luzca como un Gnome 2, por ejemplo.

 

Escritorio de Zorin OS

Escritorio de Zorin OS 11 con su impresionante fondo de pantalla por defecto

 

Me gustaría destacar un par de características. Por una parte, el renderizado de fuentes es excelente, sin duda heredado de Ubuntu, que a mi parecer no tiene rival en GNU/Linux en lo que a dicha materia se refiere. Por otra, la elección de Avant Window Navigator como barra de tareas predeterminada es el ingrediente primordial para remedar el escritorio de Windows, con sus transparencias e iconos que se asemejan en todo a los del sistema privativo en sus anteriores versiones. Hasta el punto que comparte la molesta – para mí – necesidad de hacer clic en el icono de volumen para poder subir o bajar, en lugar de usar simplemente la rueda del ratón una vez se posa el puntero sobre el icono. Ya veis, a lo Windows, incluso en las incomodidades.

Software

Una selección bastante acertada de programas por defecto es lo que nos ofrecen los desarrolladores. Además de los habituales en cualquier GNU/Linux que se precie, como Firefox o LibreOffice, tenemos Geary como cliente de correo o California, el gestor de calendarios de Gnome 3 que permite usar un calendario en la red.

Se incluyen también aplicaciones que facilitarán el arreglo a distancia por parte de ese familiar que todos tenemos – cuando no somos nosotros mismos, lo más frecuente – conocido como “el informático”, que no lo es. Me refiero al cliente de escritorio remoto Remmina. Además, para los que necesiten imperiosamente software de Windows, Zorin OS trae Wine, Play On Linux y Winetricks instalados y preparados para funcionar.

Mención aparte merecen las herramientas propias del sistema Zorin OS, como la que nos permite el cambio de aspecto o de tema, o el instalador de navegadores, que nos deja Google Chrome, Web de Gnome y Midori al alcance de un clic.

 

Software en Zorin OS 11

Algunas herramientas propias de Zorin, como el instalador de navegadores

 

Aunque Zorin funciona “out-of-the-box” casi en su totalidad, en el supuesto caso de que intentemos abrir o reproducir un fichero para el cual no exista ningún programa instalado, será el propio sistema quien nos ofrecerá un puñado de aplicaciones para la ocasión. Esto es tremendamente útil cuando se es usuario novel y todavía no se domina la instalación de programas en GNU/Linux. Zorin, por cierto, usa el Gestor de software de Ubuntu, solo que ligeramente adaptado al aspecto de la distribución.

 

Sugerencias de software en Zorin OS

El propio sistema nos da varias soluciones para reproducir un archivo

 

Rendimiento

De las pruebas a las que sometí a Zorin, resultó vencedor frente a Ubuntu 14.04.4 (no olvidemos que Zorin se basa en Wily Werewolf, la 15.10) en dos de ellas, perdedor en otras dos y hubo empate en el test gráfico. ¿Qué significado tienen estos guarismos? Desde mi perspectiva, indican un desempeño muy similar, lo que me permite afirmar que Zorin OS ofrece un extraordinario rendimiento. Es algo que se puede objetivar con el simple uso del sistema durante unas horas, sin lentitud ni errores de importancia. De los pequeños inconvenientes, nos ocupamos a continuación.

 

Botón Benchmark Zorin

 

Benchmark Unigine Valley en Zorin OS 11

Resultado de Zorin OS 11 en el benchmark Unigine Valley

 

Estabilidad y errores

En términos de estabilidad, nada que objetar. Ni cuelgues, ni reinicios que no son tales, ni problemas en el apagado. Los únicos problemas me los dio la barra de tareas AWN, que dicho sea de paso no recibe actualizaciones desde el año 2013, mientras la usé con los controladores libres Nouveau. Los errores en los que desaparecen partes de la barra o ésta se comporta erráticamente superponiéndose a las ventanas persisten desde la última versión de Zorin que analicé, pero se terminan solucionando con la instalación del controlador gráfico recomendado, esto es, el privativo de Nvidia. Algunos “applets” o añadidos a la barra, como el meteorológico, tampoco funcionan, pero esto es un mal menor. Así pues, prácticamente ausencia de errores destacables.

 

Error en barra de tareas de Zorin OS

Ha desaparecido una parte de la fecha en la barra de tareas

 

Conclusiones

Creo que Zorin OS sigue cumpliendo un papel importante en el vasto mundo de GNU/Linux. Es una distribución de fácil instalación y mantenimiento, que además ofrece un aspecto gráfico muy similar al que muchos usuarios han conocido desde que usan sus equipos. Si el rendimiento no desmerece a Ubuntu, pues poco se puede concluir en negativo respecto al sistema. Que sí, que volvemos a lo mismo de casi siempre, que si no sería mejor centrarse en mejorar Ubuntu en lugar de hacer una distribución que bebe directamente de ella sin aportarle nada… Puede ser. Debate cíclico que jamás condujo a ninguna parte ni creo que lo haga nunca. Dos palabras: software libre. Fin de la discusión.

Me parece que Zorin tiene más usuarios de los que muchos creen. Concluyo esto basándome en las visitas que recibo en busca de información sobre la distribución y en su puesto en el ranking de consultas que constituye Distrowatch. Y me parece lógico, al aunar facilidad de uso, rendimiento y bonita presencia.

Salud

 

Webcam funcionando en Zorin OS 11

Comprobando el funcionamiento de la webcam en Zorin

 

Puntos fuertes: su semejanza a Windows 7 y XP puede acercar GNU/Linux a algunos usuarios. A la facilidad de uso de Ubuntu añade un aspecto agradable y conocido.

Puntos débiles: su escaso tiempo de soporte, de 9 meses desde su lanzamiento, también consecuencia de su base Ubuntu. Tienen disponible, no obstante, una versión de soporte extendido hasta abril de 2019 (Zorin 9).

Recomendada para: usuarios noveles, sin duda alguna, así como nostálgicos de la apariencia de Windows 7 y XP.

Instalación
Diseño
Software
Rendimiento
Estabilidad
Promedio

Solus 1.1 Shannon: una distribución diferente

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Ante todo, conviene aclarar que la revisión de hoy se refiere al nuevo “Proyecto Solus“, que solamente comparte con el anterior dos cosas: el nombre (la desaparecida SolusOS) y el creador barra desarrollador principal, el señor Ikey Doherty. Dos detalles muy importantes, qué duda cabe. Cuando Ikey, al poco tiempo de dar carpetazo a su antigua distribución, una interpretación personal muy bien lograda de Debian estable con Gnome 2, anunció que se embarcaba en la tarea de inventar un entorno de escritorio, Budgie, que luego derivaría en la bandera principal de una nueva distribución, Evolve primero y luego Solus, reconozco que pensé que había que mostrarse cauto. Me pareció que sería demasiado trabajo para una sola persona. Y supongo que así es, pero la verdad es que no está solo en su aventura, como se puede comprobar en la wiki del proyecto, apartado “Developers”.

Con el lanzamiento de la primera “point release” de la serie Shannon, anunciada hace unos días, se han realizado muchas mejoras y añadido nuevos paquetes. Para los que no conozcan la distribución, Solus ha sido creada desde el principio, esto es, no deriva de Debian, Arch o ninguna otra. Para instalar y eliminar paquetes se usa el gestor de software Evolve, o bien la herramienta de consola eopkg. Con estas dos simples afirmaciones ya se infiere que esta no es una distribución cualquiera, es todo un proyecto que busca hacerse un hueco en GNU/Linux con apuestas tan sólidas como el entorno de escritorio Budgie, una variación de Gnome 3 que recuerda, por su minimalismo y eficacia, al Pantheon de Elementary OS, y por su semblanza de Windows 10 (solo en el panel lateral, que os conozco), un poco a Deepin.

Instalación

Conforme a estas premisas ya se puede comprobar, desde el instalador, que Solus no comparte con ninguna otra distribución, lo que os comentaba. El minimalismo y la sobriedad priman sobre cualquier otro aspecto en el sistema. Estamos por ello ante una instalación sencilla e intuitiva, pero a la vez completa y que permite retroceder pasos si nos parece que debemos cambiar alguna decisión o algún parámetro, sin perder lo ya configurado. Tiene una pega que puede ser importante: está totalmente en inglés.

 

Instalador de Solus 1.1 Shannon

El instalador de Solus está completamente en inglés, algo que esperemos se arregle en el futuro

 

Las buenas noticias son que el inconveniente del idioma se soluciona tras instalar y reiniciar, si bien hay algunas pequeñas partes del entorno de escritorio que permanecen sin traducir. Pero son muy pocas, ciertamente.

Diseño: el escritorio Budgie

Si por algo se distingue a Solus es por su apariencia, con el escritorio Budgie luciendo en todo su esplendor. Destaca el panel de configuración, a lo Deepin o a lo Windows 10, como comentaba más arriba, así como el estilo “flat” presente gracias a los iconos Faba y el tema de escritorio Arc-darker, que vienen por defecto. En lo negativo, un renderizado de fuentes que no me apasiona, muy susceptible de mejora en próximas entregas.

El entorno de escritorio Budgie fue creado también desde cero, intuyo que ante el dilema de no quedar convencido con ninguna de las soluciones disponibles actualmente en el panorama “linuxero”. Algo que a mí me ha pasado, por ejemplo, hasta acomodarme en Cinnamon. Ikey decidió fabricar su propia versión de Gnome y a fe que ha logrado un escritorio con personalidad propia. A destacar lo fácil de configurar que resulta, merced a las opciones pertinentes alojadas en el menú lateral que se abre al pulsar sobre la bandeja del sistema. Desde ahí se pueden añadir o quitar barras de tareas, controlar las notificaciones y hasta cambiar por completo los temas de escritorio e iconos. Fácil y manejable. Y me da en la nariz que esto es solo el principio…

 

Panel lateral de Budgie

El panel lateral recuerda al de los últimos Windows… o a Deepin

 

Software

En este apartado encuentro el talón de Aquiles de la distribución. Pocos paquetes disponibles, aunque los que hay permiten cubrir una gran mayoría de las necesidades informáticas de un usuario medio. Incluidos de serie están, entre otros, Firefox, Thunderbird, Transmission, VLC, Rhythmbox y un gestor para la instalación de controladores propietarios que funciona perfectamente. Encuentro a faltar, ya no solo en la instalación inicial sino en los propios repositorios, algunas soluciones comunes como Shotwell o Skype.

 

Centro de software en Budgie

No están todos los que son, pero son todos los que están. O algo parecido.

 

No obstante, tal y como indican en la wiki del proyecto, ciertos paquetes no pueden incluirse en los repositorios oficiales por cuestiones de licencia. Ello implica a Chrome, Opera, Vivaldi o Spotify, que son instalables vía terminal. En la misma wiki tenemos la lista actual de paquetes de aplicaciones que podemos instalar en Solus.

Rendimiento

Aunque el desempeño es correcto, en general, y el escritorio Budgie se mueve con fluidez, en ciertas ocasiones se nota un extraño retardo en la ejecución de algún programa. Quiero decir con esto que no me da la sensación de liviandad que he podido notar en otros escritorios. Y el asunto no se queda en percepciones subjetivas, sino que se confirma con las pruebas de rendimiento, en las que Solus no supera a Ubuntu en ninguna de las cuatro que he podido realizar. Y ya me extraña, pues es una de las supuestas señas de identidad de Budgie, un escritorio que al arrancar solo me ocupa 412 Mb de RAM.

Lo anterior no significa que estemos ante un escritorio pesado, más bien que se encuentra todavía en pleno desarrollo. Estoy seguro de que va a mejorar con el tiempo. Además, es una circunstancia que ocurre muy de vez en cuando en el uso del equipo, un pequeño retardo, casi imperceptible, pero que está ahí. Eso sí, los tiempos de arranque y apagado son excepcionales, así como la fluidez con la que se reproduce el vídeo o la imagen en mi “webcam”, la mejor hasta ahora en mi experiencia con GNU/Linux.

 

Benchmark Solus 1.1

 

Unigine Valley en Solus

Resultado de Unigine Valley en Solus 1.1

 

Estabilidad y errores

Ningún problema con la estabilidad del sistema. Prácticamente tampoco he encontrado errores de bulto, más allá de fallos de traducción en ciertas aplicaciones. Si acaso, la sorprendente paradoja de tener instalado el paquete con el controlador libre Radeon – lo descubrí mediante una sugerencia de actualización – cuando estoy usando exclusivamente la Nvidia que Yoyo me regaló en su día. Extraño, como poco. Pero que esté instalado no implica que esté en uso, obviamente, sino más bien un exceso de celo en proveer el máximo de controladores posibles para dotar a Solus de compatibilidad con un buen número de equipos. Prevención, después de todo.

 

Actualización en Solus

Se me ofrece actualizar un paquete que no estoy usando

 

En cuanto al soporte, Solus cuenta con 2 años a partir del lanzamiento de la versión “punto cero” de la rama. Es decir, Solus 1.0, que vio la luz en Diciembre de 2.015 recibirá actualizaciones hasta Diciembre de 2.017. Cuatro veces al año se producen lanzamientos menores, como esta versión 1.1, destinados principalmente a resolver errores y actualizar ciertos programas, que no todos.

Mi opinión de Solus 1.1 Shannon

Es difícil para mí mostrarme imparcial cuando se trata de analizar algún producto – una distribución GNU/Linux lo es, aunque no se venda como tal – en el cual esté involucrado Ikey Doherty. SolusOS Eveline fue para mí un sistema maravilloso que usé durante algún tiempo y acerca del cual recientemente comentaba como seguía funcionando en una instalación que realicé para mi cuñado años atrás. Sólido, como su base Debian estable; bonito y funcional, gracias a los añadidos de Ikey. Él fue también uno de los impulsores de LMDE, proyecto que abandonó para crear su propia distribución.

Pero tratando de dejar a un lado mi admiración por este talentoso programador, creo que esta nueva andadura suya está destinada a afianzarse como un sistema popular, a poco que vaya creciendo en paquetería. Budgie es un buen escritorio, algo que creo queda patente en el hecho de que varias distribuciones ya lo ofrecen en sus repositorios como alternativa a Gnome, Cinnamon, XFCE o Mate, los escritorios GTK por excelencia. De hecho, el propio equipo de desarrolladores da soporte a Budgie en Fedora y openSUSE, además de encontrarse en el AUR de Arch. Cuenta así mismo con el apoyo de una animosa comunidad. Solo hay que darse una vuelta por los foros (casi mil usuarios ya) o por Google Plus (1.166 miembros en el momento de escribir esto), donde el número de personas es impresionante para una distribución de tan corta vida. Aun quedan para los más de 15.000 de Elementary, pero todo se andará.

 

Webcam en Solus

Imagen nítida y de gran fluidez en la webcam con Solus

 

¿Cuál sería el usuario medio al que recomendar Solus? Un poco al estilo de KaOS, pero con corazón GTK. Ambas son distribuciones creadas desde cero y mantenidas por unas pocas personas, con entusiastas comunidades detrás que arropan sus decisiones y participan de ellas. Gente a la que no le importe tener que compilar un determinado paquete que no esté en los repositorios, algo que se puede hacer siguiendo la guía que, a tal efecto, se encuentra en la web del proyecto Solus. Y así, de paso, arrimar el hombro. Con el pragmatismo en mente, los desarrolladores solamente mantienen un único kernel, sobre el que implementan las mejoras precisas para asegurar la compatibilidad del hardware de los usuarios. Sí, habéis leído bien: si algo no os funciona es posible que os parcheen el kernel para solucionarlo, una vez informéis del problema en los foros.

Algo tendrá Doherty cuando tantos se acercan a sus proyectos y los adoptan. Pasó con SolusOS y está pasando con Solus. Si queréis averiguar qué es, tendréis que probar la distribución. Yo ya estoy afianzado en Linux Mint y no deseo más saltos… vosotros mismos.

Salud

Instalación
Diseño
Software
Rendimiento
Estabilidad
Promedio

Solucionar error de actualización de Chrome en Linux Mint

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Llevo varios días postergando un problema en mi equipo de escritorio con Linux Mint 17.3 Rosa Cinnamon que atañe al repositorio de actualizaciones de Google Chrome. No es que use demasiado el navegador de la gente de Mountain View, pero hay ciertas páginas que van regular con Firefox – oh, casualidad, Google Plus es una de ellas – y se me hace más cómodo verlas ahí. Como decía, resulta que desde que Google decidiera retirar el soporte de actualizaciones a su navegador para GNU/Linux en las arquitecturas de 32 bits, cada vez que Linux Mint refrescaba los repositorios aparecía el susodicho error, en forma de aspas rojas sobre el escudo de la barra de tareas, tal que así:

 

Error actualización Linux Mint

Algo no va bien con las actualizaciones

 

Ayer, los amigos de WebUpd8.org publicaban una solución que realmente funciona y de la que me voy a hacer eco. No temáis, que no es nada complicado de resolver.

Abrimos la terminal, bien la escogemos desde el menú de Linux Mint o usamos la combinación de teclas CTRL + ALT + T. Al gusto del consumidor. Escribimos en ella el código que sigue:

sudo gedit /etc/apt/sources.list.d/google-chrome.list

Introducimos nuestra contraseña y ya tenemos abierto el editor de texto en modo super-usuario. En lugar de gedit podemos usar pluma (el predeterminado en MATE) o incluso algún editor en consola, como nano o vi… bueno, si usas vi no estarás leyendo esto, casi seguro.

En el archivo a editar, buscamos la línea:

deb http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main

Y le añadimos la expresión [arch=amd64] para que quede de esta forma:

deb [arch=amd64] http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main

Quedando como se muestra en la imagen de abajo.

 

Gedit abierto en Linux Mint

La línea que hemos cambiado es la que está subrayada en azul

 

A continuación, guardamos y salimos del editor. De vuelta a la consola, abrimos un segundo fichero:

sudo gedit /opt/google/chrome/cron/google-chrome

Buscamos estas dos líneas:

REPOCONFIG="deb http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main"
SSLREPOCONFIG="deb https://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main"

Volvemos a colocar la misma expresión, [arch=amd64], en cada una de ellas y tenemos las líneas corregidas:

REPOCONFIG="deb [arch=amd64] http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main"
SSLREPOCONFIG="deb [arch=amd64] https://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main"

El resultado tiene que ser el que se muestra a continuación:

 

Editor Gedit en Linux Mint

Ídem en esta imagen: las líneas subrayadas han sido cambiadas para resolver el problema

 

Guardamos, salimos y… ¡eso es todo! Nos quedará abrir el gestor de actualizaciones y, usando el botón de “Refrescar”, hacerlo pasar de esta triste imagen:

 

Error al actualizar Linux Mint

Emoticono con cara contrariada… nada bueno

 

A esta otra, contento y feliz:

 

Linux Mint actualizado

Todo ha vuelto a la normalidad en nuestro Linux Mint

 

Hemos recuperado la paz y la armonía. Los agradecimientos a Andrew, de WebUpd8.org. Yo me he limitado a traducir y publicar su solución, que también es válida para Ubuntu, Debian y derivadas, al usar el mismo repositorio para Google Chrome.

Salud

Fuente: Fix `Failed To Fetch` Google Chrome Repository After Google Dropped Support For Its Browser On Linux 32bit

Manjaro Deepin 16.03: combinación ganadora

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No me digáis que no os picaba la curiosidad. A un servidor, sí, y mucho. Desde que supe de la existencia de una versión comunitaria de la gran Manjaro con el pujante escritorio chino estaba deseando hincarle el diente. Uno es un enamorado de las novedades y si son atractivas desde el punto de vista estético, pues doblemente. Y es el caso, vaya si lo es. Hay que tener en cuenta, porque ya lo advierten en el anuncio oficial publicado en la web de Manjaro, que Deepin es todavía un escritorio joven, no exento de errores. Esto también es cierto, como he podido comprobar por mí mismo en la revisión. ¿Cuál es el resultado de mezclar una distribución rápida, actualizada y amigable para el usuario con un escritorio novedoso como Deepin? La respuesta a esta pregunta tratamos de encontrarla en el artículo de hoy.

Instalación

Como es habitual en todas las ediciones de Manjaro, se nos permite escoger tres métodos de instalación: uno en modo texto (CLI), el clásico instalador de la distribución (Thus) y el nuevo, que tiene ya cierto recorrido (Calamares). Para el análisis he usado el último de ellos, con el cual tengo ya experiencia por su inclusión en Chakra, KaOS y otras distribuciones.

La instalación transcurre sin incidencias y eso siempre es buena noticia. Además, el tiempo pasó volando mientras me dedicaba a inspeccionar los muchos recovecos desconocidos para mí en este escritorio.

 

Instalador Manjaro Deepin

Progreso de la instalación de Manjaro Deepin en mi equipo

 

Diseño

No existe nada parecido a Deepin en GNU/Linux. Y mira que hay escritorios para dar y regalar. El diseño de esta pequeña obra maestra china nos descubre un despliegue magnífico de transiciones, efectos, sonidos y demás, todo ello aderezado con un par de ingredientes tomados de dos populares sistemas operativos: el “dock” clásico de OSX y la barra lateral de configuración que existe en Windows desde su versión 8. Contamos también con esquinas activas y el tablero de aplicaciones, accesible desde el lanzador, que popularizó Gnome 3. Como podemos observar, toma varios aspectos de diferentes escritorios para conformar uno solo.

Me gustaría destacar la importancia de la barra de configuración, auténtica aliada del usuario novel, pues desde ella es posible manejar casi todo lo relacionado con la configuración del sistema: actualizar, cambiar el fondo de pantalla, el tema de ventanas e iconos, la fecha, conectar o desconectar a redes… es fantástico, de verdad.

 

Panel lateral Manjaro Deepin

Desde el panel lateral se pueden configurar múltiples aspectos del sistema

 

Software

Deepin no es solo un entorno de escritorio. También cuenta con interesantes aplicaciones propias, aunque algo inmaduras para mi gusto. La mejor, tal vez, sea Películas Deepin, aunque falló al reproducir un archivo de vídeo digital y parecía trabarse en ocasiones. El Reproductor Deepin, por su parte, me pareció bastante lento y fallón, además de poco intuitivo. Hay opciones mucho mejores en GNU/Linux, al menos por el momento. Entre las aplicaciones propias destaco también algo llamado Centro de juegos Deepin, lugar del que salí escopeteado por la abundancia de caracteres en lengua china que – más quisiera – no supe descifrar.

Por lo demás, el arsenal de programas es el habitual en una distribución, con Chromium como navegador de elección, LibreOffice como suite ofimática, Evolution para el correo, Sonata como reproductor de medios alternativo y la herramienta clásica de Manjaro para hacer la vida más fácil al usuario: el “Manjaro Settings Manager”, desde el cual se pueden añadir o quitar “kernels”, paquetes de idioma y controladores propietarios.

El gestor de programas por defecto es Pamac, existiendo la posibilidad de instalar Octopi desde los repositorios si es que lo preferimos. A excepción de mi problema con el archivo “.dv”, Manjaro Deepin reprodujo todo tipo de ficheros, además de los contenidos en Flash de la red.

 

Deepin Games

Deepin Games… entre el inglés y el chino anda el juego

 

Rendimiento

Por todos es conocida la fluidez y liviandad de Manjaro en su versión principal, con XFCE. Deepin, a pesar de no ocupar demasiada memoria (640 Mb al inicio), no ofrece estas mismas prestaciones. A ratos se traba bastante, con saltos en el puntero del ratón, y una tardanza al abrir algunas aplicaciones que inician rápidas como el rayo en XFCE. Obviamente, a Deepin aún le queda para alcanzar el grado de optimización de escritorios con muchos años de trabajo a sus espaldas.

Las pruebas realizadas con Phoronix Test Suite y Unigine Valley arrojan los resultados de siempre: Ubuntu se impone en todos los apartados y la prueba de rendimiento en Python no funciona en Manjaro, para variar. Si os interesan los valores numéricos, podéis verlos en el botón de aquí abajo:

 

Benchmark Manjaro Deepin 16.03

 

Unigine Valley en Manjaro Deepin

Resultados de Unigine Valley en Manjaro Deepin 16.03 Capella

 

Estabilidad y errores

Lo anuncia el equipo de Manjaro en su web: “Not yet completely bug free”. No exenta completamente de errores todavía. Lo curioso del asunto es que con dicha sentencia hacen referencia al escritorio Deepin, cuando el grueso de mis problemas tienen que ver con Manjaro y sus herramientas. Por destacar tres fallos importantes:

La primera vez que se entra al escritorio y se actualiza el sistema todo transcurre sin sobresaltos. Además, se escoge automáticamente el repositorio más veloz para ganar tiempo. Sin embargo, al reiniciar por segunda vez y tratar de instalar los paquetes de idioma faltantes, previa notificación, se produce un error de bloqueo de pacman que hay que resolver en consola. Esto me ha ocurrido más veces con otras ediciones de Manjaro.

Al tratar de instalar los controladores propietarios de NVIDIA, vía “Manjaro Settings Manager”, todo parece ir bien pero, tras reiniciar, me encuentro pantallazo negro y cursor parpadeante. Mis peores recuerdos de Arch, ATI y yo… lo imposible. Pero esta vez con NVIDIA. Se me ocurre salir a consola e instalar el último kernel disponible con los controladores correspondientes (paquete linux44-nvidia). Tras reiniciar… voilà. Todo funcionando. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas, que dicen por mi pueblo. Traducción: si al final tengo que tirar de consola, ¿de qué me sirve el “Manjaro Settings Manager”?

Por último, un error achacable a Calamares, supongo, y es que la distribución de teclado escogida durante la instalación no aparece por ninguna parte, quedando solamente el teclado en inglés. Fácilmente solucionable, además desde la propia barra lateral de configuración, pero error, al fin y al cabo.

Actualizando Manjaro Deepin

Primera actualización de Manjaro Deepin, que incluye el kernel

 

Mi opinión de Manjaro Deepin 16.03 Capella

En líneas generales, esta original edición de Manjaro me ha gustado. Soy de esos usuarios a los que se les gana por los ojos, y en ese aspecto, Deepin es muy resultón. Escritorio moderno, con aires de algo conocido, lo cual parece una buena combinación que puede atraer a muchos usuarios. Fácil de usar e intuitivo como ninguno, a mi entender, creo que es una gran apuesta que, a poco que siga evolucionando, dará bastante que hablar. Aunque no lo parezca, todavía hay mucha gente a la que no hay escritorio en GNU/Linux que le llene por completo. Yo les recomendaría echar un vistazo a Deepin, porque a lo mejor es lo que andaban buscando.

El problema de cara al usuario más novato es el de siempre, por mucho que Manjaro sea el “Arch para seres humanos” que se demandaba hace años: hay errores, algunos no fácilmente solucionables si no se está acostumbrado a bregar con ellos. Mi problema con el controlador propietario, que termina con un equipo que no inicia, espantaría a buen seguro a alguien recién llegado a GNU/Linux.

En cualquier caso, coincido con los desarrolladores de Manjaro en que Deepin ha evolucionado mucho y muy rápido. Tiene una pinta inmejorable y estoy seguro de que va a ir a más. Bien haríamos en estar pendientes de su crecimiento, porque una bonita fachada siempre es un buen aliciente para algunos usuarios, lo cual termina yendo en beneficio de todos los que a diario empleamos y amamos este sistema operativo. Hala, ya he saciado mi curiosidad. ¿Y vosotros?

Salud

 

Webcam en Manjaro Deepin

Manjaro Deepin incluye una bonita selección de fondos de pantalla

 

Puntos fuertes: escritorio moderno e intuitivo, muy agradable estéticamente.

Puntos débiles: algún error importante. Aplicaciones propias todavía muy verdes.

Recomendado para: usuarios con conocimientos medios de GNU/Linux.

Instalación
Diseño
Software
Rendimiento
Estabilidad
Promedio

Linux Mint “tips” 2: instalar controladores propietarios

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Continuando con la saga de pequeños consejos para usuarios noveles que se embarcan en la gran experiencia de adoptar Linux Mint como sistema de uso principal, turno hoy para la instalación de los controladores propietarios. En general, quien más y quien menos tiene en su equipo algún hardware que requiere el uso de los mismos, de modo que me parece interesante explicar qué son, en qué se diferencian de los llamados controladores libres y cómo se pueden añadir al sistema.

¿Qué es un controlador?

De entre los muchos dispositivos que componen un equipo informático, hay una gran mayoría que precisa de una serie de ficheros, llamados controladores, que permiten al núcleo del sistema y a dicho hardware reconocerse y hablarse entre sí. Definición muy sui géneris, pero se trata de entender el concepto y no de profundizar demasiado. Para quien esté interesado en una explicación en condiciones, existe la Wikipedia, entre otras fuentes.

Controladores propietarios

Son los creados habitualmente por los fabricante de los dispositivos (impresora, placa base, tarjeta de red…), que por razones de competitividad y otros motivos de índole económica no suelen mostrar a todo el mundo el código fuente de dichos programas. Por regla general, los controladores propietarios o privativos suelen exprimir y sacar el máximo partido a los dispositivos para los que fueron creados, de ahí que el fabricante no permita a otras personas revisar el código para saber qué incluye. Es el caso de todos los controladores que existen para Windows y la razón de ser de esos CDs o disquetes para los más mayores, que solía incluir todo periférico que adquiríamos para dicho sistema operativo.

Controladores libres

Creados por la comunidad, normalmente mediante el uso de ingeniería inversa – algo muy complejo y que requiere un trabajo inmenso. Suelen rendir peor que los propietarios, aunque existen honrosas excepciones y ocasiones en las que el desempeño que proporcionan es más que suficiente para el uso que le damos al equipo. Obviamente, los juegos demandantes de recursos no suelen llevarse bien con estos controladores.

 

NVIDIA y Tux

NVIDIA y Tux no siempre fueron amigos… que le pregunten a Linus. Imagen de No Sin Mi Ubuntu

 

¿Qué controlador utilizar?

Pregunta con respuesta abierta. Todo depende de lo que queramos conseguir y nuestra filosofía de vida o forma de entender la Informática. Las distribuciones totalmente libres, como Trisquel, no incluyen ningún programa o controlador cuyo código no pueda ser estudiado o auditado. Por desgracia, en GNU/Linux hay dispositivos que únicamente funcionan con controladores propietarios.

Instalar controlador NVIDIA en Linux Mint

En mi caso particular, me veo obligado a instalar el controlador propietario de la famosa gráfica NVIDIA de Yoyo, debido a que los controladores libres (Nouveau) provocan, como en Ubuntu, congelaciones aleatorias en el escritorio. Afortunadamente es un proceso muy sencillo, que en unos pocos pasos se realiza sin dificultad alguna:

Abrimos el menú y escogemos “Administrador de controladores”.

Menú Linux Mint

Menú de Linux Mint 17.3 Rosa Cinnamon

Comprobamos que se está usando el controlador libre Nouveau, así como que es el propietario el marcado como recomendado por los desarrolladores de Linux Mint. Abajo, además, se nos indica que no estamos usando controladores privativos.

Nouveau en Linux Mint

El controlador que está en uso es el libre

Hay varias versiones del controlador. Recomiendo escoger la más moderna disponible, que en el momento actual es nvidia-352. Pulsamos en “Aplicar cambios” y esperamos la descarga e instalación del paquete.

Instalando NVIDIA en Linux Mint

El controlador privativo se está instalando en nuestro equipo

Una vez finalizados, deberemos reiniciar el equipo para que el nuevo controlador entre en acción.

Y no hay que hacer nada más. Ni complicadas operaciones en consola, ni añadir repositorios; simplemente los pasos que os he descrito. Lógicamente, este es mi caso personal y el número de controladores disponibles variará según el hardware que tenga cada uno. Son habituales los controladores para tarjetas inalámbricas con “chipset” Ralink, por ejemplo. En esos casos, el procedimiento es similar: escoger, aplicar y reiniciar.

Tampoco contemplo aquí el caso de los equipos con gráficos híbridos (Intel integrada y NVIDIA dedicada suelen ser los más corrientes) que precisan del controlador Bumblebee. No me gusta escribir sobre aquello que desconozco y no he podido probar personalmente.

Configurando la tarjeta NVIDIA

Hace ya algunos meses que me rendí a la evidencia: los juegos siguen corriendo bastante mejor bajo Windows que bajo GNU/Linux. Por este motivo mantengo la partición con el sistema de Redmond y no tiene sentido duplicar esfuerzos e instalaciones usando mi partición con Linux Mint para jugar en Steam. Si no es vuestro caso, es decir, si queréis utilizar Steam en GNU/Linux, probablemente os interesará echar una ojeada a la aplicación “NVIDIA X Server Settings”.

Aparecerá en el menú, apartado “Administración”, una vez hayáis instalado el controlador privativo. Desde ella se pueden cambiar muchos parámetros que afectan al rendimiento de la tarjeta gráfica, además de comprobar, por ejemplo, la velocidad de rotación del ventilador que incorpora y la temperatura actual de la GPU.

 

Temperatura NVIDIA Linux Mint

La temperatura de mi NVIDIA no es muy elevada en este momento

 

Si sois jugones, los apartados llamados “PowerMizer” y “Application Profiles” os van a resultar muy útiles. Ahí podréis indicar a la tarjeta gráfica qué perfil queréis que use (ahorrativo o máxima potencia), así como añadir un filtro para cada aplicación que os permitirá que Steam emplee todos los recursos de la tarjeta.

Pues ya sabemos alguna cosilla más de Linux Mint. Esperando que os sea de utilidad, me despido hasta la próxima.

Salud

Chakra Ian: sobresaliente en rendimiento

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La nueva versión de mi distribución favorita de todos los tiempos ha visto la luz hace unos días y eso es razón más que suficiente para dedicarle un artículo. Solo faltaría. Cierto es que al tratarse de una “semi-rolling release” no tiene demasiado encanto, en el sentido de que las novedades no relucen tanto como en las “point release” y los usuarios de la distro ya disfrutan de ellas, con el simple gesto de actualizar diariamente su sistema. No obstante, me he llevado una grata sorpresa con el rendimiento de Chakra Ian respecto al de su predecesora Fermi. Y no solo comparándola con ésta sale ganando, el salto es espectacular también con el resto de distribuciones, hasta ponerse casi a la altura de Ubuntu Trusty, sistema ganador en todas las comparativas que llevo hechas hasta el día de hoy. Como no solo de rendimiento vive el “linuxero”, detengámonos un poco en varios aspectos para intentar formarnos una idea global de lo que Chakra Ian nos puede ofrecer.

Instalación

Se sigue incluyendo Calamares como instalador, decisión lógica dado el buen funcionamiento del mismo. Nada más arrancar el “Live CD”, nueva sorpresa: ¡por fin aparece completamente traducido el escritorio! Mira que me he llevado años colaborando en Transifex – junto a un equipo bastante grande de personas, por supuesto – y siempre pendiente de que a la hora de salir la nueva “ISO” estuviese todo traducido. Chasco tras chasco, lo que nosotros traducíamos allí luego no se veía reflejado en su totalidad en el escritorio. Hasta esta edición. Nunca es tarde si la dicha es buena.

Además de este punto, se han corregido errores molestos, como la persistencia de los archivos de localización de todos los idiomas, algo que hacía muy tediosa la primera actualización del sistema. Tras un reinicio, todo perfecto.

 

Calamares en Chakra OS

El instalador Calamares y el entorno en vivo de Chakra Ian

 

Diseño

Aspecto algo polémico este. Los gustos son muy personales, es una obviedad como un castillo. Andaba yo – y me consta que unos cuantos más – muy contento con la posibilidad de un renacimiento de la etapa dorada del diseño de Chakra, ésa que condujera Malcer con gran acierto durante bastante tiempo. Malcer se fue y con él todo su “artwork”, desaparecido su blog y quedando su legado en forma de tema e iconos Heritage para Chakra, además de Caledonia para el público en general. Y mis esperanzas estaban puestas en los diseños de Fabián Alexis Inostroza, creador de “El General”, luego rebautizado a Antü.

Por la razón que sea – que prefiero no entrar en ella – los desarrolladores de Chakra no tuvieron a bien incluir el trabajo de Fabián como predeterminado en la distribución. Luego, Fabián adoptó KaOS (Chakra le daba fallos en su equipo) y por allí anda, más contento que unas castañuelas. Fin de la historia. En cualquier caso, son opiniones y como tal siempre subjetivas, lo cual no significa que el aspecto de Chakra Ian sea malo. Para mi gusto, podría ser mejor. El tema de Plasma 5 utilizado es, como comentaba, el Heritage (la herencia) a partir del Caledonia de Malcer. Los iconos por defecto, sin embargo, son los Brisa. El renderizado conoció tiempos mejores; ignoro si se siguen incluyendo los parches de Ubuntu para las fuentes, pero el caso es que en Plasma 5 no lucen como solían en KDE 4.

Nota: al parecer, el tema con Fabián fue un simple malentendido, ya aclarado. Las “ISOs” de mantenimiento de Chakra nunca salen con nuevo “artwork”.

 

Escritorio Chakra OS

El escritorio de Chakra Ian recién instalado

 

Software

Para instalar y quitar programas contamos con Octopi. Aun a sabiendas de que está en el espíritu de los desarrolladores de Chakra no sobrecargar el escritorio, yo hubiera incluido por defecto el notificador de actualizaciones. Sí, el fantasma ése de la barra de tareas, octopi-notifier. No pesa tanto y es una gran ayuda para el usuario novel.

En cuanto a aplicaciones, hace tiempo que el navegador Qupzilla sustituyó a Rekonq, acertadamente a mi parecer. El desarrollo de Qupzilla es lento pero, al menos, existente. Kmail es el programa de correo electrónico, Kget el gestor de descargas, Bomi el reproductor de vídeo y Tomahawk el de audio. Además, se incluye la suite Calligra, como corresponde a una distribución centrada absoluta y exclusivamente en KDE.

Lo que no encontremos en los cuatro repositorios predeterminados deberemos buscarlo en el comunitario (CCR). Aunque hay bastante software allí, no siempre encontramos las últimas versiones y el número de programas es inferior – por mucho – al que hay en AUR, el “repo” equivalente de Arch Linux. En alguna ocasión, caso de necesidad imperiosa, nos podría tocar ponernos manos a la obra para compilar lo que precisemos.

 

Webcamoid en Chakra OS

Compilando la aplicación Webcamoid desde CCR

 

Rendimiento

Ya lo apuntaba al comienzo del artículo: espectacular mejoría, probablemente apoyada en el progreso de las nuevas versiones de Plasma 5 y la suite KDE al completo. Por una cosa o por otra, los valores obtenidos en las pruebas con Phoronix Test Suite están muy próximos a los de Ubuntu Trusty, llegando a superar a ésta en el “benchmark” de descompresión, donde logra récord absoluto con un 16’93 (ninguna distribución aquí analizada había bajado de la barrera de los 17 segundos). El desempeño gráfico es idéntico al medido en Ubuntu, en este caso con una nueva versión (358) de los controladores de NVIDIA.

Lo anterior no quiere decir que Chakra antes fuera lenta o algo parecido. La fluidez, la inmediatez en la apertura de aplicaciones o el manejo de ventanas siguen presentes. Para regocijo de los usuarios de la distribución, lógicamente.

 

Benchmark Chakra OS

 

Unigine Valley en Chakra OS

Resultado de Unigine Valley en Chakra Ian

 

Estabilidad y errores

Estabilidad: mucha. Todavía hay veces que Plasma 5 hace “crash” en algún programa, pero con cada nueva versión esto se mejora. Errores, pues no sufrí ninguno importante, sí algunos menores que detallo:

Hay un extraño error en la barra de tareas, donde parece faltar un icono junto al de la red. Ignoro de qué se trata, pero el “bug” es persistente.

Fallo barra de tareas Chakra OS

¿Qué icono falta en ese espacio de la barra de tareas?

Durante la instalación en Calamares, aparece seleccionada la opción de “login” automático. Sin embargo, a la hora de entrar al sistema se nos solicita el nombre de usuario y contraseña.

Al instalar los controladores propietarios NVIDIA, siguiendo la correspondiente entrada de la wiki, todo va bien pero, al reiniciar, el escritorio aparece como desplazado hacia la derecha. Es un error que ya me sucedió en la anterior versión de Chakra. A pesar de instalar NVIDIA-settings (un programa GTK, por cierto), y toquetear las distintas opciones disponibles, el único modo de arreglarlo fue a través de las propiedades del sistema de KDE. En el apartado “Pantalla y monitor”, “Configuración de la pantalla”, “Preferencias avanzadas”. Cambié la tasa de refresco de 75 Hz a 60 y se solucionó… por llamarlo de alguna forma, pues me obliga a usar una tasa menor para que el escritorio quede encuadrado en el monitor. Extrañamente, al tratar de capturar la pantalla para aportar documentación gráfica del problema, todos los pantallazos salían bien, como si el error no existiese. Así que opté por hacer una foto con mi móvil:

Error NVIDIA en Chakra OS

El reloj de la barra de tareas se pierde por el borde derecho de la pantalla

El icono de volumen de la barra de tareas toma como salida predeterminada de audio la clavija HDMI de la tarjeta gráfica NVIDIA. De tal suerte que deberemos cambiar esto, apagando el mencionado perfil en “Preferencias de volumen del sonido”, apartado “Configuración”.

Mi opinión de Chakra Ian

Nuevamente me veo en la tesitura de tratar de juzgar esta edición de Chakra desde mi posición de enamorado de la distribución. Pelín sesgado el análisis, supongo. Aun así, por intentar ser imparcial, que no quede. Creo que Plasma 5 se lanzó con un grado de inmadurez elevado, lo cual hizo que se resintiera la calidad de la gran mayoría de las distribuciones que lo incluyeron. El caso de Chakra fue un tanto especial, pues esperaron a la versión 5.4.2 del entorno para tirarse a la piscina con un poco más de agua. A pesar de lo cual, los errores existieron y existirán, pero con cada nuevo lanzamiento se muestran en menor cantidad.

Por este motivo, Chakra sigue avanzando a la par que crece la estabilidad y el número de características de Plasma 5. A día de hoy es un entorno que sigue sin llenarme del todo – uno de los motivos por los que continúo usando Linux Mint con Cinnamon – sin que esto sea óbice para que haya dejado de lado a Chakra por completo. En mi portátil sobrevive la mar de a gusto, con el añadido de que se trata de un equipo más modesto (Intel i3 del 2010, si no me equivoco, con gráfica integrada) donde la distribución mejor se mueve y más notoria se hace su fluidez y velocidad.

Así que, avisados estáis. Si KDE os llama y pensáis que vuestro equipo no resistirá la demanda de recursos que conlleva, dadle un tiento a Chakra. Tal vez os sorprenda lo ligero y bien optimizado que puede llegar a estar en manos de los desarrolladores adecuados. Casi me olvido: enorme detalle dedicar la versión, como en su momento ocurriese con otras personalidades del software libre, al tristemente desaparecido Ian Murdock, fundador de Debian y parte responsable, junto a muchos otros, de que este mundo GNU/Linux sea lo que es hoy día. No han podido ofrecerle mejor homenaje que un lanzamiento de tal calidad.

Salud

 

Webcam en Chakra OS

La webcam funcionando en Chakra Ian

 

Puntos fuertes: como siempre, de los mejores KDE que se pueden encontrar. Rápido, completo, eficaz.

Puntos débiles: Plasma 5 sigue fallando en pequeños detalles.

Recomendada para: usuarios con conocimientos medios con preferencia por KDE.

Instalación
Diseño
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Rendimiento
Estabilidad
Promedio
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