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El verano del camaleón II: configurando openSUSE

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Tengo que reconocer que estoy disfrutando mucho de la experiencia de uso que proporciona openSUSE 13.2 con KDE. Esta serie de artículos veraniegos me están permitiendo descubrir más a fondo a una distribución GNU/Linux de tremenda enjundia y peso dentro del mundillo, y a fe que existen motivos más que sobrados para ello. Lo cierto es que me ha venido de perlas, pues hace algunos días que ha regresado a Ubuntu Trusty (versión de soporte extendido, recordemos) el molesto error de la caída de la red inalámbrica y la merma de velocidad. Por el momento tengo a openSUSE con lo más básico instalado, a la espera de ir construyendo junto a vosotros, documentando en artículos, un sistema completo para mi uso y disfrute.

Hoy vamos a poner la siguiente piedra en nuestra fortaleza “opensusera” con los pasos que doy tras la instalación. Sí, es otro de esos artículos de “qué hacer después de instalar openSUSE”, aunque más básico si cabe.

1. Actualizar el sistema

Lo primero es lo primero. Había dejado el sistema recién instalado y esperando los pasos siguientes, de los cuales, siempre empiezo por instalar todas las actualizaciones disponibles. Abriendo Yast2 (la navaja suiza de openSUSE, hace de todo) y escogiendo el módulo de “Actualización en línea” nos vamos a encontrar con varios parches de seguridad a instalar (en la pestaña “Parches”). Estos los seleccionamos todos.

Instalamos los parches de seguridad recomendados
Instalamos los parches de seguridad recomendados


A continuación pasamos a la pestaña “Resumen de la instalación”, donde veremos una buena cantidad de paquetes que han recibido actualizaciones (correcciones y mejoras, básicamente) desde que se publicó la versión de openSUSE. Si no están señalados, también los marcamos todos.

Paquetes actualizados que se van a instalar
Paquetes actualizados que se van a instalar


El sistema nos informa de que se necesita instalar dependencias nuevas para cumplir con los requisitos de la actualización.

Cambios automáticos en los paquetes para cumplir con las dependencias
Cambios automáticos en los paquetes para cumplir con las dependencias

Así como aquellos parches que precisarán un reinicio tras ser instalados.

Habrá que reiniciar, menos mal que se tarda menos que en Windows
Habrá que reiniciar, menos mal que se tarda menos que en Windows

Y a actualizar se ha dicho.

openSUSE actualizando paquetes
openSUSE actualizando paquetes

2. Ponemos el sistema completo en español

Dependiendo del medio escogido para instalar openSUSE (CD en vivo, DVD o unidad USB) habrá programas y menús del escritorio que aparecerán en inglés o no. En el caso que nos ocupa (instalado desde CD en vivo con KDE) hay ciertas partes que sí que están en el idioma de Shakespeare. Una vez hemos reiniciado tras la instalación de actualizaciones volvemos a abrir Yast2, escogemos el módulo “Software Management” (o “Instalar/Desinstalar software”). En la pestaña “Resumen de la instalación” debe aparecernos una buena cantidad de paquetes de idioma. Así fue en mi caso, lástima que olvidé tomar un “pantallazo”.

La segunda parte de nuestra tarea ya es común a cualquier distribución con KDE. Nos vamos a “Preferencias del sistema”, módulo “Local” y en “País e idioma” seleccionamos el español y lo pasamos a la parte de “Preferred Languages”. Desde este momento, toda aplicación que iniciemos ya estará por completo en nuestro idioma.

Ponemos el español como idioma predeterminado de KDE
Ponemos el español como idioma predeterminado de KDE


3. Añadimos los repositorios de la comunidad

Para cumplir con las licencias y normativas vigentes, los desarrolladores de openSUSE no pueden incluir ciertos codecs y paquetes cuyos derechos plantean restricciones en la distribución y uso de los mismos. Pero no temáis, que para eso están los repositorios de la comunidad. Tenemos que abrir, nuevamente, Yast2 y escoger el módulo “Repositorios de software”. Allí vamos a pulsar en “Añadir” y a elegir “Repositorios de la comunidad”. De entre los que aparecen hay algunos especialmente relevantes, como puede ser el “AMD/ATI Graphic Drivers” en mi caso. De momento, nos vamos a quedar con el más importante de todos, el archiconocido “Packman Repository”. También escogemos, si pensamos utilizar el equipo para reproducir DVDs, el repositorio “Libdvdcss”.

Escogemos los repositorios de la comunidad. Ahí falta libdvdcss por marcar
Escogemos los repositorios de la comunidad. Ahí falta libdvdcss por marcar


Mientras se descargan los archivos de índice, nos pedirá confirmación para importar la clave GnuPG de los desarrolladores del repositorio. Pulsamos en “Confiar”.

Confiar o no confiar... yo, como Pierce Brosnan
Confiar o no confiar… yo, como Pierce Brosnan


Seguidamente, recomiendo aumentar la prioridad de este repositorio, para que en caso de duplicidad de paquetes, openSUSE escoja los provenientes del mismo (que son los que nos interesan, en todo caso, en cuanto a multimedia). Curiosamente, el aumento de la prioridad se consigue asignando un número más bajo a la que tienen el resto de repositorios oficiales, esto es, 98.

Con este cambio de prioridad nos ahorramos quebraderos de cabeza
Con este cambio de prioridad nos ahorramos quebraderos de cabeza

Tras aceptar y salir de este módulo, volvemos a “Instalar/Desinstalar software”, donde aparecerán, una vez más, varios paquetes nuevos para instalar, fruto de la activación del repositorio Packman. El cambio de prioridad que realizamos antes es el que nos asegurará que podremos reproducir nuestros archivos multimedia sin problemas, gracias a la instalación preferente de los paquetes desde el repositorio comunitario.

Con Packman vienen un montón de paquetes nuevos
Con Packman vienen un montón de paquetes nuevos

4. Configurando los efectos de escritorio

No soy lo que se dice un fan de los efectos, sobre todo cuando su uso va en detrimento del rendimiento general del sistema. No obstante, hay un par de ellos cuyo empleo considero casi imprescindible en mi día a día, ambos asociados a las esquinas de la pantalla. Por un lado, el predeterminado de KDE, que muestra las ventanas al mover el puntero del ratón hasta la esquina superior izquierda. El otro, lo configuro yo mismo en el módulo “Comportamiento del espacio de trabajo”, dentro de “Preferencias del sistema”. En “Bordes de pantalla”, selecciono la esquina inferior derecha y la asigno para que muestre el escritorio.

Podemos asignar funciones a cualquier espacio de los bordes de la pantalla
Podemos asignar funciones a cualquier espacio de los bordes de la pantalla

Si por alguna razón no funcionan correctamente los efectos (a veces ocurre), podemos probar a cambiar el tipo de composición. En “Preferencias del sistema”, módulo “Efectos del escritorio”, pestaña “Avanzado”. En mi caso escojo la composición en OpenGL 3.1 y el rasterizado como sistema gráfico Qt. Si vais a emplear el equipo para jugar os recomiendo activar la casilla “Suspender los efectos de escritorio en las ventanas a pantalla completa”, con lo que obtendréis una sustanciosa mejora en el número de “fps”, tan importante en esta materia.

Me funciona mejor openGL 3.1, tu caso puede ser distinto
Me funciona mejor openGL 3.1, tu caso puede ser distinto

5. Mejorar el “scrolling” en Firefox

Mi navegador favorito en GNU/Linux sigue siendo Firefox, digan lo que digan las comparativas como la que hice yo mismo en este blog. En openSUSE viene instalado por defecto, con una apariencia perfectamente integrada en el conjunto general del sistema. Cada cual escogerá las extensiones y configuraciones que prefiera en Firefox, pero hay una tarea que debería ser común si uno no quiere desesperarse con el “scrolling” lento. Escribimos “about:config” en la barra de navegación y obtenemos el típico mensaje apocalíptico que nos conmina a no tocar nada sin saber qué estamos haciendo.

Tu garantía se puede anular... claro, claro
Tu garantía se puede anular… claro, claro


Tras pulsar en “I’ll be careful, I promise” o “Tendré cuidado, lo prometo”, escribimos en la barra de búsqueda la palabra “mousewheel” (rueda de ratón). De entre los muchos campos obtenidos, escogemos “mousewheel.acceleration.start”, cuyo valor es el número entero “-1″.

No entiendo por qué viene desactivado por defecto, pero es lo que hay
No entiendo por qué viene desactivado por defecto, pero es lo que hay

Haciendo doble clic, nos pedirá un nuevo valor, que introduciremos: el número 1.

Así está mucho mejor: "scrolling" perfecto
Así está mucho mejor: “scrolling” perfecto

Si abrimos cualquier pestaña nueva después de realizar esta permuta, veremos como la velocidad de “scrolling” de Firefox no tiene nada que envidiar a la que se obtiene en Windows por defecto. De nada.

6. Mejorar las tipografías

Este fue por mucho tiempo mi caballo de batalla en GNU/Linux cuando usaba cualquier distribución que no fuese Ubuntu o Linux Mint. En Chakra, llegado un momento, se optó por implementar los paquetes parcheados de Ubuntu por defecto, lo que redundó en un aspecto envidiable de las tipografías desde el inicio. Aparte de estos parches de Canonical, existen los denominados “Infinality”, que son los que solía emplear en mis instalaciones de Arch Linux. Estos están a la altura de los mencionados y son muy fáciles de instalar en openSUSE, al estar disponibles en la página de software de la distribución.

Se puede instalar Infinality con 1 click... pero recomiendo otro método
Se puede instalar Infinality con 1 click… pero recomiendo otro método


Sin embargo, como podemos observar en la captura existen varios repositorios a escoger para realizar la instalación. Tras probar varios de ellos, sin éxito, decidí buscarme la vida por otra parte y emplear a San DuckDuckGo, que me llevó hasta esta guía de post-instalación de openSUSE. En el apartado dedicado al renderizado de fuentes recomiendan la adición de un repositorio mantenido por los auténticos desarrolladores de Infinality. ¿Cómo hacemos esto?

Pues nos vamos a Yast2, módulo “Repositorios de software”, botón “Añadir”. Elegimos “Especificar URL” y rellenamos los campos como corresponde.

Nuestro repositorio para el renderizado óptimo de fuentes
Nuestro repositorio para el renderizado óptimo de fuentes

Luego, en la pestaña “Ver”, escogemos “Repositorios” y hacemos clic en “Infinality”. Debemos seleccionar para instalar todos los paquetes que allí aparecen (salvo los que terminan en “devel” o “debug”, que solo interesan a desarrolladores) y pulsar en “Cambiar paquetes de sistema a las versiones en este repositorio”).

Seleccionamos los paquetes parcheados de Infinality
Seleccionamos los paquetes parcheados de Infinality

Una vez salgamos de la sesión y volvamos a entrar, notaremos claramente la diferencia en las tipografías. Si no es así, debemos comprobar en “Preferencias del sistema”, módulo “Apariencia de las aplicaciones” y pestaña “Tipos de letra”, que el renderizado de subpíxeles está marcado como “RGB”, e ir probando con las distintas opciones. Mi configuración preferida es esta:

Mi configuración preferida para el renderizado de fuentes
Mi configuración preferida para el renderizado de fuentes

7. Utilizar el gestor de solo iconos

En mi concepción del paradigma de escritorio moderno ya no hay cabida para las pestañas minimizadas de las ventanas. Prefiero los iconos y por este motivo utilizo el plasmoide de barra de tareas correspondiente, denominado “Gestor de tareas de solo iconos”. Hacemos clic sobre la caja de herramientas del panel inferior para entrar en el modo de edición del mismo, eliminamos el gestor de tareas y pulsamos en “Añadir elementos gráficos”. De todos los que aparecen, elegimos “Gestor de tareas de solo iconos” y lo configuramos a nuestro gusto.

Configurando el gestor de tareas de solo iconos
Configurando el gestor de tareas de solo iconos

8. Crear enlaces simbólicos a nuestros datos

La gran mayoría de usuarios que hacen convivir a su sistema GNU/Linux con otros mantienen la sana costumbre de separar la partición con su información más valiosa (normalmente documentos, fotos, vídeos y música). Yo no soy una excepción, de modo que en mi disco duro existe la partición “Datos”, en formato NTFS para que Windows sea capaz de leerla sin hacer malabarismos varios. Durante el proceso de instalación de openSUSE señalé la susodicha partición para que el sistema la montase al iniciar, en el directorio “/datos”. Para que mis carpetas de uso cotidiano apunten a las que están en esta partición, suelo crear enlaces simbólicos con Dolphin. Esto se hace haciendo clic con el botón derecho en un espacio vacío dentro de Dolphin, elegimos “Crear nuevo” y luego “Enlace básico a archivo o carpeta”. Ahí podemos escoger el nombre y la ubicación de la misma.

Las carpetas personales son enlaces simbólicos a mi partición de datos
Las carpetas personales son enlaces simbólicos a mi partición de datos


Si, al igual que un servidor, empleáis una partición NTFS para estos menesteres, probablemente estéis ya al tanto de las dificultades que plantea. O, al menos, de una que resulta particularmente molesta: la imposibilidad de enviar archivos a la papelera o cualquier cosa que requiera permiso de escritura en dicha partición. La solución pasa por editar el archivo /etc/fstab, con permisos de superusuario:

sudo nano /etc/fstab

En la línea correspondiente al montaje de la partición de datos, debemos añadir a nuestro usuario como propietario de la misma. Lo hacemos con la expresión “uid=1000″.

uid=1000 indica que la partición pertenece a nuestro usuario
uid=1000 indica que la partición pertenece a nuestro usuario

Finalmente, guardamos con CTRL+O y salimos con CTRL+X. Al siguiente reinicio se habrá resuelto el problema.

9. Visualizar las miniaturas de vídeo en Dolphin

Para ello debemos instalar un par de paquetes, algo que, como ya hemos visto se puede hacer fácilmente con Yast2. Hemos de introducir en el campo de búsqueda “kffmpeg” y seleccionar “kffmpegthumbnailer” y “libffmpegthumbnailer4″.

Seleccionamos los paquetes para su instalación
Seleccionamos los paquetes para su instalación


Cuando los hayamos instalado, tan solo abrimos Dolphin, pestaña “Control” y escogemos “Configurar Dolphin”. Luego en “General”, “Vistas previas”, marcamos “Video files”. Y listo, tan sencillo como eso.

Y marcamos para que se vea la vista, valga la redundancia
Y marcamos para que se vea la vista, valga la redundancia

10. Activar el cambio de “wallpapers” de KDE

Con KDE no dependemos de programas de terceros si deseamos unos fondos de pantalla que vayan cambiando cada cierto lapso de tiempo. Lo tenemos tan fácil como hacer clic con el botón derecho en el escritorio vacío y elegir “Preferencias de escritorio por omisión”. Ahí elegimos que el fondo de pantalla sea una presentación, cada cuanto tiempo ha de variar la imagen y desde qué directorio se tomará la misma. Nuevamente, muy sencillo de realizar.

Configurando los fondos de pantalla de KDE
Configurando los fondos de pantalla de KDE


11. Instalar un plasmoide meteorológico

Si quieres saber el tiempo que hace, lo mejor es asomarse a la ventana o salir a comprobarlo. Pero como, en el fondo, somos unos frikis, mejor nos instalamos el plasmoide YAWP (Yet Another Weather Plasmoid, Otro plasmoide meteorológico más) y openSUSE nos informará. Para ello podemos ir a la web de software de la distribución (qué maravilla) y descargarlo desde allí. Luego procedemos a su instalación, del mismo modo que hicimos con el gestor de tareas de solo iconos.

yawp es un bonito plasmoide meteorológico para KDE
yawp es un bonito plasmoide meteorológico para KDE

12. Instalar VLC y sus codecs

Por algún motivo que se me escapa, openSUSE sigue lanzando versiones en las que incluye a Kaffeine como reproductor multimedia por defecto. Como no es, ni de lejos, mi preferido, siempre instalo VLC y su excelente paquete de codecs. Hay que tener en cuenta que el VLC de los repositorios oficiales no reproduce casi nada. Suerte que nosotros tomamos la precaución de dar prioridad a Packman, de modo que se instalará el VLC “bueno”.

Importante: no olvidarse de instalar vlc-codecs o no veremos nada
Importante: no olvidarse de instalar vlc-codecs o no veremos nada


Pues hasta aquí llega lo que yo considero una configuración básica de openSUSE para mis necesidades particulares. Iremos ampliando en futuras reseñas la instalación de más programas para ir conformando ese sistema de uso diario que pretendo implementar. Por ahora está quedando bonito y, lo que es más importante, funcional. Y todo ello con un débito mínimo de 500 Mb de RAM. Asombroso.

500 Mb es una cifra impresionante para un KDE
500 Mb es una cifra impresionante para un KDE

 Aun teniendo sus particularidades que lo hacen único frente a otros sistemas GNU/Linux, creo que empiezo a entender la manera de hacer las cosas en openSUSE. Probablemente sea esta la base de su tremenda robustez. Y, por ahora, máxima fluidez y estabilidad, que espero se mantenga durante todo mi tiempo de uso.

Salud


Linux Mint 17.2 Rafaela: una versión sobresaliente

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¿Hueles eso, muchacho? Nada en el mundo huele así“. Y no es el olor del Napalm por las mañanas lo que emana un aroma a victoria, como en la película… es la esencia del triunfo de una versión nueva de Linux Mint que llega a nuestros ordenadores, con un giro de 180 grados en cuanto a experiencia de uso en mi equipo. Lo comentaba en el artículo dedicado a la versión anterior, cómo me disgusta tener que escribir en negativo de una distribución GNU/Linux que tanto trabajo tiene detrás… Pues bien, hete aquí que con Rafaela nos vamos al extremo opuesto: con gran placer redacto estas líneas sobre una edición que roza el sobresaliente.

Y esto es así gracias a las correcciones que el equipo liderado por Clem Lefebvre han ido liberando desde el lanzamiento de Rebeca. También tuvo su artículo al respecto, cuando volví a instalarla en un momento de necesidad de un sistema operativo que lo fuese (operativo, quiero decir) y listo para funcionar en menos que canta un gallo. Es la principal virtud de Linux Mint, a día de hoy, el proporcionar un sistema que funciona sin más, con una mínima (casi nula, diría yo) intervención del usuario. Tan fácil de decir como difícil de hacer. Pero estos señores lo han vuelto a conseguir, para regocijo de aquellos a los que nos encanta deleitarnos con buenos sistemas de código abierto y además, gratuitos. Una vez más, me decanto por la versión con Cinnamon y os desgrano mis impresiones.

La importancia de una buena presentación

Dejando de nuevo a un lado el trillado tema del “artwork” que permanece inmutable durante años (parece que esto va a cambiar próximamente), el aspecto profesional que evoca Linux Mint es un hecho para quien suscribe. Sirva como ejemplo una cuestión de difícil repetición en otra distribución que no sea Ubuntu: la traducción completa (y completa significa en su totalidad) del sistema, comenzando por el módulo de instalación. Para ser exactos, falta traducir el botón “Skip”, como “Saltar”. Y eso es todo. En la gran mayoría de distribuciones siempre se cuela alguna frase, en ocasiones párrafos enteros, que no están traducidos. Ello denota dejadez, aunque no sea el caso. No pondré ejemplos, pero todos sabemos que ocurre demasiado a menudo. Linux Mint, desde su instalación, pasando por su pase de diapositivas y acabando con el escritorio ya listo para trabajar, abraza el castellano por completo.

El aspecto ya de sobra conocido de Linux Mint
El aspecto ya de sobra conocido de Linux Mint


Y el buen gusto continúa con la pantalla de inicio de sesión, una de mis favoritas en GNU/Linux. Fondos de pantalla cambiantes, bastante bonitos en su conjunto, sin que por ello se pierda presteza en el acceso al escritorio. También es un buen detalle (creo que heredado de Ubuntu) el que se recuerde la red wifi y la contraseña de acceso introducidas en la sesión en vivo, antes de la instalación. Son pequeños pormenores que hacen las cosas más fáciles. Es una cuestión que, a quien es un recién llegado de Windows, le es de vital importancia, sin duda.

Linux Mint Rafaela es “usar y listo”

Ese concepto a veces tan esquivo, el “out-of-the-box” anglosajón, encuentra en Linux Mint su definición perfecta. Cero problemas en hacer funcionar las cosas, ninguna complicación a la hora de reproducir algún formato, nada, “niente”… De igual modo se puede conectar con un equipo que corra Windows, pues Samba viene preparado para su uso, permitiendo incluso el hacer “streaming” desde dicho equipo. Todo perfecto.

Reproducción de contenido multimedia en Firefox
Reproducción de contenido multimedia en Firefox

Diferencias con Ubuntu. ¿Mejor o peor?

Diría que ni lo uno ni lo otro: diferente. Alguien podría plantearse si merece la pena acudir a una derivada de una derivada de la gran Debian… ¿por qué rizar el rizo? En este punto vuelvo a recordar que mis artículos y revisiones se dirigen principalmente a los usuarios que acaban de aterrizar en GNU/Linux. Desde el punto de vista de uno de estos afortunados (aún tanto por descubrir…) creo que Linux Mint puede suponer un “plus” de usabilidad sobre la ya de por sí sencilla Ubuntu. Empezando por el paradigma de escritorio, mucho más parecido al de Windows que Unity, esto es innegable. Y siguiendo por las herramientas que incorpora, destinadas (volvemos a lo mismo) a facilitar la vida al usuario. Entre mis favoritas:

– MintAssistant. El centro de bienvenida, como ocurría con el de Mageia u openSUSE, es una maravilla donde podemos encontrar respuestas a nuestras dudas y las vías adecuadas para dirigirse a la búsqueda de soluciones o, directamente, a integrarse en la comunidad.

El centro de bienvenida de Linux Mint tiene todas las respuestas
El centro de bienvenida de Linux Mint tiene todas las respuestas

– MintUpdate. La actualización cuidadosa es otra de las virtudes de Linux Mint, algo fácilmente comprobable con solo echar un vistazo a su herramienta dedicada. Ofrece varias posibilidades, desde instalar solamente las actualizaciones de seguridad hasta actualizar el kernel, todo ello mediante la jerarquización de los niveles. Esto permite que, según el grado de conocimientos de cada usuario, se pueda escoger qué y cómo actualizar.

Un sistema actualizado es un sistema más seguro
Un sistema actualizado es un sistema más seguro

– MintInstall. De diseño ligero pero muy potente, el centro de aplicaciones de Linux Mint funciona más rápido (bastante más) que el que trae Ubuntu por defecto. Con más de 72.400 paquetes no creo que a casi nadie le falte software. Y si se da el caso, Linux Mint es perfectamente compatible con la adición de PPA (Personal Package Archives, Archivos de Paquete Personales), algo así como los repositorios comunitarios de Ubuntu y derivados.

El gestor de programas de Linux Mint es más ligero que el de Ubuntu
El gestor de programas de Linux Mint es más ligero que el de Ubuntu

– MintConfig. El módulo de configuración del sistema no llega a la cantidad de opciones disponibles en el fantástico Yast de openSUSE, pero no le queda demasiado a la zaga. En particular destacaría la utilidad de instalación de controladores propietarios, la cual se sigue manteniendo bien a la vista, al contrario que en las últimas versiones de Ubuntu.

Instalar los controladores propietarios de AMD resulta muy sencillo en Linux Mint
Instalar los controladores propietarios de AMD resulta muy sencillo en Linux Mint

Hablemos de rendimiento

Por alguna razón que todavía se me escapa, no he conseguido encontrar en el ecosistema GNU/Linux una distribución que rinda mejor en mi equipo de lo que lo hace Ubuntu. Lo de “en mi equipo” está subrayado con toda la intención. Pasan y pasan las distros, mas ninguna derrota a Ubuntu en todos y cada uno de los apartados de los que constan las pruebas de rendimiento. Ocurre igual que Linux Mint Rafaela, donde copiar un archivo a “pendrive” o tarjeta de memoria se demora más que en Ubuntu Trusty. Y en cuanto al desempeño de los controladores gráficos propietarios para la Radeon integrada en mi APU A8, la misma historia. Aunque active la ya conocida opción de desactivar los efectos de escritorio en pantalla completa, Linux Mint Rafaela no llega a los “fps” de Ubuntu.

No olvides activar esta opción si usas Linux Mint para jugar
No olvides activar esta opción si usas Linux Mint para jugar

A mí no me paga Canonical (ojalá), y vuelvo a reiterar que escribo desde la experiencia propia en mi ordenador, pero lo que comento es un hecho irrefutable. Algo harán bien los desarrolladores a sueldo del señor Shuttleworth para que así sea y así se mantenga durante tanto tiempo. Nada de lo anterior debe interpretarse como un menosprecio al rendimiento que obtengo con Linux Mint Rafaela, el cual es, en general, bastante superior al logrado con Rebecca.

Los puntos negativos

No todo fue de color de rosa, obviamente. Pero las pequeñas dificultades encontradas, salvables con el conocimiento que da ser ya perro viejo en la instalación de distribuciones GNU/Linux, tienen siempre que ver con terceras compañías, más que con deméritos de los desarrolladores de Linux Mint. Hablando claro, son los problemas de siempre, inherentes al uso de mi hardware de siempre:

El controlador privativo de la impresora. Mi HP Laserjet 1018 resulta más o menos difícil de poner en funcionamiento dependiendo de la distribución. Hace un par de días (tutorial en ciernes) la instalé exitosamente a la primera en openSUSE. En Linux Mint Rafaela, para empezar, la mera conexión de la impresora la daba por instalada con el controlador libre (foo2-zjs), que hace ya algún tiempo que no me funciona, si bien en su día lo hacía (regresiones, como odio esa palabra).

Linux Mint instala el controlador libre, pero éste no funciona
Linux Mint instala el controlador libre, pero éste no funciona

Para continuar, al intentar el método de instalación habitual a través de las utilidades propietarias, por alguna extraña razón se detectaba el “plugin” como corrupto, sin importar las muchas veces que lo descargara la aplicación de HP.

No hubo forma de instalar el "plugin" de modo automático
No hubo forma de instalar el “plugin” de modo automático

¿Cómo lo solucioné? Logré arrastrar desde Nemo, en el pequeño intervalo previo a la comprobación del “checksum” y la consecuente eliminación por parte del programa, el archivo del plugin a otro directorio. Desde ahí, lo indiqué como ruta de instalación a la utilidad de HP y… “voilá”. Lo que digo, perro viejo…

¡Éxito! El "plugin" de HP instalado y listo para funcionar en Linux Mint
¡Éxito! El “plugin” de HP instalado y listo para funcionar en Linux Mint

La gestión de energía. Si el “enemigo” a culpar de lo anteriormente mencionado era HP y su soporte a GNU/Linux, ahora le toca a mis amigos de AMD. Lo sé, yo también estoy aburrido de hablar de lo mismo una y otra vez. Pero lo tengo que comentar para los neófitos: ni suspensión ni hibernación.

La lentitud al iniciar. Esta cuestión es relativa. Si tomamos como referencia el mundo en que vivimos, donde la inmediatez premia ante todo (apremia, más bien), se puede dictaminar que Linux Mint Rafaela, con su minuto y medio para iniciar, es lenta. Pero volvemos a la misma cuestión, parece ser algo relacionado con el kernel y mis puertos USB lo que demora en exceso la entrada al sistema. Ergo, poco tiene que ver Linux Mint con el asunto.

Qué le gusta a este tío enseñar la mano
Qué le gusta a este tío enseñar la mano

Y punto pelota. Como veis, ninguna de las tres dificultades mencionadas se pueden achacar directamente al equipo de desarrolladores. Son problemas de compatibilidad entre GNU/Linux y mi hardware que se reproducen en casi todas las distribuciones. Desde esta perspectiva, un usuario con otra impresora, que use una gráfica Intel o Nvidia, y sin problemas con los puertos USB, puede que encuentre que Linux Mint Rafaela es, simple y llanamente, la distribución perfecta. Rápida, eficaz, con mucho software disponible, un escritorio moderno y un ajustado consumo de RAM de apenas 400 Mb al inicio.

Linux Mint Rafaela no es nada voraz con nuestra memoria RAM
Linux Mint Rafaela no es nada voraz con nuestra memoria RAM

Cómo actualizar de Linux Mint Rebecca a Rafaela

En lo que a actualizaciones se refiere, las últimas versiones de Linux Mint se comportan como si de una “semi-rolling release” se tratara, pues tenemos la posibilidad de cambiar a la siguiente versión del sistema fácilmente y sin sobresaltos. Según indican en este anuncio del blog oficial de Linux Mint, los usuarios de Rebecca o Qiana podrán actualizar en los próximos días, cuando se lance una nueva versión del correspondiente gestor. Para los más aventureros o impacientes, se puede encontrar algún que otro artículo por la red sobre cómo llevar a cabo el proceso.

En lo personal he quedado bastante impresionado, para bien, con la mejoría respecto a Rebecca. Si no fuera porque me hallo cobijado a la sombra, no del helicóptero, sino del camaleón Geeko, no dudaría en cambiar mi últimamente errático Ubuntu por esta versión de Linux Mint. La estrategia de perfeccionamiento de los sucesivos lanzamientos, con la base pétrea de una LTS, está deviniendo en acierto pleno. Y no sabéis como me alegro.

Si buscáis una distribución que alivie vuestro achacoso Windows, dado el caso, ya estáis tardando en descargarla y probarla. Satisfacción garantizada y soporte hasta 2019. Ahí lo lleváis.

Salud

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LINUX MINT 17.2 RAFAELA LSDH
INSTALACIÓN 10
ARRANQUE Y APAGADO 6.25
SOFTWARE 10
HARDWARE 8.13
CONECTIVIDAD 10
OUT OF THE BOX 10
ESTABILIDAD 10
FLUIDEZ 10
GESTIÓN DE ENERGÍA 3.33
PYBENCH 2.993
APACHE 21459.15
ENCODE-FLAC 13.04
UNPACK-LINUX 18.55
UNIGINE VALLEY 465
BROWSERMARK FIREFOX 2.961
BROWSERMARK CHROME 3.784
TRANSF. PENDRIVE 5.13
TRANSF. DISCO DURO USB 0.51
TRANSF. TARJETA SD 5.14
CORRECCIÓN POR RENDIMIENTO -0.07
CORRECCIÓN POR ERRORES 0.00
CALIFICACIÓN 8.93

El verano del camaleón III: instalar impresora en openSUSE

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Me estoy tomando con mucha calma mi inmersión en openSUSE. Al contrario que en anteriores saltos de distribución GNU/Linux, con esta me dedico a paladear cada paso que doy, en contraposición a pasadas tardes “distrohopperas” donde me liaba la manta a la cabeza y no paraba hasta dejar el sistema listo para su uso. Momento en el cual, todos los que habéis padecido eso lo sabéis, llega el siguiente cambio… Y reiniciamos el bucle infinito. Con openSUSE, ya veis que no es el caso, y publico hoy el tercer artículo, dedicado a la tarea no siempre sencilla de instalar mi impresora HP Laserjet 1018 en el equipo.

Se trata de una impresora láser monocromo, con bastantes añitos ya a sus espaldas, que me vino heredada por el cierre de un negocio familiar. En su momento costó 80 euros, aproximadamente, y ofrece una gran relación calidad/precio. El problema, hablando desde el punto de vista de un usuario en GNU/Linux, son los controladores. Las primeras veces que la instalé, creo que entonces usaba Arch o Chakra, los comunitarios “foo2zjs” me salvaban la papeleta, mas llegó el temido día en que una regresión los dejó inservibles para mí. Los he probado en cantidad de distribuciones y, simplemente, ya no funcionan. No tengo ni idea de por qué.

En tal tesitura no me quedó otra que recurrir a los controladores propietarios de HP, integrados en la conocida suite de herramientas HPLIP. Su instalación no siempre resulta sencilla y, en contadas ocasiones, ni tan siquiera es posible, dependiendo de la distribución en la que nos encontremos. Veamos cómo efectuar este proceso en openSUSE 13.2:

1. Encender la impresora


Ciertas distribuciones, como la recientemente lanzada Linux Mint 17.2 Rafaela, nos muestran en el mismo instante de encender la impresora un mensaje anunciando su correcta instalación. No es el caso de openSUSE, dejando de la mano del usuario la tarea que, como veremos en los pasos siguientes, es extremadamente simple.

2. Iniciar YAST


Entramos en la utilidad de configuración por antonomasia en esta distribución. De entre todos los módulos, esto es de perogrullo, escogemos Impresora.

El módulo Impresora es el que necesitamos para configurar la ídem
El módulo Impresora es el que necesitamos para configurar la ídem

3. Añadir impresora


Como podemos comprobar, no existe ninguna impresora en el sistema. Debemos pulsar el botón “Añadir”, dentro del apartado “Configuraciones de impresoras”.

Todavía no hay ninguna impresora, de modo que vamos a añadirla
Todavía no hay ninguna impresora, de modo que vamos a añadirla

A continuación, Yast detectará las impresoras conectadas al equipo y tratará de encontrar un controlador apropiado en su base de datos.

Yast buscando un controlador para la impresora
Yast buscando un controlador para la impresora

En mi caso, vemos que detecta correctamente la marca y modelo, pero no se encuentra ningún controlador compatible. En la captura de pantalla, abajo a la derecha, se observa “Ejecutar hp-setup”, que es la utilidad creada por el fabricante para la instalación de la impresora, muy al estilo de las que suelen acompañar (o solían, cada vez son menos frecuentes), a los controladores en los discos de instalación que vienen con el hardware. Si intentamos ejecutar la utilidad, ocurre esto:

Error: hay que instalar nuevos paquetes para usar hp-setup
Error: hay que instalar nuevos paquetes para usar hp-setup

El propio mensaje de error nos muestra el camino para la solución. Al pulsar en “Paquetes de controladores”, vemos que podemos escoger para su instalación la suite completa de HPLIP.

Nos interesa marcar hplip + hplip-hpijs
Nos interesa marcar hplip + hplip-hpijs

Tras la instalación, con buen criterio, el sistema nos pide autorización para reiniciar el servidor de impresión CUPS. Debemos esperar 30 segundos para garantizar la finalización de la tarea.

Se reinicia el "daemon" de CUPS
Se reinicia el “daemon” de CUPS

Transcurrido el tiempo recomendado, se inicia la utilidad, propiamente dicha. El primer paso es la detección automática de la impresora, para lo cual es imprescindible que le indiquemos de qué modo está conectada al equipo (USB, en red, por wifi o por puerto paralelo, que de ésos ya quedan pocos).

En mi caso, la impresora está conectada directamente al equipo por USB
En mi caso, la impresora está conectada directamente al equipo por USB

Si la impresora es detectada, como fue mi caso, nos aparecerá lista para seleccionar.

Se ha identificado correctamente la impresora
Se ha identificado correctamente la impresora

Lo siguiente es instalar el controlador propietario, que descarga un “firmware” en forma de “plug-in”. En castellano, digamos que se precisa un programita que se entienda con la impresora, y dicho programita es de código cerrado.

Pantalla de instalación del controlador propietario de la HP Laserjet 1018
Pantalla de instalación del controlador propietario de la HP Laserjet 1018

Motivo este último por el cual deberemos aceptar unas condiciones de uso que están en inglés. Para aceptarlas, marcar donde pone “I agree to the terms…”, es decir, que estamos de acuerdo con dichas condiciones.

Términos y condiciones en inglés...
Términos y condiciones en inglés…

Y se produce la instalación, sin más historias.

¡Lo conseguimos! Tampoco ha sido tan difícil
¡Lo conseguimos! Tampoco ha sido tan difícil

En la última pantalla de la instalación con HPLIP podemos cambiar el nombre de la impresora, su localización o incluso enviar una página de prueba. Pulsando en “Add Printer”, oiremos, triunfantes, el sonido de la impresora que nos indica que se ha cargado el “firmware” y ya la tenemos preparada para realizar su función.

Últimos retoques a la configuración. Se puede dejar tal cual
Últimos retoques a la configuración. Se puede dejar tal cual

Tras esto último, se actualizan los archivos de configuración automáticamente…

Yast termina de hacer su trabajo
Yast termina de hacer su trabajo

… y solo nos resta pulsar en Aceptar: la impresora HP está instalada. Tres sencillos pasos.

Tarea finalizada: ya podemos imprimir
Tarea finalizada: ya podemos imprimir

Como sabéis, estoy acostumbrado a intentar instalar esta impresora en multitud de distribuciones GNU/Linux. En pocas resulta tan sencillo de hacer (en Ubuntu, tal vez) como en openSUSE. La herramienta de configuración Yast posee incontables ventajas y hoy hemos visto una de ellas. Eso sí, un error que se repite en todas las distribuciones y también está presente en openSUSE: la próxima vez, y todas las subsecuentes, tendremos que encender y apagar la impresora una vez antes de que esté lista para funcionar. Al parecer, el necesario “firmware” no se carga a la primera, como en Windows. Una molestia menor, pero hay que señalarla.

Y, antes de finalizar, quisiera puntualizar que existen otras formas de realizar la instalación, como utilizando la interfaz de CUPS (a través del navegador web) o, si usamos KDE, en “Configuración del sistema”, pero ninguna de las dos resulta tan efectiva en el caso de esta impresora en particular, debido a la necesidad de instalar un controlador propietario para su correcto funcionamiento. De modo que os aconsejo este método para no quebraros mucho la cabeza.

Salud

Arquetype CRT: un sistema Linux para ti

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Hace algunos meses, un comentario en este vuestro blog me puso sobre aviso del nacimiento de una nueva distribución GNU/Linux. Se trata de Arquetype, una derivada de Fedora con KDE y Cinnamon como escritorios a elegir. Creo recordar que intenté probarla entonces, pero desgraciadamente no lo conseguí, y lo peor es que no recuerdo por qué… Mis disculpas, son tantas distribuciones analizadas que uno no da abasto. Supongo que tampoco puse mucho empeño, dado que Fedora y yo nunca nos hemos llevado demasiado bien. Sin embargo, la cosa cambia cuando conozco de primera mano, mediante correo electrónico de uno de sus desarrolladores, la existencia de una nueva versión con KDE que se basa nada menos que en Manjaro y es de carácter “rolling release”. Son detalles suficientes para despertar mi sana curiosidad, con el añadido de demostrar gran valentía por su parte para someter una distribución recién nacida al análisis y la revisión que acostumbramos por aquí.

Con Arquetype CRT (Continuous Release Term, algo así como plazo de lanzamiento continuado) retomo el esquema habitual, desgranando punto por punto las fortalezas y debilidades de la distribución, siempre desde el punto de vista del usuario poco avezado en GNU/Linux. A este respecto me apetece mencionar que esta edición basada en Manjaro tal vez no sea la más indicada para este tipo de público, aunque os adelanto desde ya que apenas presenta dificultades y, las pocas que se pueden encontrar, no son para nada insalvables.

Instalación

Al tratarse de un sistema llegado hace muy poco, apenas existen referencias en la red, más allá de un artículo que le dedicaron en Muy Linux hace más de tres meses a su versión con Fedora. Para ahorraros búsquedas, os dejo el enlace a la página de descargas de la distribución:

Grabé la imagen de la distribución a golpe de consola, con el comando “dd” desde mi openSUSE 13.2. En varias oportunidades he comentado ya que es mi método de preferencia y lo mantengo. La instalación os recordará mucho a Manjaro, no en vano Arquetype toma incluso los repositorios de dicha distribución, añadiendo uno propio con paquetería y otro únicamente de claves. La similitud llega a tal punto que existen un par de referencias en Thus al sistema que se está instalando como Manjaro. Un pequeño detalle que los desarrolladores corregirán sin duda con el tiempo.

Toda la instalación transcurre en castellano, excepción hecha de la presentación de diapositivas, en la cual podemos aprender un poco más sobre la filosofía y objetivos de esta nueva distribución: enfocada al rendimiento, a proveer un entorno amigable para el desarrollo de aplicaciones, a la par que viene ya equipada con casi todo el software que un usuario medio pueda precisar. Sobre el desarrollo, por desgracia, no puedo opinar. Tan solo destacar que viene con varias herramientas para tal fin. Sobre las otras dos proclamas… totalmente ciertas, desde luego.

El instalador Thus, usado por Manjaro, es el mismo que emplea Arquetype
El instalador Thus, usado por Manjaro, es el mismo que emplea Arquetype

Un detalle bastante molesto durante el proceso de instalación que no puedo pasar por alto es la aparición de la pantalla de bloqueo cada pocos minutos. La contraseña, por si alguno se ve en la tesitura, no es otra que el nombre de la distribución. Sería bueno desactivar dicho bloqueo por parte de los desarrolladores en próximas imágenes “iso” de la distro.

Tras un primer reinicio me encuentro con el aspecto conocido de Plasma 5, aunque con tema oscuro y sus iconos Brisa. Todo va bien en cuanto al reconocimiento de otros sistemas del equipo, algo que Arquetype completa de manera impecable. En cuanto a pequeños inconvenientes, me topo con dos que ya conocía del breve tiempo en que instalé Plasma 5 en mi Chakra: parpadeos aleatorios (que solamente se dan con los controladores libres de AMD) y aplicaciones no traducidas al español (por ejemplo, Dolphin y Ksnapshot). Como os comento, se trata de errores de desarrollo “upstream”, de los que no se puede culpar a Arquetype y que con el tiempo se irán solventando, o al menos, eso espero. Estos y otros pequeños problemas son los que me hacen agarrarme a KDE4 todo lo que me sea posible…

Plasma 5 con tema oscuro y los iconos Brisa
Plasma 5 con tema oscuro y los iconos Brisa

Arranque y apagado


El equipo se apaga muy rápido, en apenas 6 segundos. El inicio toma casi minuto y medio, pero es algo que me ocurre con las últimas versiones del kernel. Luego, nuevamente, debemos atribuir el problema a factores ajenos al equipo de desarrollo de Arquetype.

Programas instalados


Hacía bastante tiempo que no tenía el placer de analizar una distribución tan cargada de software desde la instalación. Sé que es un tema controvertido, dado que muchos usuarios de GNU/Linux prefieren determinar paso a paso qué se instala y qué no, atendiendo a gustos y necesidades. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que no todos vivimos en países “desarrollados” (las comillas son intencionadas) y muchas personas no cuentan con velocidades decentes de conexión a Internet.

En este sentido, además, mis gustos coinciden en gran parte con los de los desarrolladores. Tenemos ya instalados Firefox, Google Chrome, VLC, Clementine, Spotify, Google Drive, Libreoffice, Dropbox, Steam, Virtualbox, Skype… y la lista continúa, hasta tal punto que prácticamente no tengo que añadir nada al sistema.

Flash funcionando sin problema alguno en Google Chrome
Flash funcionando sin problema alguno en Google Chrome

Como gestor de paquetería contamos con la aplicación gráfica más usada para el comando “pacman”, es decir, Octopi. Aunque soy más amigo de emplear el terminal (Yakuake viene también instalado y operativo) para estas labores, Octopi funciona bien y sin sobresaltos, amen de notificarnos de las actualizaciones disponibles, ya sea en repositorios oficiales o en AUR, con el que Arquetype también es compatible.

El fantasma está rojo... es hora de actualizar
El fantasma está rojo… es hora de actualizar

Reconocimiento de hardware


En este apartado me vuelvo a topar con un error ya conocido: el referente a la imposibilidad de usar la suite de herramientas de HP para instalar la impresora. Pese a que dicho programa viene también instalado de serie, se queda, como me ocurre con otras distribuciones, clavado en el intento de descargar el “plugin” propietario. Ello me obliga a emplear la terminal, con buen resultado. El resto de periféricos funciona desde un principio sin tener que tocar o instalar nada.

Manos arriba... Arquetype también reconoce mi cámara
Manos arriba… Arquetype también reconoce mi cámara

Conectividad


Samba viene configurado por defecto, de modo que se puede acceder a archivos situados en equipos Windows conectados a la red. Se permite el “streaming” y se recuerda la contraseña de acceso de una sesión para otra. Sobresaliente en este aspecto, con unos tiempos de acceso a periféricos bastante buenos, sin llegar (otra distro más) a los logrados en Ubuntu.

El acceso a mi portátil "del lado oscuro" es coser y cantar
El acceso a mi portátil “del lado oscuro” es coser y cantar

Experiencia “out of the box”


Con frecuencia me descubro buscando una frase en castellano que sustituya al anglicismo que encabeza las líneas de este apartado… aún no he dado con un término apropiado. De existir, la palabra “Arquetype” le vendría que ni pintada, pues representa exactamente el tipo de experiencia al que se refiere “out of the box”. Todo funciona “salido de la caja”, sin intervenciones del usuario o descargas adicionales. De nuevo, un sobresaliente.

Man Overboard, de Blink-182, sonando en mi reproductor favorito, Clementine
Man Overboard, de Blink-182, sonando en mi reproductor favorito, Clementine

Estabilidad y fluidez del sistema


A pesar de venir bien equipado de inicio, Arquetype no es un sistema pesado en absoluto, presentándonos un KDE de unos 800 Mb al arrancar (valor inferior a Chakra, por ejemplo). No se notan retardos o ralentizaciones y no hay inestabilidad que lamentar, mas allá de un “Plasma crash” al salir de sesión, tan inocuo como repetitivo cada vez que se realiza la citada acción.

0'88 Gb no está mal para ser KDE: la RAM está para usarla
0’88 Gb no está mal para ser KDE: la RAM está para usarla

Gestión de energía


Con Arquetype ya son dos las distribuciones GNU/Linux recientes en las que la hibernación funciona. Tanto da que no la use, el caso es que si la necesitase podría utilizarla, al igual que en Mageia. La suspensión, en cambio, sigue desaparecida y sin visos de recuperarse en un futuro cercano.

Rendimiento


En las pruebas de rendimiento encontramos, como viene siendo habitual, algunos apartados en los que la distribución analizada supera a Ubuntu (tomada como referencia para la puntuación) y otros en los que el sistema de Canonical sale vencedor. En general, Ubuntu es ligeramente superior (tan ligeramente como un exiguo 0’11 de valoración), destacando Arquetype en el “benchmark” de Firefox, donde arrojó unos excelentes resultados, por no decir que instauró un nuevo record de puntuación. En la prueba de rendimiento gráfico (Unigine Valley), se quedó algo por debajo de Ubuntu, pero estableciendo una buena marca.

Unigine Valley, banco de pruebas gráficas
Unigine Valley, banco de pruebas gráficas

Sé que muchos de los lectores habituales pensaran que basar una distribución en Manjaro, que a su vez se basa en Arch, es demasiado. Podría ser, pero lo cierto es que la mayoría de distribuciones enfocadas a usuarios noveles y que, por tanto, minimizan las dificultades son de este tipo. El ejemplo más famoso: Linux Mint, basada en Ubuntu, a su vez en Debian. Esta es la segunda distribución fundamentada en Manjaro que analizo en poco tiempo, y a la vista está que los resultados son satisfactorios, más incluso que los obtenidos con Netrunner Rolling.

Además, qué diantre, si Blue Systems (que es una corporación) puede sacar una versión de Manjaro, a ver por qué no van a poder estos señores. Y no solo la sacan, sino que la dotan de buenas razones para ser usada, cumpliendo con sus promesas: buena para desarrolladores (últimas versiones de la paquetería), gran rendimiento, abundante software. Su lema principal es el que me sirve como título: “un sistema Linux para ti”. Es exactamente éso lo que es. Como comentaba en el artículo sobre Linux Mint Rafaela, tal vez en tu equipo no encuentres ni un solo error, y sea tu sistema perfecto… independientemente de mis resultados, es algo que solo podrás averiguar si lo pruebas.

Bonito fondo de pantalla incluido en Arquetype CRT
Bonito fondo de pantalla incluido en Arquetype CRT

En su debe, tan solo errores sobre los que poco pueden actuar los creadores, como los ya comentados de parpadeos (si tenéis una AMD, con los controladores propietarios desaparecen) y fallos de traducción, que le restan medio punto en la valoración general. Pero huyendo de guarismos, me quedo con una buena experiencia de uso que me deja un gran sabor de boca. Enhorabuena a los desarrolladores por el trabajo.

Salud

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ARQUETYPE CRT LSDH
INSTALACIÓN 10
ARRANQUE Y APAGADO 6.25
SOFTWARE 10
HARDWARE 8.13
CONECTIVIDAD 10
OUT OF THE BOX 10
ESTABILIDAD 10
FLUIDEZ 10
GESTIÓN DE ENERGÍA 6.67
PYBENCH N/D
APACHE 19982.66
ENCODE-FLAC 13.19
UNPACK-LINUX 18.18
UNIGINE VALLEY 451
BROWSERMARK FIREFOX 3.256
BROWSERMARK CHROME 3.706
TRANSF. PENDRIVE 5.13
TRANSF. DISCO DURO USB 0.52
TRANSF. TARJETA SD 5.25
CORRECCIÓN POR RENDIMIENTO -0.11
CORRECCIÓN POR ERRORES -0.50
CALIFICACIÓN 8.71

Reforma por vacaciones

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La casualidad ha querido que el artículo de hoy constituya un número redondo, al ser la publicación número 200 de este blog, que camina hacia los cuatro años de vida en la red. La sombra del helicóptero va creciendo, aunque yo no pueda dedicarle todo el tiempo que me gustaría, pues su comunidad y las consultas de los lectores le dan más actividad de la que le puedo proporcionar con mis escritos. Este lento aunque continuo medro hace florecer nuevas oportunidades y nuevos acuerdos, como el alcanzado recientemente con la empresa Interdominios que me ofrece la posibilidad de prescindir de la plataforma Blogger (que actualmente aloja el blog) para abrirme a un nuevo mundo: WordPress en un dominio propio.

Imagen de Shutterstock

Es por ello que en los próximos días y semanas posiblemente encontréis algunos problemas al acceder al blog, debido a que tengo que cambiar las direcciones y los DNS, conforme vaya migrando todo el contenido a su nuevo hogar. Espero disculpéis las molestias, pues creo que es un cambio para mejorar y, si bien ahora me va a dar bastante trabajo (coincidente con mis vacaciones, al menos), a la larga será beneficioso en muchos sentidos. Todos los artículos escritos hasta la fecha van a continuar siendo accesibles en “http://www.lasombradelhelicoptero.blogspot.com“, por si deseáis consultar algo en un momento en que la dirección principal esté inaccesible.

Gracias a todos. Nos leemos pronto.

Estamos en obras

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Durante estos ajetreados días de traslado desde Blogger hasta WordPress, espero que sepáis perdonar los errores puntuales y de diseño que se van a producir. Tiempo al tiempo, poco a poco. Por ahora, existe la posibilidad de acceder al antiguo diseño del blog desde el siguiente enlace:

http://www.lasombradelhelicoptero.blogspot.com

Una vez concluya por completo la migración, el antiguo blog desaparecerá.

Disculpen las molestias

Migración a WordPress completada

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Con los últimos retoques dados esta mañana puedo confirmar que la migración del blog desde la plataforma Blogger hasta WordPress está finalizada. El blog vuelve a estar operativo al cien por cien. Aunque ha sido algo laborioso, reconozco que no tanto como pensaba, en parte gracias a una herramienta genial que me ha facilitado mucho la tarea: una pequeña maravilla llamada “Blogger importer extended“, creada por Yuri Farina. Estoy en deuda con este señor, algo que pienso solucionar en cuanto añada algunos fondos a mi escuálida cuenta de Paypal, en cuestión de un par de días. Sirva este reconocimiento público como pequeño anticipo.

Sobre las tremendas diferencias entre ambas plataformas podría escribir mucho, mas no tengo ningún motivo especial para denostar lo que he usado gratuitamente durante tanto tiempo. Como suele ser habitual, WordPress ofrece más libertad y más potencia, mientras Blogger permite hacer menos cosas, pero te libera de responsabilidades que no todo el mundo quiere tener. En cualquier caso, mi voto es para WordPress, cuya flexibilidad y sencillez de uso son dignas de alabanza. Y la prueba fehaciente es que he podido replicar (o algo parecido) el aspecto del blog original sin conocimientos previos y en apenas unas horas durante mis días de vacaciones, con piscina y otras actividades de por medio.

Pronto volveremos al ataque, ahora sí, desde nuestra nueva plataforma.

Salud

El verano del camaleón IV: KDE Connect en openSUSE

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Cuarta entrega de nuestra serie de artículos dedicados a openSUSE 13.2, el sistema que estoy disfrutando durante esta época estival, aun cuando los familiares a los que hacía referencia en el primero de ellos ya se marcharon. Me voy a ocupar hoy de la instalación y puesta en marcha de una maravilla de aplicación, creada por Albert Vaca y de la que ya he escrito con anterioridad: KDE Connect. La uso en cada instalación de KDE de la que dispongo, e incluso en Ubuntu 14.04, aunque para ello tenga que instalar algunas dependencias del escritorio para el que fue creada.

Para quienes no la conozcan, una breve introducción a la función que realiza: KDE Connect es una aplicación que nos permite enlazar un móvil con Android y un escritorio GNU/Linux. Equivale, si bien presenta ciertas diferencias, a otros programas para Windows, como el cliente de escritorio de Airdroid o Pushbullet (éste también existe para GNU/Linux). En términos generales, KDE Connect nos da la posibilidad de interactuar con el móvil vinculado, pudiendo desde enviar archivos hasta hacer “mirroring” (palabreja que viene a significar “reflejo de notificaciones del móvil en el escritorio”). Sus funciones, al completo, son las que detallo a continuación:

  1. Compartir y recibir archivos. La frase es descriptiva por sí sola. Con un par de clics enviamos archivos desde Dolphin hasta el móvil y viceversa.
  2. Usar el móvil como “touchpad”. Podemos mover el puntero del ratón en el móvil y dicho movimiento (redundancias a mí), se trasladará a la pantalla del escritorio en el ordenador.
  3. Inhibir salvapantallas. Cuando el móvil está conectado al equipo, el protector de pantalla no se activa.
  4. Integración de telefonía. Nos notifica de cada llamada o mensaje SMS que recibamos.
  5. Monitor de la batería. Permite saber cuánta batería queda en el dispositivo y si éste se está cargando o no.
  6. Navegador de sistema de archivos remoto. Usando Dolphin podemos ver los archivos de la memoria del teléfono y las tarjetas externas.
  7. Pausar multimedia durante las llamadas. Si estamos escuchando música o viendo un vídeo en el equipo y recibimos una llamada, la reproducción se pausará.
  8. Ping. Permite enviar o recibir una señal sonora. Útil para comprobar la correcta conexión entre el ordenador y el móvil.
  9. Portapapeles. Crea un portapapeles bidireccional, de modo que aquello que copiemos en uno de los dispositivos se podrá pegar en el otro.
  10. Receptor de control multimedia. Para usar el móvil como mando a distancia de un reproductor multimedia del ordenador. Lo he probado con Clementine y VLC: en ambos funciona.
  11. Sincronizar notificaciones. La función de “mirroring” a la que antes hacía alusión. Notificaciones de todas las aplicaciones del teléfono a las que demos permiso para ello, recibidas en el ordenador.

Instalar KDE Connect en el móvil

Obviamente, para que todo lo anterior funcione es preciso tener corriendo dos aplicaciones: una en el ordenador y otra en el teléfono móvil. Comienzo por la instalación de esta última (para Android, recordemos), que se puede hacer de la forma habitual a través de Google Play, o desde otras tiendas, siendo la más recomendable la que apuesta por el software libre, que no es otra que F-Droid.

Instalar KDE Connect en openSUSE

Turno para nuestro sistema con Geeko. En mi caso, como usuario de KDE, la instalación apenas arroja dependencias extras. Podemos buscarlo en la colección de programas de openSUSE para instalarlo con la siempre útil función “1 Click Install”.

La web de software de openSUSE: ¡qué gran invento!

La web de software de openSUSE: ¡qué gran invento!

Como vemos, se encuentra en el repositorio KDE:Extra, al que probablemente la mayoría ya estaréis suscritos. Recomiendo dejar marcada la casilla de “mantener la suscripción” para beneficiarnos de las futuras actualizaciones que reciba el programa.

Dejamos la suscripción al repositorio activada

Revisamos el paquete a instalar y su descripción (en inglés):

Solo necesitamos instalar un paquete, ya que estamos en KDE

Solo necesitamos instalar un paquete, ya que estamos en KDE

Y a instalar se ha dicho.

Instalando KDE Connect en openSUSE

Instalando KDE Connect en openSUSE

Con el programa ya preparado, conviene hacer uso del plasmoide de KDE que trae, el cual es fácilmente instalable con la función de “Añadir elementos gráficos”, tras pulsar en la caja de herramientas (el símbolo a la derecha de la barra de tareas y/o en la esquina superior derecha del escritorio).

Plasmoide de KDE Connect

Plasmoide de KDE Connect

Vinculando ambos dispositivos

A continuación nos vamos a nuestro móvil e iniciamos la aplicación instalada con anterioridad. Veremos que ya reconoce un equipo potencialmente vinculable en nuestra red. A todo esto, nota importante: para que funcione KDE Connect, ambos equipos tienen que estar conectados forzosamente a la misma red. Es condición sine qua non. En la captura de pantalla que acompaño, vemos como detecta a openSUSE como nuevo dispositivo disponible. En mi caso particular, también aparecen mis otros sistemas, con Chakra y Ubuntu, como dispositivos recordados.

KDE Connect en mi Moto X

KDE Connect en mi Moto X

Tras escoger el nuevo sistema a vincular, esto es, openSUSE, aparecerá en KDE la correspondiente solicitud de enlace, que deberemos aceptar.

Solicitud de vinculación del móvil al ordenador

Solicitud de vinculación del móvil al ordenador

Esta forma de proceder también puede alterarse, de modo que es posible solicitar la vinculación a la inversa, desde el equipo al móvil. En tal caso, veríamos en nuestro teléfono lo siguiente:

Screenshot_2015-07-08-18-10-03

Aceptar o rechazar, gran dilema

Una vez ha tenido éxito el proceso, tenemos en “Preferencias del sistema”, módulo “KDE Connect”, algo parecido a esto:

snapshot86

KDE Connect con todas sus opciones disponibles

donde XT1052 es mi Moto X de 2013, ya conectado a KDE. En adelante, cualquier notificación recibida la podré ver también en el escritorio, con perfecta integración, tal que así:

snapshot87

Notificaciones nativas de KDE para la aplicación

Algunas pegas

Como casi todo en esta vida, KDE Connect no está exento de algunos problemas. Para empezar, el que me resulta quizás más molesto de todos, es el que hace que sea obligatorio sacar al teléfono de su “letargo” para que sea detectado. Me explico: la mayoría de móviles con Android habilitan una función de ahorro de energía, de tal manera que, cuando no se está empleando el teléfono, entra automáticamente en este estado. Pongamos que, como sucede a menudo, tenemos el teléfono en otra habitación y se nos ocurre encender el ordenador. Inicia openSUSE, entramos en KDE y… no se establece vinculación.

Ups, no parece haber vinculación

Ups, no parece haber vinculación

O, al menos, es lo que parece. Tan pronto como cojamos el teléfono y lo desbloqueemos, volverá a estar disponible. Sin ser un gran problema, es algo que no ocurre con aplicaciones de parecido corte, como el cliente de Airdroid para Windows o el de Pushbullet para Ubuntu.

Si vuestro equipo tiene el cortafuegos habilitado, será necesario dar permisos a los puertos comprendidos entre el 1714 y el 1764, tanto para protocolo TCP como UDP. Tenéis la explicación pertinente en este artículo de Eugenio M. Vigo en su blog /etc/cron.d.

Finalmente está la función más interesante de todas, pendiente de implementar todavía: responder llamadas y mensajes desde el ordenador. El software libre apenas da de comer y no suele ser el trabajo principal de casi nadie, por lo que hay que dejar tiempo a los desarrolladores para la tarea. Soluciones que cuentan con mayor respaldo, como Airdroid, tampoco permiten todavía contestar llamadas, pero sí mensajes cortos y de Whatsapp o Telegram, lo cual supone una importante ventaja. Aunque solamente puedes beneficiarte de ello si usas Windows…

AirDroid, con su aplicación de escritorio para Windows

AirDroid, con su aplicación de escritorio para Windows

Pero todo llegará, estoy seguro. Por el momento os dejo con este sencillo tutorial de instalación de una aplicación que se ha convertido en imprescindible para los flojos como yo, que no quieren llevar el móvil encima todo el día ni levantarse y andar diez metros para consultar qué pone ese último mensajito que acaba de llegar. En cien años, todos calvos… y obesos. Bromas aparte, su utilidad es incuestionable, con una excelente velocidad de transmisión de datos en ambas direcciones y funciones interesantes, como el portapapeles único o el móvil-ratón, que de veras que pueden dejar a más de un@ con la boca abierta. Doy fe.

Salud


Ubuntu: ¿actualizar o reinstalar?

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Vivimos estos días en España una sucesión de olas de calor que no tiene parangón. Servidor, que ya peina canas, no recuerda algo parecido y conforme pasan los días sin bajar de cuarenta grados a la sombra en el valle del Guadalquivir, son pocos los viejos del lugar que recuerdan algo siquiera parecido. Asfalto que se derrite, viento sahariano que se siente como si te fueran a incinerar, casas con finos muros que no sirven de aislante ni en verano ni en invierno y escalofríos solo de pensar en la inminente factura de electricidad por venir. Esto es Sevilla para los que vivimos instalados en la continua “tiesura”, sin posibilidad de evadirse más allá de escarceos piscineros ocasionales.

Ni que decir tiene que los aparatos electrónicos de toda condición sufren mucho más en esta época. A mi equipo, instalado en una habitación sin refrigeración posible, solo le resta echar humo. Todos y cada uno de sus componentes emanan calor, lo cual no hace más que aumentar la temperatura global de la casa, siendo mi disco duro externo uno de los elementos que más contribuye, pues carece de ventilador. De ahí que no sea buena idea mantenerlo encendido todo el día. El rollo que os estoy soltando viene a cuenta de la decisión que tomé hace un tiempo de mantener en mi disco duro interno una única distribución, de largo soporte, junto al Windows que promete una próxima actualización gratis para todos, y no para unos cuantos. Así, Ubuntu Trusty Tahr permanecía inamovible e impasible, presta para sacarme del apuro cuando otra distribución fallase.

El disco duro externo, que en su día utilizase como solución multimedia, aloja a un montón de distribuciones probadas ya (Linux Mint Rafaela, LMDE Betsy, Mageia 5 y Arquetype CRT), junto con el sistema que estoy utilizando durante el verano (openSUSE 13.2) y una partición de copia de seguridad, que empleo para la sincronización con Back in Time en Ubuntu. Es precisamente debido a que paso la mayor parte del tiempo en openSUSE que el disco externo se calienta demasiado. Este hecho, unido a los problemas que tengo con algunas distribuciones de prueba que pretenden instalar el Grub en el disco interno (me ha ocurrido mientras intentaba revisar Neptune OS), me ha hecho replantearme la estrategia. Total, que vamos a volver a particionar.

La idea es volver al esquema que tenía anteriormente: disco interno con Windows, partición de datos, partición de intercambio y tres particiones para GNU/Linux: Ubuntu, Chakra y la distribución que toque revisar para el blog. Disco externo con la partición de salvaguarda y nada más. Todo este cambio lo podría acometer sin tocar Ubuntu, de no ser porque últimamente se ha convertido en un infierno de lentitud, caídas del wifi y otras historietas, una circunstancia que es todavía más lamentable si se tiene en cuenta que estamos hablando de una versión de soporte extendido. Y es curioso, pero Linux Mint Rafaela, revisada recientemente, va como la seda. ¿Por qué, “zeñó”, por qué? Es una pregunta retórica, no espero respuesta. Matar a Ubuntu, sin más, tiene poca utilidad, de modo que me propuse dar respuesta a un par de cuestiones: primera, la solución a mis problemas “ubunteros”, ¿estará en la actualización a la última versión? Segunda y última: ¿es mejor actualizar o reinstalar desde cero? Lo vamos viendo a continuación.

Si algo funciona, no lo arregles

Esto es una máxima que cobra un especial significado en el mundo GNU/Linux. Sé que es un cliché, que está manido hasta la saciedad, pero, de verdad, hay que hacerle caso. Si todo funciona, no se arregla ni se actualiza (hablo de distribuciones, no de paquetes). Como en mi Ubuntu 14.04 no se cumple la primera parte del silogismo, vamos a tratar de arreglarlo. Pero, si vuestra situación no es esta, dejad Ubuntu como está. Una versión de soporte extendido siempre es mejor que una que no lo es, con la excepción del hardware más novedoso que no está soportado por el kernel. En realidad, incluso eso tiene solución sin salir de la LTS.

La copia de seguridad es tu amiga

Segunda máxima de obligado cumplimiento: realiza copias de seguridad frecuentes de tus datos. Un disco puede fallar y mandar al traste preciados recuerdos o importantes documentos. Junto con la recomendación de mantener una partición de datos separada de la del sistema, tener la prevención de salvaguardar archivos importantes cada cierto tiempo es una buena práctica a seguir. Bien, si te dispones a actualizar Ubuntu y no tienes partición de datos aparte, es el mejor momento para hacer una de estas copias de seguridad. Hay varios programas de copia incremental, el que yo recomiendo es Back in Time.

Actualiza los paquetes de tu versión primero

Ubuntu tiene una cierta manera de tratar las actualizaciones de versión. Si estamos en una LTS y queremos pasar a la siguiente (de Ubuntu 12.04 a 14.04, por ejemplo), se puede hacer directamente. En mi caso, estando en Ubuntu Trusty Tahr (14.04) deseo migrar hasta Ubuntu Vivid Vervet (15.04), lo cual es imposible sin pasar antes por Ubuntu Utopic Unicorn (14.10). Antes de comenzar con ese primer paso, de Trusty a Utopic, recomiendo actualizar al máximo el sistema actual, bien a través de del “Gestor de actualizaciones”, bien a golpe de terminal, con:

sudo apt update
sudo apt upgrade

1_copy

Desinstala el controlador gráfico propietario

No parece muy buena idea realizar una tarea tan delicada con la espada de Damocles del controlador propietario AMD sobre tu cabeza. Los dichosos Catalyst requieren compilarse con cada cambio de kernel, de modo que es mejor quitarlos de en medio hasta que el sistema esté actualizado. Por ello, vamos a “Configuración del sistema”, módulo “Software y actualizaciones”, pestaña “Controladores adicionales”. Ahí hacemos el cambio, muy sencillo en Ubuntu, todo hay que decirlo. En el caso de Nvidia no me atrevo a aconsejar, dado mi desconocimiento sobre la materia.

4_copy

Cuando ya hemos instalado el controlador libre, vamos a reiniciar el equipo antes de continuar nuestra tarea.

Desactiva todos los PPAs que tengas

Por norma general, cada PPA apunta a una versión concreta de Ubuntu. Como vamos a dar un salto, lo mejor es desmarcar todos los PPAs que tengamos, con idea de volver a marcarlos tras la actualización y una vez hayamos cambiado el nombre de la versión de Ubuntu a la que apuntan. Nos vamos, pues, a la pestaña “Otro software” dentro de “Software y actualizaciones” y procedemos uno a uno a desmarcar los PPAs, que en mi caso son bastantes. Quien no se encuentre cómodo con esta sencilla operación puede optar por aplicaciones de terceros, como Y PPA Manager.

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Autoriza el cambio de versión

Ya estamos a punto para iniciar la actualización masiva. Todavía dentro del módulo “Software y actualizaciones”, vamos a la pestaña “Actualizaciones” donde, en el apartado “Notificar versión nueva”, escogemos “Para cualquier versión nueva”. Tras esto, nos vamos a “Configuración del sistema”, módulo “Detalles”, y pulsamos en el botón de “Instalar actualizaciones”. En ese momento se nos informará de la disponibilidad de Ubuntu Utopic.

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Cierra todo lo cerrable… y al lío

Tras escoger “Actualizar”, conviene hacer caso de lo que el sistema sugiere y cerrar todas las aplicaciones que tengamos abiertas o corriendo en segundo plano, para evitar algún error desagradable. Esto incluye Skype, programas de P2P, el cliente de Copy y aplicaciones similares.

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La actualización va a tomar bastante tiempo. En mi equipo, aun disfrutando de una conexión de 2’5 Mb por segundo, el proceso se demoró por más de una hora. De cuando en cuando salta una ventana que nos informa de que ya podemos actualizar a la siguiente versión (Vivid Vervet), mas no es el momento, de manera que pulsamos en “Preguntar más tarde” y listo. La aparición de esta ventana es recurrente, tened cuidado de no pulsar por equivocación en “Actualizar”, o ya tendremos el embrollo montado.

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Antes de finalizar, el sistema nos va a preguntar si deseamos eliminar los paquetes obsoletos. Mi consejo es que aceptemos, pues no hacerlo solo hará que, en el mejor de los casos, dichos paquetes ocupen un espacio valioso sin ninguna utilidad.

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Reiniciar y repetir la operación

Transcurrido un tiempo variable, el sistema nos informará de que ya podemos proceder al reinicio para disfrutar de la nueva versión. Una vez lo hayamos hecho y tras comprobar que en lo que a estética respecta, no hay diferencia notable con lo anterior, repetiremos el proceso desde el principio, para pasar de Utopic a Vivid. Lógicamente hay pasos, como el de desmarcar los PPAs, que ya no tendremos que hacerlos.

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Después de actualizar

De acuerdo, ya han pasado un par de horas y tenemos nuestro Ubuntu Vivid Vervet listo para funcionar. El siguiente paso consiste en desandar lo andado, es decir, vamos a habilitar los PPAs que teníamos antes. En mi caso, esta operación me sirvió para hacer limpieza, pues muchos de ellos ni recordaba que los tenía activados, ni mucho menos para qué.

Aquellos que queramos conservar debemos volverlos a marcar, pero teniendo cuidado de pulsar en “Editar” y cambiar el nombre de la distribución por el correcto, que en este caso sería “Vivid”.

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Con los controladores propietarios de AMD, hago lo mismo. Para mi sorpresa, en Ubuntu Vivid se añade un nuevo controlador privativo que desconocía, un microcódigo para CPUs de esta marca. Hace ya bastante tiempo que no instalo microcódigos de AMD y pensaba que su uso estaba obsoleto.

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Las sorpresas desagradables

Qué, ¿pensábais que ya estaba todo? ¿Que todo había salido a pedir de boca? Quien más y quien menos sabe que toda actualización conlleva riesgos y es difícil que no ocurran contratiempos. Habrá quien no tenga ninguno, pero en mi caso se dan dos de especial relevancia:

  • La impresora no funciona. Al encenderla, un mensaje indica que el “plugin” propietario está corrupto o no concuerda con el de la versión instalada. Al intentar instalarlo de nuevo me topo con el mismísimo error ya conocido por Linux Mint Rafaela. En esta ocasión, sin embargo, no es subsanable mediante el procedimiento utilizado allí: aunque se instala el “plugin”, la impresora ni tan siquiera aparece como reconocida. No puedo instalarla ni desinstalarla, ergo no puedo utilizarla.
  • La lentitud, lejos de desaparecer… ¡ha aumentado! El sistema parece arrastrarse por momentos, sobre todo durante la copia a dispositivos USB, momentos en los que nada parece responder durante segundos. El wifi no se desconecta, al menos en los primeros momentos, pero tanta parsimonia y un tremendo “lag” hacen que el sistema se encuentre en un estado próximo a la inutilidad absoluta.

¿Conviene, pues, actualizar Ubuntu?

De esta manera no, desde luego. Lo siguiente que hice, tras media hora tratando de descubrir si funcionaba todo (lo hacía, pero lentamente) fue iniciar en Linux Mint Rafaela, que parecía volar. Entiendo que la diferencia se hace más palpable cuando uno pasa directamente de un Ubuntu errático a un Linux Mint apenas sobrecargado, pero ahí está. Mi experiencia personal de actualizaciones de versión en Ubuntu deja bastante a las claras que no es conveniente realizarla. Ya en una ocasión anterior dí el paso y tampoco salió bien del todo.

Las conclusiones no deben tomarse a la ligera. Vuelvo a insistir, mil veces que lo recalque no serán suficientes, en que esto ocurre con mi equipo, mi hardware y mis circunstancias, por lo que no tiene que pasarle lo mismo a otra persona. Al menos, no necesariamente. Por regla general no recomiendo moverse de las versiones de soporte extendido cuando todo funciona bien. Por qué en Ubuntu Trusty, una LTS, hay fallos groseros, es harina de otro costal y me cuesta bastante más entenderlo.

Resumo el artículo, para terminar, con una especie de algoritmo de decisión. ¿Funciona bien tu Ubuntu LTS? Si la respuesta es sí, no cambies. Si no es el caso, y crees que la actualización puede resolver el problema, haz copia de seguridad de tus datos e instala Ubuntu Vivid desde cero. Si Ubuntu Vivid tampoco va bien… ya sabes, hay muchos, pero que muchos, peces en el mar.

Salud

El verano del camaleón V: Steam en openSUSE

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Desde que un buen día de la década de los ochenta descubrí al venerable ZX Spectrum 48K, uno de los primeros ordenadores que la compañía de Sir Clive Sinclair sacó al mercado, he dedicado parte de mi tiempo libre a los videojuegos. Aquel pequeño aparato pertenecía a mis vecinos de abajo, los del décimo D, y lo utilizábamos casi exclusivamente para jugar al Fernando Martín Basket Master. Antes de eso, recuerdo haber visto en una ocasión un ejemplar de 16K – eso sí es un dinosaurio – en el que se podía ejecutar un primitivo simulador de vuelo y el célebre Arkanoid. Ahora ya podéis llamarme viejo. Sigo con la batallita.

Mi primer ordenador personal fue el Spectrum 128K, con su lector de cintas de cassette y sus estridentes y chirriantes ruidos para cargar los juegos. También con su tornillo, ese que decía la creencia popular que era capaz de modular el sonido de la cinta para cuando algún cassette se resistía. Rara vez me sirvió para algo… Luego llegaría el 486, luego el IBM que había ejercido de servidor durante la Expo 92, con sus mareantes 16 Mb de RAM, luego la Play Station, la Wii… Aun reconociendo que las consolas son el mejor sistema para jugar, no en vano es casi su única utilidad plausible, los que nos iniciamos a esta suerte de ocio en la infancia con un ordenador siempre mantendremos esa otra preferencia, siquiera nostálgica, por los años en que fueron la única manera, tragaperras aparte, de disfrutar de nuestra pasión.

Volviendo a nuestros días, cada vez cobran más y más importancia las plataformas de videojuegos (Steam, Desura, Origin…). Son cómodas, son rápidas, permiten acceder a los títulos desde cualquier equipo, socializar las partidas, y un montón de cosas más que los soportes tradicionales no permitían. Hasta hace relativamente poco eran patrimonio casi exclusivo del sistema operativo Windows, pero gracias principalmente a la compañía Valve y su Steam, GNU/Linux ha ido adquiriendo cada vez más presencia hasta cotas que ni los más optimistas del lugar eramos capaces de imaginar. Y en ese punto estamos, con un crecimiento exponencial en el número de títulos disponibles para el sistema de Tux, muchos de ellos de gran calidad.

Pues bien, hecha la introducción, vamos a ver cómo podemos disfrutar de esta plataforma en nuestro openSUSE 13.2 con KDE. No tengáis miedo, si algo caracteriza a Geeko es que nos pone las cosas fáciles, y con Steam no se rompe esta premisa.

Usar Steam en GNU/Linux: ¿luchar contra molinos de viento? Ya no...

Usar Steam en GNU/Linux: ¿luchar contra molinos de viento? Ya no…

Instalar Steam con 1-click-install

El método de instalación en un clic es lo más parecido al “siguiente, siguiente, siguiente” de Windows, con la ventaja de que no hay que preocuparse de toda la basura que se puede instalar en dicho sistema si uno no anda con ojo. En dos palabras: me encanta. Procedo a buscar en la web de programas de openSUSE, software.opensuse.org, la plataforma Steam y, desde allí, a instalarla.

Casi todas las aplicaciones al alcance de 1 clic

Casi todas las aplicaciones al alcance de 1 clic

Dejo marcado el repositorio en que se encuentra, “Games/Tools”, para poder beneficiarme de futuras actualizaciones y parches de seguridad.

Como casi siempre, nos mantenemos suscritos al repositorio añadido

Como casi siempre, nos mantenemos suscritos al repositorio añadido

En la propuesta de instalación de openSUSE se resume la simpleza de la tarea: instalo Steam y mantengo mi suscripción al repositorio que lo aloja.

Resumen de lo que se va a hacer

Resumen de lo que se va a hacer

Al ser la primera ocasión en que accedo al nuevo repositorio, debo aceptar la clave de seguridad antes de poder continuar.

Confiamos en la clave pública del repositorio

Confiamos en la clave pública del repositorio

Y comienza la instalación de Steam en openSUSE, con 46 paquetes en total.

Instalando Steam en openSUSE

Instalando Steam en openSUSE

Ejecutando Steam

Encontraremos nuestro recién instalado programa en el menú, bajo el epígrafe obvio de “Juegos”, o simplemente con la función de búsqueda de nuestro menú de KDE.

Escribimos "Steam" y el menú de KDE localiza el programa

Escribimos “Steam” y el menú de KDE localiza el programa

La primera vez que se inicia el programa es obligatorio aceptar los términos del acuerdo con la empresa Valve, redactados en inglés.

Los dichosos "EULA", también en Steam

Los dichosos “EULA”, también en Steam

Una vez los hayamos aceptado, el cliente de Steam se auto-actualiza, descargando el nuevo paquete de más de 200 Mb de peso.

Auto-actualización del cliente de Steam en openSUSE

Auto-actualización del cliente de Steam en openSUSE

Finalmente, ya podemos entrar con nuestra cuenta habitual o bien crearnos una nueva si nunca hemos utilizado Steam.

Ventana de "login" de Steam

Ventana de “login” de Steam

Como medida de seguridad, al ser la primera vez que accedemos desde un nuevo equipo, Steam nos pide una clave que será enviada a la dirección de e-mail que figure en nuestro perfil de la plataforma.

Steam solo se puede ejecutar en equipos de confianza

Steam solo se puede ejecutar en equipos de confianza

Concluido el proceso, que únicamente deberemos realizar durante este primer acceso, ya tenemos ante nosotros nuestra cuenta de Steam, con los juegos que cada cual haya adquirido.

Pantalla principal del cliente de Steam para GNU/Linux

Pantalla principal del cliente de Steam para GNU/Linux

Configurando el cliente de Steam

Personalmente suelo llevar a cabo algunas modificaciones cada vez que instalo Steam en un nuevo equipo o, más concretamente, nueva distribución GNU/Linux. En primer lugar, cambio el idioma de la interfaz a español, entrando en “Settings”, “Interface”. Tras elegir nuestro idioma, hay que reiniciar Steam.

Steam se puede poner en español

Steam se puede poner en español

En “Downloads”, o “Descargas” si ya hemos reiniciado, tenemos la opción de “Allow downloads during gameplay”, es decir, permitir que se descarguen juegos o actualizaciones mientras estamos en plena partida. Si eres de los que gustan de jugar online con otras personas, no marques esta casilla o tu “ping” se verá seriamente perjudicado en ocasiones.

Como no suelo jugar online, permito descargas en segundo plano

Como no suelo jugar online, permito descargas en segundo plano

Por último, en la misma pestaña de “Downloads” o “Descargas”, cambio la ubicación de mi biblioteca de juegos de Steam, la cual tengo alojada, por comodidad, en un directorio de la partición de datos, sirviendo tanto para mis distribuciones GNU/Linux como para Windows.

Se puede cambiar la ubicación de la biblioteca de juegos

Se puede cambiar la ubicación de la biblioteca de juegos

Hechas las modificaciones, tengo ante mí los títulos de mi biblioteca de juegos que son compatibles con GNU/Linux. Ya sé que es escasa: soy un “gamer” ocasional que no tiene tanto tiempo libre ni dinero como para poseer una gran cantidad de juegos. La mayoría de ellos adquiridos durante las rebajas de verano, además, aprovechando esas ofertas relámpago que caracterizan a la plataforma de Valve. Poseo once títulos, seis de los cuales se pueden ejecutar bajo GNU/Linux.

Mi escueta biblioteca de juegos de Steam para GNU/Linux

Mi escueta biblioteca de juegos de Steam para GNU/Linux

Instalar los controladores Catalyst de AMD

Estoy al corriente de la mejora continuada de los controladores libres de AMD para GNU/Linux. Supongo que es un avance que afecta principalmente al escritorio y las aplicaciones en 2D, porque por mucho que me disguste, los Catalyst para Windows siguen estando por delante en cuanto a desempeño. Pese a este hecho, es posible disfrutar de una experiencia razonablemente buena con títulos no demasiado demandantes, como casi todos los que tengo en mi biblioteca de Steam. Vamos a ver cómo instalar los controladores propietarios de AMD en openSUSE. El método resulta ser, oh sorpresa, tan simple como casi siempre en esta maravilla de distribución… pues sí, instalación en un clic, de nuevo. La wiki de openSUSE nos muestra el camino.

Instrucciones en la web de openSUSE para instalar Catalyst

Instrucciones en la web de openSUSE para instalar Catalyst

Escogemos los controladores propietarios correspondientes a nuestra arquitectura y pulsamos en el botón. Las siguientes acciones son ya de sobra conocidas.

Tan fácil como de costumbre: 1-click-install

Tan fácil como de costumbre: 1-click-install

La descarga en este caso alcanza el giga de tamaño. ¿Por qué? Cada vez que se instalan los controladores propietarios en GNU/Linux es preciso compilarlos para el núcleo Linux que estemos utilizando. Por este motivo hay que descargar todas las herramientas de desarrollo, que en openSUSE, al contrario que en otras distribuciones, no vienen instaladas de serie, pues no todo el mundo va a hacer uso de ellas en un principio.

Casi 1 Gb de descarga para compilar el controlador en openSUSE

Casi 1 Gb de descarga para compilar el controlador en openSUSE

Terminada la instalación, se hace necesario un reinicio del equipo para comenzar a hacer uso de los controladores Catalyst. Sencillo, sin usar la consola y para todo tipo de usuario. Genial, ¿no es cierto?

Si os estáis preguntando por qué motivo he instalado primero Steam y luego los controladores, y no al revés, os contesto ahora mismo: por mi experiencia en Chakra, realizar la operación en orden inverso puede dar problemas a la hora de ejecutar Steam por primera vez, obligándonos a volver a instalar los controladores libres, abrir el cliente y luego regresar a los privativos.

Steam en GNU/Linux: un par de ejemplos

Veamos seguidamente cómo se comportan dos de los juegos que tengo en mi biblioteca. Ya os adelanto que el desempeño es bueno, aunque por diversos motivos sigo prefiriendo iniciar la partición de Windows para jugar. No todo el mundo puede o quiere tener una partición con el sistema operativo de Microsoft, de modo que poder disfrutar de buenos juegos en GNU/Linux de forma nativa (sin Wine de por medio) ya es todo un privilegio y una muy buena noticia.

Comienzo con Football Manager 2014. Los simuladores deportivos son, junto a los apocalípticos, mis juegos preferidos. De hecho, durante mis tiempos de la Facultad de Informática incluso llegué a programar uno en lenguaje C. El caso es que los de Eidos Interactive me “robaron” la idea y la llevaron a la excelencia… Lástima no tener los fuentes de mi programa para hacerme un “Chester Lampwick“…

No os riais, ya veréis cuando me compre mi casa de oro… En fin, Football Manager se siente bastante ligero y fluido, diría que más que en Windows, en lo que a menú e interfaz se refiere. Sin embargo, la velocidad a la que se simulan los partidos es algo más lenta, por lo que parece aprovechar peor la potencia del microprocesador.

Pantalla de inicio de Football Manager 2014

Pantalla de inicio de Football Manager 2014

Preparando la alineación para un partido

Preparando la alineación para un partido

En cuanto a los partidos en sí, que se muestran con un simulador en 3D, con el nivel de detalle “bajo” se consigue una fluidez similar a la que se tiene en Windows con los detalles a nivel “medio”. Blanco y en botella. Si nos da por aumentar la calidad gráfica bajo GNU/Linux, el resultado es la aparición de retardos y una experiencia bastante pobre.

Mi centrocampista todoterreno marcando el gol de la victoria

Mi centrocampista todoterreno marcando el gol de la victoria

Otro ejemplo, este del género apocalipsis zombie: Dead Island. Juegos de esta temática tengo varios: la genial serie “The Walking Dead”, de Telltale Games, que virtualizada con Wine iba perfectamente bien en Ubuntu y Chakra. Left 4 Dead, No more room in Hell o State of Decay (solo para Windows) son otros títulos a los que suelo jugar. La experiencia de Dead Island en openSUSE es buena, al igual que en Ubuntu, con un único pero: los tiempos de carga son muy largos. En Windows, iniciar un nuevo escenario puede llevar veinte o treinta segundos, mientras que hacer lo mismo en GNU/Linux se demora cinco minutos en el mejor de los casos. La fluidez, sin embargo, es perfecta y no hay saltos ni caídas de “FPS” que lamentar.

5 minutos cargando el escenario... en Windows, 30 segundos

5 minutos cargando el escenario… en Windows, 30 segundos

En la fluidez y calidad de las texturas no aprecio diferencias con Windows

En la fluidez y calidad de las texturas no aprecio diferencias con Windows

Si bien las capturas de pantalla que acompañan a este artículo muestran los juegos en modo ventana, os aconsejo, sobre todo si usáis KDE como yo, que aprovechéis la ventaja que se nos ofrece al suspender los efectos de escritorio mientras jugáis. Para ello, vamos a “Preferencias del sistema”, “Efectos de escritorio” y marcamos la casilla correspondiente.

Una opción que conviene tener activada a todo "gamer KDE"

Una opción que conviene tener activada a todo “gamer KDE”

Como conclusión, me reafirmo en lo anteriormente expuesto: sigo prefiriendo Windows para jugar. Aunque la experiencia es buena en openSUSE con los últimos controladores disponibles (Catalyst 15.2), la ligera ventaja en cuanto al rendimiento que nos proporciona el sistema de Microsoft unida al aumento de carga del procesador (el ventilador ruge en GNU/Linux, mientras que se activa mucho menos cuando juego bajo Windows) son los motivos a los que me aferro. Negar lo evidente no es mi estilo. No obstante, tampoco sería justo obviar que la mejoría, aunque lenta, es continua en cuanto a calidad de los controladores y títulos disponibles en GNU/Linux. Esta es mi experiencia, con AMD, por supuesto. Desconozco el estado de las cosas en cuanto a los controladores de Nvidia y, respecto a Intel, mis escasos escarceos intentando jugar a algo en el portátil (procesador i3) tuvieron un resultado lamentable.

Me quedo con eso, con los avances conseguidos, y con las facilidades que se nos ofrecen en openSUSE para instalar Steam y los controladores propietarios de AMD. Que no es poco…

Salud

Windows 10: un buen sistema que apenas voy a usar

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¡Atención! Artículo no apto para talibanes de GNU/Linux, también conocidos como “tuxlibanes”. El revuelo mediático que ha causado la decisión de Microsoft de dotar de supuesta gratuidad a su nueva versión de Windows bien merece unas líneas por aquí, por mucho que bajo el título de cabecera del blog rece “sobre GNU/Linux”. En la esencia de todo linuxero se halla, por naturaleza, la curiosidad. De lo contrario, probablemente casi ninguno habría abandonado el redil de la compañía de Redmond. No soy una excepción, como creo que de sobra conocéis los asiduos, de modo que allá vamos: un artículo sobre Windows 10, sometido a nuestra habitual batería de pruebas para evaluar su rendimiento y su idoneidad para usuarios noveles. Como si de una distribución más se tratase, pues, desgranaremos punto por punto sus virtudes, sus defectos y sus novedades, que tampoco son tantas como pueda parecer.

En primer lugar, y a ver si conseguimos que quede claro de una vez por todas, Windows 10 no es gratis. Lo es tanto como cualquier otra versión de Windows. La respuesta natural de una gran cantidad de usuarios del sistema al conocer la noticia fue: “¿acaso no lo era ya?”. Tal es el grado de desconocimiento de la mayoría de los que compra un ordenador y ni tan siquiera sabe que le están cargando el Windows en el precio total. Esto tiene mucho mérito, y es un logro que hay que apuntar en el haber de Microsoft: haber conseguido que el usuario corriente, sin muchos conocimientos, asocie el uso de un ordenador con el sistema operativo que alberga, de una forma indisoluble e inseparable. Veinte años de contratos de “partnership” tienen la culpa. Sus buenos dineros les habrá costado…

Si acaso, lo que es gratuito es la actualización desde una versión anterior. ¡Ojo, solo desde Windows 7, 8 y 8.1! A los pobres diablos que corren un sistema sin parches de seguridad como Windows XP, que les den. Lo que sí constituye una novedad para mí es la posibilidad de descargar Windows directamente desde la web de Microsoft. Se nos ofrece dicha opción, claro está, sin clave de activación. Con lo cual, sí, podremos usar Windows gratuitamente, aunque no estará activado y nos privará de las características de las que solo podrán disfrutar los usuarios que paguen la licencia, cuyo precio por estos lares supera los 100 euros. Para mí, usuario ocasional para jugar a ciertos títulos muy concretos, esto no supone ningún problema. Es más, me permite poder analizar el sistema de Microsoft y escribir las líneas que estáis leyendo ahora sin tener que recurrir a una “Jack Sparrow Edition” (copyright Yoyo Fernández, 2015).

Si alguno de los usuarios del programa “Windows Insider” me está leyendo, tengo noticias que darle: no, Windows 10 tampoco es gratis para ti. Lo estás pagando al dar a Microsoft consentimiento, EULA mediante, para acceder a todos y cada uno de los archivos que alberga tu disco duro, además de a cualquier cosa que escribas en la barra de búsquedas de Cortana. Así es: si no pagas por el producto, es que tú eres el producto. Tengas o no algo que esconder, no parece ético ni conveniente aceptar ese acuerdo, pero allá cada cual…

Bueno, vamos a sumergirnos pues en Windows como sistema operativo, sin más, para ver por qué me atrevo a afirmar que es bastante bueno, si se obvian (cómo hacerlo, madre mía) los poderosos argumentos de arriba.

Instalación de Windows 10

Como explicaba antes, accedí a una versión de Windows 10 Single Language desde la propia web de Microsoft. Desde mi openSUSE 13.2, con el programa K3B, grabé la imagen descargada (de casi 4 Gb de peso), a un DVD para hacer la instalación a la antigua usanza. También es posible grabarla a un pendrive, pero me gusta instalar Windows como toda la vida se ha hecho, soy así de rarito y tradicional.

La instalación de Windows 10 se toma una hora entera, lo cual bate el récord, por mucho, de cualquier GNU/Linux que escojamos al azar. Recién acabada la tarea, se nos pide la clave del producto, la cual, obviamente, no poseo. Se nos da, entonces, la opción de omitir el paso y continuar con la instalación de un Windows sin activar. Lo siguiente que nos pide Microsoft es que accedamos con una cuenta de correo o nos creemos una in situ. Yo tengo cuenta en Outlook, y no una, sino dos. No obstante, puesto que existe también la opción de obviar este paso (bien por Microsoft en este caso), salto al siguiente punto.

Y ése no es otro que el peliagudo asuntillo de la privacidad. Puertas traseras de la NSA aparte, alabo que la empresa nos permita modificar y no dar permiso para acceder a ciertas cosas, refiriéndome con ello a los datos que se envían, la ubicación o incluso los informes de error. Desmarcar todas las casillas nos dejará sin poder usar Cortana, pero se puede cambiar más adelante, en cualquier caso.

La estética de este nuevo Windows me recuerda mucho, por su estilo plano, a la de Plasma 5. Sería absurdo entrar en guerrillas de quién la tiene más larga, quién copia a quién, y demás zarandajas. El “Flat” es el estilo estético que parece estar de moda, y Microsoft se adhiere. Punto. Para continuar con viejas y establecidas costumbres, nuestro querido Windows se carga al Grub y todo lo que en él hubiere, con lo que tendremos que tirar de un disco de recuperación tipo “Super Grub” para poder volver a entrar en las particiones GNU/Linux a restaurar el arranque.

Captura Windows 10

Windows 10 SL Home recién instalado con su fondo de pantalla por defecto

Una de las primeras cosas que hace Windows 10, antes de que podamos siquiera entrar al escritorio por primera vez, es actualizarse e instalar todos y cada uno de los controladores del hardware del equipo. Si Windows 8 solía instalar una vetusta versión de los controladores Catalyst de AMD, el nuevo sistema se va directamente a por la 15.2 que, como vemos en la imagen de debajo, se trata de una de las más recientes disponibles. La 15.7 es la más moderna que podemos instalar en estos momentos.

Captura Windows 10-17

Catalyst Control Center, de AMD, descargando el último controlador disponible

Entre lo novedoso que destaca a simple vista hay varios aspectos, bastante relevantes y creo que ya conocidos: el menú clásico integra ahora los “tiles” de Metro, de un modo nada intrusivo y que permite olvidarse del fallido concepto de interfaz de convergencia que nos obligaba a correr a pantalla completa ciertas aplicaciones de Windows 8. Es uno de los ejemplos de que Microsoft ha cambiado su política de no atender a las peticiones de sus usuarios, una cuestión que es de agradecer. Por otra parte, la barra de búsqueda, con el asistente Cortana integrado, copa buena parte de la barra de tareas. Junto a ésta, un botón denominado “Vista de tareas”, que no es más que la exposición de ventanas abiertas y minimizadas que conocemos en GNU/Linux y MAC desde hace eones.

Captura Windows 10-2

El nuevo menú de Windows 10 supone una mezcla de estilos que no queda mal del todo

Arranque y apagado

Atrás quedaron los tiempos en que Windows tardaba una eternidad en iniciar y apagar… ¿o no? El caso es que la implementación del inicio rápido, que no es otra cosa que poner el equipo en hibernación en lugar de apagarlo totalmente para que arranque con más rapidez, nos puede fastidiar y mucho a los linuxeros. ¿Por qué? Pues porque si tenemos habilitado el montaje automático al inicio de una partición NTFS, ya sea la del propio Windows o una de datos, el controlador ntfs-3g da la partición como hibernada y no permite montarla para evitar una posible pérdida de información. El resultado es que no podremos iniciar nuestra distribución, pues seremos lanzados a una consola de recuperación al no ser capaz de finalizar con éxito lo establecido en el archivo /etc/fstab.

Lo anterior tiene solución, entrando en las opciones de energía de Windows y deshabilitando el inicio rápido. Pero claro, entonces, volvemos a lo de siempre… En cualquier caso, los tiempos de inicio no están mal para lo que ha sido este sistema (apenas 35 segundos), y los de apagado son bastante aceptables (12 segundos). Por cierto que el botón de apagado, tan rebuscadamente escondido en la versión previa, se encuentra donde siempre estuvo: en el remozado menú de Windows 10.

Software

La tienda de aplicaciones de Windows sigue siendo poco más que una broma de mal gusto. De todo el software que suelo emplear, tan solo VLC venía como disponible, aparte de Skype, que se puede instalar desde un acceso directo en el menú de inicio. Todo lo demás ha de buscarse por la red, lo que me reafirma en mi idea de que la susodicha tienda está orientada totalmente al uso del sistema en tablets y teléfonos móviles. La cansina convergencia…

Captura Windows 10-5

Otra tienda de aplicaciones que sirve para bien poco

Eso sí, el usuario no tiene que preocuparse de incongruencias entre las versiones de sus programas y las librerías del sistema. Ese es para mí, y para otras personas, el talón de Aquiles de nuestro amado GNU/Linux. Esto no es novedad, pero me apetecía recalcarlo.

Reconocimiento de hardware

Como escribía más arriba, durante el primer reinicio de Windows 10 el sistema se encarga de analizar todos los componentes y periféricos conectados al equipo para proveer el correspondiente controlador que posibilite el correcto funcionamiento de cada uno de ellos. En mi caso hay una notable excepción: el escáner. Tan antiguo que su fabricante, Epson, considera que no soy merecedor de su uso nunca más, al menos en Windows. Que dicen los señores de Epson que qué es esto de comprar un aparato en 2001 y seguir usándolo en 2015. ¿Estamos locos o qué? Que los ingenieros de hardware no viven del aire, oiga… Cómprese otro escáner, so tacaño, y permítame seguir comiendo.

La cuestión, ironías aparte, es que ya no hay soporte para el Epson Perfection 640 en Windows. Al menos, gratuitamente, pues existe una compañía, a la cual nos remiten desde la web del fabricante que, previo pago de unos 40 euros me volverá a otorgar el derecho que me ha sido conculcado: usar aquello que compro hasta que me salga de… ahí. Si sigue funcionando no tengo motivo para comprar otro y contribuir con más residuos al deterioro medioambiental. Menos mal que existe GNU/Linux, donde puedo usar mi escáner como el primer día y donde se respetan mis derechos como consumidor. Ni que decir tiene que cuando “casque” el escáner, el próximo que compre no será de marca Epson.

Captura Windows 10-6

Reconoce la impresora HP Laserjet 1018 de serie

Para todo lo demás, Windows 10 reconoce sin dificultad el hardware y lo hace funcionar sin tener que andar buscando controladores por todo lo largo y ancho de la red. En este aspecto, el sistema ha mejorado mucho desde los tiempos del XP.

Captura Windows 10-21

Mano gigante, mano pixelada. Usando VLC para probar la webcam

Conectividad

Me ha resultado curiosa la desaparición del “Grupo en el hogar”. Solo sé que intenté acceder a mi portátil, que aun corre un Windows 7 legítimo (religiosamente pagado, oigan y esperando su actualización pacientemente), y la tarea tuvo un éxito inmediato. Sin contraseñas, ni configuraciones. Cómodo es, desde luego. De la seguridad de esta práctica no estoy yo muy convencido… Supongo que, al señalar mi red casera como segura, Windows 10 obvia toda precaución y se lía la manta a la cabeza en aras de la sencillez.

Captura Windows 10-8

Tiempos de acceso a unidades externas muy parecidos a los de Ubuntu

Las unidades externas conectadas al sistema fucionan bien todas ellas, con tiempos de acceso mejores que en la casi totalidad del universo GNU/Linux que ha pasado por aquí. La diferencia nunca es excesiva, al menos con respecto a Ubuntu, pero haberla, la hay. Además del hecho de que la copia de archivos termina cuando la barra de progreso llega a su fin, cosa que en GNU/Linux no suele suceder.

Experiencia “out of the box”

Este apartado, en otro tiempo, hubiera sido un desastre absoluto bajo Windows. Ya no ocurre así, aunque GNU/Linux sigue llevando ventaja. Para empezar, en esta versión se incluye un reproductor llamado “Películas y TV” junto al eterno Windows Media Player, que tuvo problemas con los archivos MKV (falla en 4 de cada 5 reproducciones), ciertos MP4 y los de vídeo digital, extensión DV. Todos ellos se abren sin dificultad una vez que instalamos VLC, por otra parte, con sus “codecs” incluidos de serie.

El reproductor de música por defecto se llama “Música de Groove” y se define como “aplicación de la tienda de Windows de confianza”. Agrega automáticamente tus canciones al iniciarlo por vez primera y permite comprar música en la tienda de Windows. Al igual que muchas aplicaciones parecidas, carece de funciones a las que estamos acostumbrados los usuarios de Amarok y Clementine, pero como programa para escuchar canciones, sin más pretensiones, es correcto.

Captura Windows 10-9

El guaperas a tamaño gigante que te da la bienvenida a Música de Groove

En cuanto a la lectura de archivos PDF, también han quedado atrás los tiempos en que había que instalar de inmediato el Adobe Acrobat Reader. El “novedoso” (ironía, guiño, guiño) navegador Edge, del que ahora hablaremos,  se encarga de abrir los ficheros en este formato tan extendido. Para la descompresión de archivos, como de costumbre, los ZIP se abren de serie, mientras que los RAR nos remiten a la tienda de Windows, donde podemos descargar gratis una aplicación para poder descomprimirlos.

Captura Windows 10-10

¿Será por aplicaciones para descomprimir archivos RAR?

Vamos con el nuevo navegador Edge. Cualquier página en que comprobemos el “user agent” nos revela que estamos ante Internet Explorer 12. Tampoco hay que ser muy espabilado, basta con fijarse en que el logo es prácticamente idéntico (a lo “flat”, claro) para concluir ante qué nos encontramos. La burda maniobra, sin embargo, no es óbice para reconocer que el navegador monopolístico por antonomasia también ha mejorado una barbaridad, de modo que cada vez se acerca más a lo que debe ser un buen navegador de escritorio, con más opciones de personalización y la posibilidad (aún por confirmar) de añadir extensiones realmente útiles. Su rendimiento, como atestigua el banco de pruebas Browsermark, sigue a años luz de Chrome y muy lejos de Firefox.

Captura Windows 10-19

Browsermark te descubre, Edge: Internet Explorer 12

Luego está Cortana, del que también se ha hablado largo y tendido por la red. De su utilidad poco puedo opinar, porque para mí no tiene ninguna. No necesito una secretaria, y si la necesitase la contrataría y no se llamaría Cortana (espero, cualquiera sabe…). Tiene cierta gracia que te responda a preguntas absurdas con frases ingeniosas, de acuerdo. Pero a cambio de sus gracietas te pide un compromiso inicial inalterable: necesita tu permiso para acceder a tu ubicación, tus archivos, tus enlaces y, en suma, a todo lo que escribes mientras estás en Windows. No, gracias.

Captura Windows 10-12

Cortana es una secretaria virtual. Los tiesos como yo no necesitamos eso…

Estabilidad, fluidez y gestión de energía

No puedo meterme en el pellejo de todo usuario de Windows en el mundo. En mi experiencia personal, eso de la BSOD (pantalla azul de la muerte), pasó a la historia hace mucho tiempo. Igual en la de mis allegados, que tienen otros problemas a veces, como un virus, una o varias barritas de anuncios en el navegador, lentitud extrema, etcétera. Pero ni rastro de las pantallas azules. Este Windows 10, en mis varios días de probaturas, no se ha colgado ni comportado de modo errático en ningún momento.

Llama la atención la potencia del sonido con respecto a la obtenida en la mayoría de distribuciones. El chip Realtek funciona mejor en Windows que en GNU/Linux, con la honrosa excepción de openSUSE, donde están a la par. La fluidez del sistema también es digna de reseñar, aunque sé que me encuentro ante un Windows recién instalado y eso influye bastante. Sin embargo, ya se aprecian algunos “lags” o retardos, como al abrir el mastodóntico menú de inicio por vez primera tras iniciar. Pero, en general, se puede afirmar sin ningún género de dudas que Windows 10 es estable y cómodo de utilizar.

Captura Windows 10-11

Flash corre de inicio en Edge, sin que el usuario tenga que instalarlo

La gestión de energía es otro de los campos en que se mejora a GNU/Linux. AMD es la responsable de que esto siga siendo así, por desgracia. Bajo Windows, el chipset gráfico integrado en la APU A8 se comporta como debe, permitiendo la suspensión y la hibernación. Esta última no está disponible de serie, pero buscando por la red se encuentra rápidamente el modo de habilitarlo. Pero aunque no lo hiciésemos así, sabemos de sobra que funciona por el ya mencionado inicio rápido que hace uso de esta función.

Captura Windows 10-14

La hibernación viene deshabilitada por defecto en Windows 10

Rendimiento

En su momento hice un ánalisis de Windows 7, coincidiendo con una reinstalación en el equipo. Comparando los resultados obtenidos, sin poder tener en cuenta el “benchmark” de Phoronix (no es fácil correrlo en Windows), digamos que este nuevo Windows 10 no lo mejora en casi nada. El “benchmark” gráfico Unigine Valley obtiene exactamente la misma puntuación, mientras que los navegadores y tiempos de acceso a periféricos, en algunos casos no solo no avanzan sino que retroceden. Curioso… Este escaso repunte del rendimiento no impide que el resultado de las pruebas que he podido realizar siga siendo mejor que en GNU/Linux.

Captura Windows 10-20

No conseguí hacer funcionar ninguno de los “benchmarks” de Phoronix Test Suite

A pesar de los inconvenientes aquí reseñados, el buen soporte de hardware y la facilidad de uso de esta edición del sistema de Microsoft lo posicionan en un buen lugar en nuestra clasificación. Por otra parte, la escasa fluidez, sobre todo al entrar al sistema o abrir algunas aplicaciones, lo lastran demasiado.

Mis razones para no usar Windows 10

Y si es tan bueno, vamos al quid de la cuestión: ¿por qué proclamas que vas a seguir usando GNU/Linux si este sistema se muestra superior a casi todas las distribuciones que has probado hasta ahora?

En primer lugar, por seguridad. Teorías “conspiranoicas” aparte (que no lo son tanto, pregunten a Snowden) sobre la existencia de puertas traseras en Windows, me siento mucho más tranquilo en GNU/Linux. No solo por la cuestión del espionaje y el comercio con mis datos, sino porque puedo despreocuparme prácticamente por completo de los virus, troyanos y demás porquería que inunda el universo Windows. Atendiendo a varios artículos que circulan estos días por la red, las puertas ya han dejado de ser traseras para convertirse en portones de entrada enormes, que ni una plaza de toros, vaya. Windows 10 espía al usuario por defecto. Éste, una vez deshabilitadas las trece o catorce opciones de privacidad (Ubuntu implementa solo una, por poner un ejemplo conocido), puede estar relativamente seguro de que no es espiado, salvo mediante “backdoor”.

Insisto: no me merece la pena usar un sistema así. Por no mencionar la divertida nueva práctica de Microsoft de utilizar al usuario de a pie como servidor, en plan “peer to peer”, para agilizar las actualizaciones del resto sin pedir permiso. Inaudito e inadmisible. Que sí, que se puede deshabilitar. Pero de primeras viene activado y tú ni te enteras…

Captura Windows 10-4

“La web será tu lienzo” ¿Pero qué c…?

Segundo, por pura y simple coherencia. Lo único que puedo hacer en Windows con una diferencia destacable de rendimiento es jugar a ciertos títulos de mi colección de Steam, además de aquellos que ni siquiera están disponibles para el sistema del pingüino. Una utilidad puntual, eso es todo lo que supone Windows para mí. ¿Para qué narices voy a pagar más de cien euros por una licencia? ¿Para jugar ocasionalmente al State of Decay o el Age of Empires? Sería absurdo. Ya puedo jugar a eso con mi copia no activada de Windows 10. Al último de ellos, incluso con Wine en GNU/Linux.

Y por último, pero igual de importante, por gusto. GNU/Linux me gusta más que Windows. Sus herramientas me son más cómodas de utilizar y estoy habituado a ellas. Algunas las puedo usar también en Windows (Libreoffice, Clementine o Gimp, por ejemplo) pero no lucen igual que en el sistema para el que fueron creadas. Por no hablar de los pequeños detalles, ésos que hacen la vida, tan insignificantes y tan importantes a la vez. Por ejemplo, ¿por qué en el administrador de archivos uno no puede hacer “scrolling” sin hacer antes clic en algún punto de la pantalla? Es una chorrada que me mata. De éstas hay varias en Windows que los usuarios que únicamente han usado dicho sistema ni tan siquiera notan, lógicamente.

Captura Windows 10-15

Uno de los 4 ó 5 fondos de pantalla disponibles si no activas Windows 10

Por todo eso me seguirás encontrando por los mundos de Tux. Mi opinión, personal e intransferible como siempre, es que GNU/Linux sigue mejorando. A poco que AMD mejore los controladores privativos (o la comunidad haga lo propio con los libres) y Ubuntu dé forma con éxito a su proyecto de contenedores de aplicaciones (o algo parecido, llamado Snappy) que permita separar de una vez las librerías del sistema de las necesarias para cada programa, algo que creo esencial para el éxito de GNU/Linux, nuestro querido sistema habrá dado un paso de gigante en la dirección correcta.

Recordemos que estamos hablando de herramientas, útiles que se emplean para desempeñar tareas que se suponen nos facilitan la vida, cotidiana o laboral. Es por esto que Windows sigue siendo necesario para muchas personas a las que GNU/Linux les falla y no tienen tiempo, ganas o conocimientos de arreglar lo que sea que no funciona. Lo bueno, lo extraordinario de GNU/Linux, es que no distingue al usuario por su poder adquisitivo o lo anticuado de su hardware. Y eso es algo que se me antoja imprescindible en un mundo como el que nos ha tocado vivir.

Resumen para los anti-tochos: Windows 10 está bien, es funcional y moderno. Cortana a mí no me sirve para nada, a ti a lo mejor sí. Lo puedes usar sin pagar, si pagaste antes por Windows 7 u 8, o sin activar, descargando desde la web de Microsoft. Lo que me ofrece me parece insuficiente para gastar más de 100 euros y abandonar GNU/Linux.

Salud

 

WINDOWS 10 HOME SL LSDH
INSTALACIÓN 10
ARRANQUE Y APAGADO 2.50
SOFTWARE 10
HARDWARE 7.50
CONECTIVIDAD 10
OUT OF THE BOX 7.08
ESTABILIDAD 10
FLUIDEZ 6.25
GESTIÓN DE ENERGÍA 8.33
PYBENCH N/D
APACHE N/D
ENCODE-FLAC N/D
UNPACK-LINUX N/D
UNIGINE VALLEY 511
BROWSERMARK FIREFOX 3.694
BROWSERMARK CHROME 4.047
TRANSF. PENDRIVE 4.31
TRANSF. DISCO DURO USB 0.55
TRANSF. TARJETA SD 4.08
CORRECCIÓN POR RENDIMIENTO +0.26
CORRECCIÓN POR ERRORES 0.00
CALIFICACIÓN 8.83

Linux Mint 17.2 Rafaela KDE: de lo bueno, lo mejor

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Hace algunos días se anunciaba la disponibilidad de descarga de las nuevas versiones, con XFCE y KDE, de Linux Mint Rafaela. Siendo Linux Mint la primera distribución que me descubrió al mejor KDE 3, allá por su edición de nombre Helena o Isadora, no lo recuerdo bien, me parece oportuno dedicarle un artículo al menos. Casi todas las revisiones de la distribución mentolada han sido con el escritorio Cinnamon, alguna que otra vez con Mate, pero nada más. Con el texto de hoy no solo pago mi deuda, sino que a la vez descubro una de las mejores y más estables implementaciones de KDE 4 de la que apenas tenía conocimiento hasta ahora.

Quien usa Linux Mint ya sabe más o menos lo que busca y espera encontrar en la distribución: facilidad de uso, software a raudales, mínima intervención del usuario y de la consola y soporte extendido. Todo eso y más lo vemos en esta versión, que para adecuarse a los parámetros de calidad habituales, se mantiene en la versión número 4 del escritorio, al estar basada en la LTS de Kubuntu. Concretamente, KDE 4.14.2.

Instalación

El equipo de Mint KDE cambia los tonos verdes en alusión a la menta, por los azulados, color que siempre ha identificado a este entorno de escritorio. El proceso destila sencillez, buen gusto y una presentación de diapositivas a la altura, de aspecto profesional. Con la posibilidad de realizar todo el proceso en castellano, por supuesto.

snapshot4

El instalador de Linux Mint KDE: elegancia y sencillez

La instalación transcurre sin incidentes y en el tiempo más o menos habitual, algo menor que el de Ubuntu, pero también superior a la mayoría de distribuciones. Quince o veinte minutos, a lo sumo. Con el primer reinicio descubrimos que todo está correcto en nuestro Grub, y que la pantalla de entrada al sistema nos viene dada por MDM, mismo gestor que se ocupa de esta labor en el resto de versiones de Mint. Con 134 Mb de actualizaciones, tan solo 48 horas después del lanzamiento, tenemos el equipo actualizado y con una carga de memoria al iniciar de apenas 550 Mb.

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En la versión KDE se cambia el verde menta por el azul

Arranque y apagado

Tiempos realmente buenos, mejores, de hecho, que con la versión Cinnamon que ya analizamos aquí. El Grub, como decía antes, detecta todos los sistemas, Windows 10 incluido. Si deseamos modificar algún parámetro sin tirar de consola, habremos de instalar el módulo kde-config-grub2, disponible en los repositorios.

instantánea5

Instalando el módulo desde el gestor de software MintInstall

Software

Linux Mint KDE comparte gestor de instalación de programas con el resto de sabores: mintInstall, una versión más ligera y eficaz del Centro de Software de Ubuntu. Se incluye, para los nostálgicos, el sempiterno Synaptics, tan empleado en las distribuciones con base en Debian.

Hablando de programas instalados de serie, contamos con toda la suite habitual que acompaña a KDE (que es KDE, de hecho, una recopilación de software) más un conjunto de aplicaciones que están entre las más usadas, sin ninguna duda: Firefox como navegador principal, Gimp para el retoque de imágenes, VLC como reproductor multimedia o LibreOffice como paquete ofimático.

instantánea8

La mano, una vez más, en VLC

Reconocimiento de hardware

El típico de la mayoría de distribuciones GNU/Linux con mi equipo: todo de serie, excepto la impresora. Para colmo, las últimas versiones del “plugin” propietario de HP parecen estar corruptas (me ocurrió algo similar al intentar instalarlo en Ubuntu Vivid). Por suerte mantengo una copia del susodicho en mi disco de respaldo, mas no es algo que tenga por qué tener un usuario novel, con lo que no puedo dar la impresora por funcionante en esta versión de Linux Mint, al menos en cuanto a efectos de puntuación se refiere. Tan solo destacar que, efectivamente, al utilizar el archivo de “plugin” que guardo en mi disco la impresora se instaló correctamente.

instantánea7

El fallo se repite en Ubuntu y derivadas: archivo de “plugin” corrupto

Conectividad

En lo que respecta a Samba, todo bien con la excepción de la reproducción en “streaming”, que no me funciona cuando en Cinnamon sí que lo hacía. En la comparación de tiempos de acceso a dispositivos externos, sin embargo, sale ganando esta versión, aunque por escaso margen.

instantánea9

Copiando la imagen iso de Chakra bajo Linux Mint KDE

Experiencia “out of the box”

La mejor posible, sin ningún género de dudas. Algo que debe compartir con toda la serie de versiones de Linux Mint, que siempre tuvo como objetivo primordial facilitar la puesta a punto de un ya de por sí sencillo y versátil sistema, como es Ubuntu. Máxima funcionalidad, cero intervención. Preparada para funcionar con lo puesto, sin precisar siquiera acceso a Internet. Una maravilla de GNU/Linux.

instantánea10

Firefox con Flash funcionante en Linux Mint Rafaela KDE

Estabilidad, fluidez y gestión de energía

Nuevamente, de las mejores experiencias posibles. A decir verdad, casi no recuerdo una distribución de las analizadas en los últimos tiempos que me haya dejado tirado, con cuelgues o maldiciendo en arameo mientras aprieto el botón de “hard reset”. Esta tampoco, por supuesto. Del tema de la energía, directamente es que ya sé lo que va a ocurrir antes de siquiera empezar a instalar la distribución en mi equipo. Me sigo preguntando por qué hubo una época en que los controladores Catalyst eran capaces de poner el ordenador en reposo y por qué razón llegó un momento en que dejaron de hacerlo. Con Linux Mint Rafaela KDE solamente funciona la hibernación con los Catalyst… y regular, pues aunque se inicia bien la primera vez, sucesivos intentos de apagar el equipo obligan a salir a consola por no responder el servidor gráfico.

instantánea4

Menos de 550 Mb de RAM para un KDE a pleno funcionamiento: extraordinario

Rendimiento

La comparación es inevitable con la versión “principal” de Linux Mint Rafaela, con Cinnamon. Y resulta que ésta es favorable en un setenta por ciento a KDE, con mejores marcas en 7 de los 10 aspectos analizados. Idéntica puntuación, sin embargo, en el “benchmark” de rendimiento gráfico Unigine Valley, corriendo en ambos casos con los efectos de escritorio desactivados a pantalla completa.

instantánea12

El administrador de controladores permite instalar Catalyst sin mayores problemas

Lo bueno, si breve, dicen que dos veces bueno. En este artículo no pretendía profundizar en algo que es por casi todos conocido: la sencillez, robustez e idoneidad de Linux Mint como sistema GNU/Linux para usuarios de toda clase, pero en especial para los recién llegados. Con una versión tan estable como la 4.14 de KDE, nos comemos la miel sobre hojuelas. La puntuación es, merced al rendimiento, algo superior a la obtenida por Linux Mint Rafaela Cinnamon, con lo cual pasa a liderar nuestro ranking particular de sistemas, y a mucha honra.

Os recuerdo que tiene soporte hasta 2019, merced a la estrategia de LTS del equipo de Linux Mint. Ello la convierte, pues, en una excelente opción para aquellos que salen de Windows y no se encuentran cómodos con el Unity de Ubuntu o el Cinnamon de la propia Linux Mint. Al igual que para un amante de KDE como quien escribe, que no acaba de encontrarle el punto a Plasma 5 y sigue prefiriendo lo que funciona casi sin fisuras. Así es esta Linux Mint Rafaela KDE: una distribución excelente que no defrauda y cuyo uso recomiendo. Mi verano sigue siendo de openSUSE, pero en otoño ya veremos para dónde tiro, y esta es una muy buena dirección.

Salud

LINUX MINT RAFAELA KDE LSDH
INSTALACIÓN 10
ARRANQUE Y APAGADO 7.50
SOFTWARE 10
HARDWARE 7.50
CONECTIVIDAD 8.33
OUT OF THE BOX 10
ESTABILIDAD 10
FLUIDEZ 10
GESTIÓN DE ENERGÍA 4.17
PYBENCH 2998
APACHE 22163.21
ENCODE-FLAC 13.03
UNPACK-LINUX 17.21
UNIGINE VALLEY 465
BROWSERMARK FIREFOX 3252
BROWSERMARK CHROME 4083
TRANSF. PENDRIVE 4.45
TRANSF. DISCO DURO USB 1.01
TRANSF. TARJETA SD 5.11
CORRECCIÓN POR RENDIMIENTO +0.03
CORRECCIÓN POR ERRORES 0.00
CALIFICACIÓN 8.95

Software libre en el móvil

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Para salirme un poco de la rutina de revisiones de distribuciones GNU/Linux, veranos del camaleón y artículos similares, hoy me propongo abordar un tema algo distinto: la disponibilidad de programas y su validez – o no – para nuestros teléfonos móviles con Android. Me refiero, naturalmente, a software catalogado como libre, con código abierto que se puede revisar con objeto de cerciorarnos de que nuestra privacidad se mantiene, al menos, dentro de unos límites éticamente razonables. Asumiendo, desde la tristeza y la rotundidad “orwellianas”, que tal cosa no existe en términos absolutos en nuestro tiempo, todavía tenemos la posibilidad de utilizar una amplia variedad de programas que son respetuosos con nuestro derecho a la intimidad y a no ser usados como moneda de cambio publicitaria por grandes corporaciones multinacionales.

Desde la óptica de la máxima autoridad en estas cuestiones, que no es la NSA sino Don Richard Matthew Stallman, en el momento en que uno acepta usar un dispositivo de telefonía móvil ya está perdiendo este derecho. Una simple triangulación de señal permite saber a cualquiera con la tecnología adecuada – que existe desde la época de la Guerra Fría, de hecho – dónde nos encontramos. Si a tal capacidad se le añade el detalle de que nuestros terminales también poseen cámara y micrófono, no solo podrán localizarnos, sino hasta grabar imágenes y conversaciones enteras. Seguro que ahora estás pensando en tipos con gorrito de papel de aluminio… ya, si yo tampoco tengo nada que esconder, pero la realidad es que se pueden conculcar derechos fundamentales y tú ni siquiera te vas a enterar. Esto, mayoritariamente aceptado por la sociedad contemporánea, es una barbaridad se mire por donde se mire.

De modo que, a mi modesto entender, si se nos ofrece una posibilidad de complicar aunque solo sea en parte esta tarea, tenemos no solo el derecho, sino hasta la obligación de abrazarla. Escribí hace un tiempo un par de reseñas para mi antiguo modelo de terminal, el Samsung Galaxy S3 Mini, que trataban sobre el modo de instalar una versión del sistema operativo libre Cyanogenmod, basado en Android, y resolver ciertos problemas de vital importancia. Aunque logré una funcionalidad casi completa con dicho sistema, los problemas de batería y de congelación del reloj se hicieron insoportables y hasta peligrosos, por lo que no me quedó otro remedio que desistir y regresar al redil.

En Diciembre del pasado año decidí jubilar a mi fiel teléfono, vendiéndolo y aprovechando una oferta de mi operador para conseguir un Motorola Moto X de primera generación (año 2013). Pensaréis, con toda la razón del mundo, que un terminal fabricado por una empresa que en aquel momento era de Google (hoy día pertenece a Lenovo) no es el ideal para mantener tu privacidad a salvo. No obstante, la oferta era buena y confiaba en poder desactivar la mayoría de opciones que atentaban contra mi derecho al anonimato, como finalmente hice. Nótese que escribo “la mayoría”. ¿Por qué? Pues porque las ROM alternativas disponibles para el Moto X no me seducen demasiado, teniendo en cuenta mis anteriores experiencias, algo a lo que se viene a unir una pega fundamental: la batería del Moto X no es extraíble, con lo que cualquier problema durante la instalación de una ROM que precise la retirada de la misma se puede convertir en un auténtico drama.

Así las cosas, este es el relato de cómo pasé de un móvil totalmente intrusivo y vigilante a lo que tengo hoy en día que, si bien no es perfecto, me deja bastante satisfecho a todos los niveles, autonomía de batería incluida.

Las primeras semanas con el Moto X

Soy un tipo novelero. Lo admito y hasta me avergüenza, pero es así. En general, me encanta aprovechar al máximo las nuevas adquisiciones, sean del tipo que sean, por lo que durante los primeros días de uso del teléfono fui el perfecto pardillo: uní mi cuenta de Google al dispositivo, activé los comandos de voz (el famoso “OK, Google”), permití a Google Now enviarme tarjetas con informaciones tan útiles como el tiempo que iba a tardar en llegar a mi trabajo (ya ves, como si no hubiera ido y vuelto mil veces para conocer ese dato) o el lugar donde tenía aparcado el coche. ¡Hasta eso! Me reconozco cierto nivel de despiste, pero no recuerdo ninguna ocasión en que haya olvidado dónde dejé el coche, más allá del clásico aparcamiento subterráneo enorme.

El poder del novelerío es tan grande, que uno puede llegar al grado inusitado de estupidez que conlleva dejar todo eso activado. No se ofenda nadie, pero es que es estúpido que alguien como yo lo active. Estoy seguro de que hay personas que lo encuentran muy útil y necesario. No es mi caso y ya lo escribía cuando me refería a Cortana en el artículo sobre Windows 10: no necesito un asistente personal. Pero al igual que viene, el resplandor novelero se va. Llega un día en que descubres que pareces un imbécil hablándole al móvil por la calle. O que caes en la cuenta que ya sabes dónde está aparcado el coche… y gracias a Google Now, cualquiera con habilidad para “hackear” tu teléfono también lo sabrá.

A lo anterior tengo que añadir el ingente consumo de energía que conlleva el tener todas esas opciones activadas. El micrófono ha de estar escuchando continuamente… es terrible esto. Por simples que sean los conocimientos informáticos de alguien, tendrá claro que para saber si hemos dicho la frasecita de marras, el teléfono debe analizar todas y cada una de las palabras y sonidos que escucha en cada momento. Ahora poneos el gorrito con papel de aluminio e imaginad, por un momento, que discutís (amablemente, por supuesto) con vuestra pareja la compra de un nuevo coche. El micrófono procesa “coche” y “nuevo” en un cierto intervalo de tiempo y… ¡tachán! En la próxima búsqueda de Google que hagáis veréis un bonito anuncio patrocinado por un concesionario de coches cercano a vuestro lugar de residencia. Tal es el poder de estas herramientas. Ya os podéis quitar el gorrito.

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Sí, sí, reíros… la verdad está ahí fuera.

Entre Google Now, OK Google, Motorola Assist (que sabe cuándo estás conduciendo por la velocidad a la que te mueves) y demás historias, la batería no llegaba a las veinticuatro horas de duración, sin apenas haber tocado el móvil en todo el día. Lo único positivo del asunto era que mi hijo y yo echábamos unas risas de vez en cuando preguntando al “OK Google” y escuchando sus respuestas.

La actualización a Lollipop

Mi Moto X venía con la versión 4.2.2 de Android, Kit Kat. Como suele ocurrir casi sin excepción, se ajustaba como un guante al móvil y funcionaba con una tremenda fluidez y estabilidad. Algo así consigue Apple con sus teléfonos, al escribir el software para un determinado hardware, realidad tan obvia que me extraña mucho que hayan tardado tanto en sacarle rendimiento publicitario. A principios del verano, si no me falla la memoria, llegó la tan esperada por todos actualización a Lollipop.

Entre los muchos males que nos aquejan como sociedad, esa imperiosa necesidad de tener lo último de lo último se lleva la palma en cuestiones informáticas. No sé cuántos “tuits” llegué a leer en la cuenta de Motorola escritos por gente indignada porque el Moto X, G ó el que fuese no recibía la actualización de marras. Supongo que el mismo o parecido número que los que luego leí quejándose por lo mal que iba el teléfono después de instalarla…

A mí me iba igual de mal que a casi todos ellos: aparecieron “lags” en algunas aplicaciones, la batería – que se suponía era mejor gestionada en Lollipop – todavía duraba menos que antes, perdía la conexión Wifi constantemente… Digamos que la experiencia de uso se convirtió en un infierno. Siguiendo distintos tutoriales de la red, comencé por limpiar la caché (mejoró algo el rendimiento) y acabé por hacer un “reset” y dejar el teléfono como recién salido de fábrica, aunque con Lollipop, claro está. Y aquí fue donde decidí recuperar la cordura y aprovechar el poder del software libre para ganar en libertad.

Como muchas otras cosas, desde revoluciones hasta carreras deportivas, todo comienza con un pequeño paso: responder “No” al iniciar por primera vez el teléfono, cuando se te pregunta si deseas conectarte a tu cuenta de Google. De ahí en adelante, todo es mucho más fácil.

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Mi Moto X vitaminado con software libre… lástima de barra Google.

Tiendas de aplicaciones alternativas a Google Play

Evidentemente, responder como sugiero nos cierra todas las puertas a la comodidad de interactuar con las aplicaciones del gigante de Mountain View, próximamente llamado “Alphabet“. La que quizás nos puede molestar más es no tener disponible la tienda de aplicaciones. Pero no solo de Google Play vive el hombre, tenemos más opciones para escoger:

  • F-droid. El directorio de aplicaciones de software libre y de código abierto. Mantiene una política estricta en cuanto a los contenidos que aloja, hasta el punto de que pronto dejará de suministrar Firefox, dada la deriva de Mozilla en lo que a los principios del FOSS se refiere. Es mi tienda alternativa favorita, por todo lo que ofrece y por el código ético que la guía. Nos informa de cuándo hay actualizaciones disponibles y permite instalar versiones anteriores de un programa si los nuevos lanzamientos no nos van bien. Altamente recomendable.
  • Aptoide. Este otro me genera más dudas, en tanto en cuanto es una especie de directorio gigantesco de tiendas, cada una de su padre y de su madre. Esto quiere decir que se nos permite suscribirnos a todos los repositorios que queramos, pero no se responsabilizan del contenido que cada cual de ellos mantenga. En general hay varias tiendas con cierta reputación, pero la mayoría son de pequeños desarrolladores cuyos fines pueden no estar muy claros. Usar con precaución.
  • Apk-downloader. El método que en otros tiempos recomendaba para acceder a aplicaciones de la tienda de Google. Tiene el inconveniente de que solo permite descargar una cantidad de veces al día, de forma global y no individual. A consecuencia de esto, si cien mil personas ya han descargado algo ese día, tú te quedas sin poder acceder a tu aplicación. Número que me he inventado, por supuesto, pues no tengo ni idea de cuál es la cuota real.
  • Tienda Amazon. Dispone de un catálogo razonablemente amplio, si bien muchas aplicaciones populares no están. Además, cada día regalan una “app” de pago. Se puede usar como tienda complementaria a las anteriores.
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Aplicaciones más novedosas en la tienda F-droid

Firefox, también en el móvil

Es justo reconocer que el navegador de la fundación Mozilla, mi preferido de todos los tiempos, no pasa por su mejor momento. La competencia es feroz y Chrome le venía comiendo terreno casi desde su aparición, hasta que llegó el punto, hace mucho ya, en que le sobrepasó con creces en rendimiento. Esto es aceptable e incluso lógico, dado el tamaño y metas de cada una de las compañías que sustentan estos navegadores. Lo que no lo es tanto es que se comiencen a perder las pocas características que han hecho de Firefox el preferido en GNU/Linux y otras plataformas, casi todas relacionadas con el tema principal de este artículo: la defensa y salvaguardia de la privacidad individual.

Al parecer, según se desprende de las razones que se arguyen en F-droid para dejar de ofrecer Firefox entre sus aplicaciones, el navegador de Mozilla implementa funcionalidades (el informe de errores, el de salud de Firefox, las actualizaciones automáticas y el DRM) que distan mucho de cumplir con la ética del FOSS que ampara el repositorio de aplicaciones.

En lo que a mí respecta, lo sigo utilizando. Ha mejorado mucho en su versión para móviles, lo noto más rápido y fluido de lo que solía. Así mismo, utilizo su función de sincronización entre dispositivos, de modo que puedo acceder a los marcadores del ordenador y compartir el historial, entre otras cosas.

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Firefox, tú antes molabas

El dilema de Whatsapp

Huelga decir que Whatsapp no está en F-droid. El código cerrado de la aplicación lo impide, de modo que tenemos que recurrir a otras fuentes para conseguirlo. No supone mayor problema, dado que la propia compañía (Facebook, por cierto) nos permite descargar la aplicación desde su web. Si no fuese el caso, en la tienda Amazon también aparece como disponible, aunque la versión de la página de Whatsapp suele ser siempre más reciente y, además, ofrece actualizaciones desde la propia aplicación.

Como se puede observar, no se necesita en absoluto a Google Play para usar Whatsapp. Sobre la necesidad de usar tal aplicación de código cerrado… bueno, eso ya es otro cantar. Prácticamente, no conozco a nadie que no use Whatsapp con regularidad en mi entorno cercano. De hecho, se me ocurren dos ejemplos, tan solo: una cuñada que no lo usa porque no se le da bien la tecnología y un viejo amigo (un abrazo, JM) cuyo teléfono no tiene Android ni iOS. Yo, que si tuviera más ingresos ya estaría usando un Ubuntu Phone (ahí tampoco hay Whatsapp), estaría encantado de unirme a ellos, pero en mi trabajo lo usa todo “quisque” y podría perderme algunas cosas relevantes en el ámbito laboral, muchas de las cuales implicarían palmar pasta. Por ahí no puedo pasar. Y cualquiera trata de convencer a un grupo de cincuenta enfermeros, auxiliares de Enfermería y celadores para que se pasen a Telegram porque lo usas tú…

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Algún día, Telegram dominará el mundo… o no, pero a mí me encanta

La alternativa a Gmail

Por suerte, cuando pensamos en opciones distintas al correo que nos ofrece Google, nos vienen a la mente bastantes nombres más. Personalmente hace mucho que me pasé a Openmailbox y sus soluciones de correo y nube personal, como también relaté en su día. En el móvil, la aplicación que utilizo es K-9 Mail, aplicación creada a partir del programa de correo que incluía Android 1.0, por Jesse Vincent y otros.

K-9 Mail ofrece toda la funcionalidad que puedas necesitar y más, incluyendo soluciones de encriptado de mensajes o la siempre útil bandeja de entrada única.

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Bandeja de mensajes archivados en mi cuenta, vista desde K-9 Mail

¿Buscar con Google? Prueba DuckDuckGo, insensato

Es cierto que mientras estemos usando Android y no una de sus ROMs cocinadas, vamos a tener que cargar con la barra de búsquedas de Google. No hay manera de deshabilitar eso, parece pegada con pegamento del bueno a la pantalla del móvil, permaneciendo ahí, inalterable, por muchas vueltas que le des. De verla a usarla, sin embargo, va un trecho. En F-droid tenemos dos aplicaciones de DuckDuckGo, el buscador que no te rastrea: una es la barra de búsqueda y la otra una aplicación que hace, básicamente, la misma función que dicha barra, añadiendo información y noticias de distintas fuentes, casi todas norteamericanas.

A mí me encanta DuckDuckGo. En especial, soy fan de los “!bangs”, que permiten buscar en el diccionario de la RAE, en Wikipedia, en la wiki de Arch, o en “La mirada del replicante” (!replicante, para quien no lo sepa). Hay miles de posibilidades y ahorran bastante tiempo. Para aquellos que aducen, con cierta razón, que los resultados son pobres comparados con Google, tenemos el “bang” !g y el !ges, que buscan en Google.com y Google.es, pero encriptando la búsqueda.

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El widget de búsqueda de DuckDuckGo, también en tu móvil

Soluciones en la nube: usa ownCloud y DAVdroid

En otro de mis ataques de novelería, no hace tanto, decidí que quería tener acceso a toda mi colección de fotografías y vídeos privados desde el móvil. Ello conllevó abrir cuenta en Mega y servirme de las ya existentes de Copy y Google Drive, dada la ingente cantidad de datos que no podía cargar en una única solución. Nuevamente fue una temeridad que expuso mis datos en la nube de una forma lamentable, lo reconozco. Finalmente decidí quedarme con mi nube en Openmailbox, que emplea ownCloud, una opción más bien parca en espacio (1 Gb), pero mucho más segura. Al fin y al cabo, no se necesita acceso a todo el contenido en todas partes, y con el espacio que tengo me basta y me sobra para albergar algunos documentos que sí pueden serme de utilidad en ciertas ocasiones. El cliente de ownCloud para Android (del cual no aporto captura porque la propia aplicación impide que se puedan hacer) también me permite el guardado automático de las fotos que haga con el móvil.

Por otra parte, si queréis mantener vuestro calendario y contactos de OwnCloud en perfecta sincronización entre dispositivos, mi recomendación se llama DAVdroid, también disponible en F-droid. Es una pequeña utilidad, muy sencilla de usar, que sirve de puente en dicha tarea.

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DAVdroid nos facilita mucho la vida para sincronizar los contactos y el calendario

 

Desactivando los servicios de Google

Llegados a este punto, si no vais a necesitar ninguna de las soluciones que Google os ofrece para vuestro teléfono, no tiene mucho sentido mantener corriendo en segundo plano una serie de servicios inútiles. Deshabilitarlos os proporcionará, no solo mayor tranquilidad en cuanto a vuestra privacidad, sino también preciados minutos – hasta horas, diría yo – de batería.

Al menos, tal fue mi experiencia. Entrando en “Ajustes –> Aplicaciones –> En uso” y deshabilitando cosas como “Servicios de Google Play” o “Gmail” (se nos ofrecerá, además, la opción de volver a la versión de fábrica de dichas aplicaciones) conseguí que la batería tuviese una duración más razonable: un par de días sin uso excesivo del terminal. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que la inhabilitación de estos servicios nos impedirá usar cosas como Google Plus o Google Play Music. No se puede tener todo, por desgracia.

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Los servicios de Google son auténticos devoradores de ciclos del procesador

Sé que las aplicaciones que os menciono aquí no suponen la panacea o solución definitiva a los problemas de privacidad característicos del uso del teléfono móvil en nuestra sociedad. Tal cosa requeriría, con toda seguridad, tener que olvidarse del terminal, a lo RMS. Esto es algo que no todo el mundo está dispuesto a asumir, por ser tarea muy dificultosa y que entraña un ejercicio de fortaleza mental e individualismo que raramente se da en nuestro tiempo. Stallman es la excepción que confirma la regla, sin duda. A mí aún me queda para parecerme a él, aunque la barba y la barriga siguen creciendo pelo a pelo y cerveza a cerveza…

Mas son un buen primer paso y una forma de ponerle las cosas más difíciles a los ladrones de datos y comerciantes del “don’t be evil” que pululan por ahí. Creo que es importante tomarse esto en serio, pero es solo una opinión de alguien que no es nadie. La libertad individual es eso, personal e intransferible, e igualmente cada cual puede hacer con su privacidad lo que le venga en gana. Incluso venderla a cambio de un puñado de servicios por si llega el día en que, a base de delegar y facilitar, uno no es capaz de acordarse ni de dónde aparcó el coche.

Salud

Zorin OS 10: bonito y poco más

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En GNU/Linux tenemos multitud de ejemplos de cómo reinventar la rueda. Algunos de ellos, incluso, van un paso más allá y nos enseñan que se puede hasta ganar dinero con unos cuantos retoques, más o menos afortunados, sobre algo que ya existe. Uno de estos últimos lo constituye Zorin OS, distribución de origen irlandés cuya meta siempre fue facilitar la transición desde Windows a los mundos de Tux. Así lo consideré siempre, desde luego, hasta el punto de que la recomendaba recientemente a un par de usuarios que preguntaban por una distribución que no presentara diferencias insalvables con su Windows de toda la vida.

Ya había realizado la recomendación cuando me puse a pensar – a veces lo hago – sobre el tiempo que hacía que no la revisaba. Me dirigí al campo de búsqueda del blog y encontré este artículo, que data de… ¡julio de 2012! ¿Más de tres años sin probarla y me atrevo a recomendarla? Intolerable, así que me puse manos a la obra para ver cómo van las cosas por el sistema que nos traen desde la isla esmeralda.

Las distintas versiones de Zorin OS

Para empezar, Zorin OS ofrece distintas versiones de su sistema operativo, no todas gratuitas, enfocadas a diferentes necesidades de uso. Todas ellas están basadas en la última Ubuntu disponible, Vivid Vervet, aunque también existe una edición con soporte extendido (Zorin 9). En este artículo nos ocupamos de la primera de ellas, que realmente no merece demasiado la pena debido a su escaso tiempo de soporte (enero 2016, si bien aquí la culpa recae sobre Ubuntu, obviamente). Detallo las versiones disponibles a continuación:

  • Zorin OS Core. La versión aquí revisada. Gratuita e indicada para el uso doméstico, con versiones de 32 y 64 bits. El entorno de escritorio que usa es un Gnome tan modificado que no parece Gnome, con iconos Elementary y un tema propio.
  • Zorin OS Lite. Para equipos más modestos, emplea LXDE y solo se puede instalar en su versión de 32 bits, algo bastante lógico. También gratuita.
  • Zorin OS Business. A un precio de 8’99 euros (asequible, desde luego) tenemos una versión orientada a la pequeña y mediana empresa, con paquetes de software “premium” (ni idea de qué incluye) y algo llamado soporte de instalación.
  • Zorin OS Ultimate. Y tan solo por 1 euro más, incluyen todo lo anterior más… pues tampoco lo sé. porque leyendo la descripción no queda claro en qué difiere esta versión de la Business.
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Las cuatro versiones de Zorin OS: dos de pago, dos gratuitas

Lo que Zorin OS ofrece

Nada más entrar en una sesión en vivo de Zorin 10 notamos que su aspecto es bien distinto al de una distribución GNU/Linux habitual. De hecho, se parece a Windows, al menos al Windows que conocíamos antes de la interfaz Metro y demás añadiduras. Más allá de eso, Zorin nos trae varias herramientas exclusivas en su versión gratuita:

  • Zorin Look Changer. Para cambiar el aspecto del entorno de escritorio, pudiendo escoger entre Windows 7 (el que viene por defecto), Windows XP y Gnome 2. Sí, sí, habéis leído bien: Gnome 2. Nostalgia, por lo que parece, entre los desarrolladores de Zorin.
  • Zorin Theme Changer. Esta herramienta nos permite cambiar los colores básicos del tema en cuestión, así como la barra de tareas (temas claros y oscuros).
  • Zorin Web Browser Manager. Aplicación para instalar con facilidad otros navegadores distintos al que viene por defecto (Firefox), incluyendo Google Chrome, Web (navegador de Gnome 3) y Midori.
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El cambiador de estilo de Zorin OS. Nótese el fallo gráfico abajo a la derecha

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Cambiando el tema por otro oscuro con toques anaranjados. Feo es poco…

Captura de pantalla de 2015-08-24 18:01:55

Un instalador de navegadores, como el que obligaron a Microsoft a poner en su Windows XP

Y eso es todo, amigos. Para todo lo demás, Zorin OS es Ubuntu con tema propio, esquemas de colores azulados “a lo Windows” y algunos pequeños detalles que están bien conseguidos, como la presentación de diapositivas que comienza con un vídeo, por ejemplo.

Experiencia de uso

No he creído conveniente detallar esta revisión como suelo hacerlo, pues no hay prácticamente nada nuevo que contar. La instalación es como en Ubuntu, el centro de software es el mismo (en tonos azulados, insisto) y hasta los problemas son idénticos.

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Este Centro de software me resulta familiar

La colección de aplicaciones que incluye está bastante bien: navegador Firefox, correo Geany, Libreoffice, Parole como reproductor, Gimp, Fotos (Shotwell)… Una mención aparte se merece la inclusión de Wine y sus utilidades más conocidas, como PlayOnLinux y el conjunto de “scripts” Winetricks, siempre buscando la integración de Windows en GNU/Linux. Algo que a día de hoy sigue siendo complicado, máquinas virtuales aparte, como pude comprobar al intentar instalar el cliente de escritorio de AirDroid en Zorin OS.

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Detalle de mano sobre fondo azul

En cuanto a errores, de veras que no os quiero aburrir, pero es que son los mismitos que uno encuentra cuando instala Ubuntu Vivid: el plugin corrupto de HP para la impresora y la imposibilidad de usar la hibernación y suspensión. A estos he de sumar un par de fallos propios de Zorin y su entorno gráfico: la barra de tareas, en bastantes ocasiones, no se comporta como debe, de forma que las ventanas se maximizan por debajo de ella, o bien la hacen desaparecer (como si estuviésemos en pantalla completa) o “se comen” algunos elementos de la misma (los indicadores, por ejemplo).

Ejemplo de como ventana superpone a barra de tareas

La ventana del navegador no se ajusta a la pantalla y la barra de tareas se superpone

Rendimiento

Como hemos de ser justos, faltaría más, no todo es insustancial en Zorin OS. Las pruebas de rendimiento con la suite de Phoronix y los “benchmarks” de navegadores indican que este sistema se comporta algo mejor en ciertos aspectos. En particular, Firefox rindió mejor que en Ubuntu y el tiempo de transferencia al disco duro externo fue inferior. Sin embargo, lo anterior se equilibra con un resultado muy pobre en el test Apache y el tiempo de copia a la tarjeta de memoria. Al final, lo comido por lo servido, me temo.

Captura de pantalla de 2015-08-24 17:11:26

527 “megas” de RAM es una muy buena cifra

Reflexiona, que algo queda

Me vuelvo a encontrar en la tesitura tantas veces vivida ya de no verle mucho sentido al trabajo de revisión que hago por aquí. Lejos de divertirme, vuelvo a encontrarlo tedioso y repetitivo. Uno no sabe qué revisar, porque mire donde mire encuentra parecidos errores, distribuciones clónicas y muy poco donde ahondar para publicar algo medianamente entretenido. Y no lo digo solamente por Zorin, sino por otras en las que intenté trabajar durante el último mes (Tanglu y Neptune OS), con dificultades desde su instalación hasta el punto de dejar la revisión a medias y no publicarla. ¿Para qué? ¿Para desmerecer la tarea de los desarrolladores porque a mí no me funciona su sistema como debiera? Para esto, mejor nos quedamos calladitos…

Creo que los tiempos en que se buscaban ávidamente nuevas distribuciones GNU/Linux para ver qué novedades o correcciones, qué mejoras para el desempeño de nuestro hardware pudieran traer, han quedado ya atrás. No sé si es por el uso masivo de los teléfonos móviles, que están relegando los equipos de escritorio y portátiles a un segundo plano. Tal vez porque GNU/Linux se ha fragmentado tanto que las diferencias entre las distribuciones con más uso y apoyo y las pequeñas comunidades se antojan ya insalvables. O, por qué no, nada de lo anterior, y simplemente es una percepción personal desde el agotamiento que otra vez me envuelve. No lo sé, con franqueza.

Parece claro que ha llegado el momento de volver a replantearse ciertas cosas, como la clasificación de distribuciones. Realmente, ¿tiene algún valor práctico? Son puntuaciones basadas en el funcionamiento de los sistemas en mi equipo particular… desde luego, la muestra más pequeña que existe como para poder sacar conclusiones que estadísticamente sirvan de algo. Si no son valiosas y tampoco entretenidas, lo más lógico sería centrarme en mis experiencias personales y dejar de lado las revisiones, algo que estoy dispuesto a hacer a partir de ahora.

Captura de pantalla de 2015-08-24 16:45:50

El escritorio de Zorin OS 10 Core recién instalado

Volviendo al tema del artículo, no sé si realmente hice bien en recomendar Zorin OS a los usuarios de los que hablaba. Tampoco he recibido “feedback”, de modo que no sé si la llegaron a instalar siquiera. Lo que sí sé es que los desarrolladores toman Ubuntu (que a su vez, tomó de Debian), le añaden varias cosas, quitan otras, y “habemus” distro. Algo parecido a lo que hace Linux Mint, pero con herramientas que son, siempre desde mi punto de vista, poco más que fuegos de artificio sin utilidad real. Es posible que ese software “exclusivo” que anuncian en las versiones de pago ofrezca mucho más, pero lo que veo en la versión gratuita ya me lo dan Ubuntu y sus repositorios, sin que nada me motive a conocer más allá, pasando por caja.

En definitiva, aún admitiendo que el aspecto de Zorin OS me es muy agradable a la vista, tengo que reconocer que terminar la revisión, reiniciar el equipo y regresar a openSUSE KDE fue un alivio. Como una liberación. No sabría determinar exactamente por qué, pero hay distribuciones con las que uno se siente incómodo y esta es una de ellas para mí. Llamadme raro, pero es lo que hay.

Salud

 

ZORIN OS 10 CORE LSDH
INSTALACIÓN 10
ARRANQUE Y APAGADO 6.25
SOFTWARE 10
HARDWARE 7.50
CONECTIVIDAD 10
OUT OF THE BOX 10
ESTABILIDAD 10
FLUIDEZ 10
GESTIÓN DE ENERGÍA 4.17
PYBENCH 3001
APACHE 15521.63
ENCODE-FLAC 13.18
UNPACK-LINUX 17.43
UNIGINE VALLEY 460
BROWSERMARK FIREFOX 3206
BROWSERMARK CHROME 4075
TRANSF. PENDRIVE 4.27
TRANSF. DISCO DURO USB 0.57
TRANSF. TARJETA SD 5.51
CORRECCIÓN POR RENDIMIENTO -0.05
CORRECCIÓN POR ERRORES -0.50
CALIFICACIÓN 8.48

El verano del camaleón (y VI): la experiencia openSUSE

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Por mucho que nos pese, a unos más que a otros, el verano se empieza a terminar con la llegada de Septiembre. Las estaciones siempre son difusas, de algún modo, con límites no del todo definidos. Sabemos que, técnicamente hablando, aún quedan unas tres semanas de estío, mas la realidad es tozuda y se impone: caen las hojas, vuelven los niños al colegio, se retoman las actividades cotidianas, llegan los chaparrones. Es el final del verano, como ya cantaban Manolo y Ramón.

Mi verano “linuxero” lo ha protagonizado openSUSE. A caballo entre alguna que otra revisión y la instalación y puesta a punto de esa máquina de robar información privada llamada Windows 10. No se la recomiendo, por cierto, ni a mi peor enemigo, así salga cien veces Ana Simón por la tele preguntándole a Cortana no sé qué de una reunión con su jefe. Huid de Windows 10 como de la peste, no seáis idiotas, no os convirtáis en un producto de mercado salvo que no os quede otra por estar en juego vuestro pan. Ahí queda mi consejo.

Os cuento en el artículo de hoy qué tal me ha ido con la distribución de Geeko, ese camaleón que es mascota e imagen principal de openSUSE. Supongo que, en vista de que ha permanecido como mi distribución principal todo el periodo estival, ya os podéis hacer una idea del resultado de la experiencia. Bordes rugosos ha habido, como no podía ser de otra forma, pero en general no empañan para nada el éxito final de esta prueba. Vamos, pues, a puntualizar y matizar esto que digo, comenzando con las cosas que más me han impresionado en positivo de la distribución.

Actualizaciones muy frecuentes

Sin ser una “rolling release” – que sabemos que existe y se apellida “Tumbleweed” – openSUSE recibe actualizaciones de un modo tan continuado que es digno de alabanza. Y no me refiero solo a parches de seguridad, que son muy importantes, por supuesto, sino también al software de los repositorios. Raro es el día en que no abro la sesión y me aguarda el indicador de actualizaciones en la bandeja de entrada, presto para la tarea.

Esto, sin querer entrar en odiosas comparaciones, denota que la comunidad susera está muy viva y en máxima actividad, algo que es tremendamente positivo para el presente y futuro de la distribución.

Captura57

El “bichito” que anuncia las actualizaciones de hardware en openSUSE KDE

 

Amplio catálogo de software disponible

No he echado nada a faltar desde que vengo usando openSUSE. Tampoco es que yo sea un ejemplo de usuario exigente en cuanto a aplicaciones de uso cotidiano: Firefox, Chromium ocasionalmente, la suite Kontact, Steam, Clementine, Filezilla, Libreoffice, Skype, Spotify, qBittorrent, Telegram, KDEconnect, el cliente de escritorio de ownCloud… Creo que eso es todo. Además, claro, de los controladores propietarios de mi gráfica AMD (Catalyst) y de mi impresora HP. Todo ello está en openSUSE.

Aun siendo un ejemplo bastante pobre, lo pude encontrar e instalar todo con suma facilidad. El repositorio de aplicaciones que constituye software.opensuse.org es una maravilla, así como el proceso de instalación en sí, con el socorrido “1-click-install”.

Casi todas las aplicaciones al alcance de 1 clic

Es un privilegio tener casi todas las aplicaciones al alcance de 1 clic

 

Reconocimiento y rendimiento del hardware

Me ha pasado un par de veces este verano: estar revisando una distribución o contestando a alguna duda que me obliga a entrar en Ubuntu, Mint o la que sea, cuando de repente debo hacer algo que requiere conectar la cámara de fotos al equipo, por ejemplo. Una Canon Powershot, por cierto. La conecto desde Ubuntu Vivid, es reconocida y… no puedo acceder a los archivos. Reinicio, abro openSUSE y… ¡éxito!

Ocurrió lo mismo con el móvil LG de mi mujer, con el añadido de que éste ni siquiera era operativo en Windows (solo con un software del fabricante, y aun así iba a trompicones) y funcionaba perfecto en openSUSE. Sé que son solo dos ejemplos aislados y muchos habréis experimentado la vivencia contraria, pero al César lo que es del César y, en mi caso, openSUSE gana.

A este buen reconocimiento he de añadir – lo comenté en su momento – que openSUSE es la única distribución en la que se saca partido al chipset de sonido de la placa Gigabyte A75-UD4H que forma parte de mi equipo. Y lo hace al mismo nivel que me ofrece Windows y sus controladores, con una potencia de sonido muy superior a la comprobada en ninguna distribución que haya probado hasta ahora. Y vaya si he probado…

Todo lo anterior son las cosas positivas que más me han llamado la atención. Por supuesto, estoy obviando otras fundamentales, como son la estabilidad, velocidad y fluidez del sistema, virtudes que están presentes, ya que de lo contrario no creo que hubiese aguantado hasta el día de hoy. Veamos, ahora, los pequeños obstáculos encontrados.

Captura58

La herramienta de detección de hardware de openSUSE

 

El sistema de archivos BTRFS es lento… o no.

Puesto que utilizo openSUSE desde una partición en un disco duro externo, no ha de tomarse demasiado en serio este punto que menciono. La cuestión es que a veces da la sensación, sobre todo al copiar grandes cantidades de información, de que el sistema se atora y se vuelve lento. Esto no me ocurre con otras, como Ubuntu o Chakra, y las diferencias entras éstas y la de Geeko vienen por dos sitios: una, la ya mencionada ubicación de la partición. La otra, el sistema de archivos que emplean.

Es una aseveración que no voy a poder elevar a definitiva hasta que no pruebe openSUSE en una partición de mi disco duro interno. Un momento… ¡si eso ya lo hice! Hubo un cuelgue en Dolphin y cierta lentitud entonces, por lo que me da en la nariz que sí que va a ser cosa del sistema BTRFS. Tal vez algún lector que lleve más tiempo usando este sistema de archivos pueda darme su punto de vista sobre este asunto.

Captura59

Menudo lío de particiones. Se avecina un cambio, eso seguro

 

La extraña “saturación” del wifi

Aunque no he tenido que lamentar caídas en el wifi o en la conexión a Internet, como en ocasiones me ocurría con la LTS de Ubuntu, hubo un momento concreto donde la señal se cortaba intermitentemente y se hacía inutilizable el sistema: durante el uso de Skype. Esto no me había sucedido antes con ninguna otra distribución, de modo que deduzco que el problema está en la versión empaquetada para openSUSE. Skype funciona, pero al poco rato de estar en plena conversación… ¡pum! Caída del wifi. Reconectas, vuelves a realizar la llamada a la otra persona, pasan escasos segundos… nueva caída. Tras tres intentos tuve que desistir e iniciar en Ubuntu, donde dicho comportamiento no se reprodujo.

Fin de los problemas. Para haber transcurrido todo un verano, yo diría que no está nada mal.

 

Y ahora… ¿qué hacemos con openSUSE?

Sé que para la inmensa mayoría de vosotros, estos rollos de “distro hopper” o “salseo linuxero”, como lo quiere llamar ahora Yoyo Fernández, no constituyen más que una distracción absurda. Pero yo me he encontrado muy a gusto en openSUSE 13.2 KDE. ¿Qué hacer, tras pasar el que he bautizado como “verano del camaleón”? La reflexión solo puede partir de una obligada comparación con las opciones que conviven en mis discos duros, por muy feo que esté eso de cotejar sistemas GNU/Linux entre sí.

Ubuntu está muy bien, como siempre, y yo me acostumbré a Unity en su día y se me hace sencillo trabajar en ese entorno. Estaba asentado en la LTS hasta que aparecieron los problemas de conexión y de lentitud que me hicieron desoír mis propios consejos y actualizar a la última versión disponible. Ubuntu Vivid es liviana, una vez la reinstalé para solucionar el caos que yo mismo había creado al actualizar desde dos versiones anteriores. Tiene sus “cosillas”, como la incapacidad de reconocer algún dispositivo, que me echan para atrás.

Chakra hace ya tiempo que dejé de usarla con asiduidad, al igual que dejé de frecuentar los foros y comunidades, los cuales, sería absurdo negarlo, cada vez tienen menos vida. Aunque siga, de cuando en cuando, usando la distribución desde el portátil, hay cosas que no pueden ser y además, son imposibles, ya lo dijera El Gallo o Talleyrand. Chakra se encuentra actualmente en una especie de “valle de actividad”, con picos puntuales normalmente coincidentes con los lanzamientos de KDE. Pero, a una escala básica, ocurre que errores reportados tan flagrantes como el que impide ver las gráficas de rendimiento en el monitor del sistema… ahí siguen, meses después. Y lo que te rondaré morena. Por desgracia, hace falta un equipo amplio y con tiempo disponible para llevar una distribución a unos niveles mínimos y, lamentablemente, hace ya mucho que Chakra no dispone de eso.

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A ver qué hago yo ahora… Imagen de Shutterstock

Del resto del ecosistema no sé qué decir, la verdad. Tengo “guantás” para todos y podría detallar montones de bondades y defectos de cada una. Sabemos – ¿lo sabemos? – que la distribución perfecta no existe, existió ni existirá, al menos no disociada de los otros dos elementos de la terna: usuario y hardware. Ahora parece que openSUSE se adapta muy bien a mí y a mí equipo… Pero, ¿por cuánto tiempo?

Para empezar, la transición a Plasma 5 no me gusta en absoluto. Me empiezo a sentir igual que en otros momentos de cambio en GNU/Linux, como con la llegada del errático KDE 4 de las primeras versiones, o con la modificación paradigmática de Gnome 3. Perdido, como el barco del arroz. En estos tiempos de zozobra siempre surge la duda: mantenerse hasta que se resuelvan los errores o dar el salto a otro entorno. En caso de seguir en openSUSE, llegará el momento en que tenga que plantearme tal decisión, si bien el soporte de esta openSUSE 13.2 se alargará, al menos, 5 meses más. ¿Instalar la nueva openSUSE 42 con Gnome 3, tal vez?

No es mi deseo aburriros más con mis tribulaciones de “freak” linuxero… Confieso dos cosas, para terminar: una, que este verano que pasé con openSUSE ha sido muy satisfactorio desde el punto de vista de un usuario normal de GNU/Linux. Dos, que por primera vez no tengo ni pajolera idea de qué distribución adoptar como principal. Son muchos años de saltos de una distro a otra, tantos que ya me quedé sin noveleríos, sin ganas y sin ideas. Parece sencillo amoldarse a aquella que menos fallos tenga en tu equipo y, por ende, menos tiempo te robe para corregirlos. Y luego está ese pequeño experimento que tengo en mente… En fin, ya veremos por dónde tiramos, que tampoco es una cuestión con la que merezca la pena obsesionarse. Entre tanto, aquí sigo en mi openSUSE, más allá del verano del camaleón.

Salud


Instalando Debian Jessie

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Disculpen ustedes mi falta de originalidad. Sí, se me ha ocurrido que el “verano del camaleón” podría tener su continuidad en el otoño de Debian, así sin más. En realidad, mi intención era realizar un experimento con una distribución que estuviese únicamente formada por paquetes libres y tratar de sobrevivir con ella como único sistema disponible para el día a día. Supongo que ya se ha hecho antes, pero me apetecía probar la experiencia. Sin embargo, esta historia estaba condenada a morir antes de siquiera ver la luz, debido a que ninguno de los adaptadores wifi que poseo (tres, nada menos) son soportados por GNU/Linux sin usar “blobs” binarios. Sí, podría comprar un cable de red de diez metros hasta el salón o trasladar todo el equipo allí, siendo ambas soluciones un seguro motivo de disputa familiar, ya me entienden… También podría adquirir este adaptador totalmente libre avalado por la FSF, pero eso lo dejamos para otro mes en el que me “sobren” treinta y tantos euros más gastos de envío desde Rumanía. La libertad siempre tiene un precio.

Retomando el hilo de mi idea original, no pensaba usar Trisquel o Parábola, sino directamente Debian Jessie, con la opción “contrib non-free” no añadida entre los repositorios. Al darme cuenta de lo imposible del asunto – o, más bien, de mi falta de motivación para buscarme problemas domésticos en pos del software libre – se me ocurrió pasar una temporada en tan insigne distribución, como había realizado estos meses atrás con openSUSE y plasmar las vivencias, problemas y soluciones en este blog. Así que en ésas estamos, metido de lleno en una nueva aventura “linuxera”, esta vez a bordo del barco de Debian. Allá vamos.

Instalar Debian Jessie con Gnome

Siempre he preferido usar para cada distribución el entorno de escritorio, digamos, principal de la misma. Sé que hay muchas que vienen sin uno definido, como Arch, pero igual que openSUSE me evoca a KDE, Debian me induce a pensar en Gnome, como Ubuntu en Unity (esto es obvio) o Manjaro en XFCE. Son mis manías y las tengo que asumir, qué remedio.

Hay varias formas de instalar Debian. En mi caso, tenía almacenada una imagen “iso” de Debian Jessie y siempre mantengo en una tarjeta de memoria, por precaución, los paquetes de firmware no libre que precisa mi equipo para ser funcional al cien por cien. De modo que solamente tuve que grabar la imagen con SUSE Image Writer desde mi openSUSE 13.2, escoger la instalación gráfica en el menú de Debian, omitir la configuración de la red (puesto que, inicialmente, no se reconoce la tarjeta inalámbrica) y finalizar la instalación con un único repositorio “offline”: el DVD 1 de Debian Jessie.

¿Por qué afirmo que hay otras opciones? Para empezar, Debian pone a disposición de los usuarios que se plantean su instalación una “iso” alternativa que incluye, de serie, los controladores privativos de ciertos dispositivos, en especial las tarjetas wifi y las gráficas. Es un método alternativo altamente recomendable, que en esta ocasión deseché porque ya soy perro viejo para estas cosas y prefiero hacerlo a mi manera, como cantaba La Voz.

Instalar los paquetes de firmware no libre

Al optar por dicho método, la primera vez que reinicio aparecen varios mensajes de advertencia durante el arranque, que señalan la falta de paquetes necesarios para que funcionen tanto la red inalámbrica como la gráfica integrada en mi APU A8 (una Radeon HD 6550D). En el caso de esta última, funcionar sí que funciona, aunque lo hace a resoluciones más bajas y sin poder sacar partido de la aceleración gráfica. Si os estáis preguntando por qué esto ocurre en Debian y no en otras distribuciones, la respuesta se llama kernel sin “blobs” binarios.

Nótese que no escribo “kernel-libre”. El kernel de Debian, cuyos binarios podéis consultar sin ningún tipo de problemas, solo incluye aquellos módulos que cumplen los requisitos establecidos en su contrato social, que no son exactamente los mismos que defiende la Free Software Foundation. Debian va por libre, si se me permite el juego de palabras. En el caso de mi hardware, no se incluyen los controladores libres (que, insisto, tienen “blobs” binarios) de AMD ni los de Ralink. Solución: instalar ambos paquetes que conservo como oro en paño. Las alternativas, además de la ya mencionada “iso” con controladores que no cumplen las exigencias de Debian, pasan por conectar el equipo mediante un cable de red para bajar los paquetes correspondientes desde los repositorios.

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Mi tarjeta de memoria contiene los paquetes que necesito para esta versión de Debian

Antes de proseguir mi relato, por si no os habéis percatado todavía, esto no es una guía de instalación de Debian. Cansa mucho repetir lo ya visto hasta la saciedad en la red, sobre todo cuando hay muy buenos manuales, empezando por el oficial de Debian. Una rápida búsqueda en DuckDuckGo nos devuelve algunos otros resultados interesantes para la configuración y puesta a punto del sistema, como en Diversidad y un poco de todo o esta otra en Tecmint.com, muy completa aunque en inglés. También el ya mencionado en otras ocasiones, de HachikoMustang.

Elegir una rama: me quedo en Jessie

Como muchas otras veces tras la instalación de Debian, surge la pregunta: ¿debo quedarme en Estable? Si así lo decido, ¿me voy a perder algo? Durante la época en que usé Debian como sistema principal (allá por Lenny y principios de Squeeze), siempre me mantuve en la rama Testing, con pequeños problemas puntuales sin demasiada importancia. Hoy en día soy bastante más vago y mis ganas de batallar en GNU/Linux tienden a cero, por lo que mi decisión es quedarme con Jessie, salvo que algo no ande bien y necesite un kernel más nuevo o cualquier funcionalidad. Actualizar por actualizar ya no me motiva nada.

Dado que mi tarjeta de red inalámbrica no se encontraba operativa durante la instalación, el único repositorio que tengo configurado de inicio es el propio “pendrive” con la “iso” de Debian. Momento de solucionar esto haciendo:

su

nano /etc/apt/sources.list

O, si preferís la interfaz gráfica, con Synaptic. La cuestión estriba en sustituir dicho repositorio “cdrom” por uno en línea, que en mi caso es el francés (suele ir mejor que el español, o al menos, así era en mis tiempos “debianitas”). Como podéis observar, he habilitado los paquetes “contrib” (software totalmente libre que depende de otro que no lo es) y “non-free” (software que no se ajusta a lo estipulado por Debian como libre).

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Cambiando el repo “offline” por uno “online”

Una vez aceptado este cambio, toca recargar la caché de los repositorios. Dicha acción dará como resultado la aparición de un buen número de actualizaciones, en su mayoría destinadas a solucionar problemas de seguridad.

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Cada vez que se cambia la configuración de los repositorios, se hace necesario recargar la caché

Mejorar las fuentes en Debian

Sé que soy repetitivo, pero el aspecto de las tipografías es algo primordial para mí en una distribución GNU/Linux. A excepción de Ubuntu y Chakra, que ya vienen preparadas con los parches de Canonical para mejorar las fuentes, el resto de sistemas necesitan el toque de excelencia que provee Infinality o, al menos, algún cambio en los archivos de configuración. Para la primera opción recomiendo este hilo de los foros de Debian donde se incluye un enlace a los paquetes binarios. Para la segunda, lo explicó en su día Elav en Desde Linux y (cómo no) hizo lo propio Yoyo en su antiguo blog.

Captura de pantalla de 2015-09-11 13:06:38_copy

Mi cruzada contra las fuentes horrendas prosigue sin novedad

¿Algún problema? Siempre surge alguno…

… y no, Debian Jessie no es la excepción que confirma la regla. Peeeero… a estas alturas ya debemos estar acostumbrados a no culpar a quien no se debe. Todo lo esencial va bien, es más, va deliciosamente bien. Fluidez absoluta, rapidez en el inicio y en el apagado, ningún cuelgue ni tan siquiera errores de aplicaciones que en otras distribuciones ocurrían (“Ubuntu ha experimentado un error interno”, ¿os suena?). Os detallo los pequeños inconvenientes y los supuestos culpables:

  • Incompatibilidad de extensiones de Gnome 3. Culpa de los desarrolladores de Gnome y su extraña manía de romper APIs, haciendo inútiles las extensiones de una versión a otra. Esto provoca que no pueda disponer de algunas de ellas, si bien ninguna es imprescindible para mi uso eficaz del ordenador. Entre las que sí tengo activadas y en funcionamiento están Appindicator support, Media player indicator, Openweather (algo impreciso todavía, por desgracia), Topicons y User themes. En el extremo opuesto, Weather de Neroth o Backslide se niegan a instalarse.
  • Fondo de pantalla cambiante. Casi todos los escritorios lo implementan ya. Gnome también, pero solamente tiene en cuenta los fondos de pantalla del sistema. Ello hace necesaria la utilización de una aplicación de terceros, como Variety. No habría mayor problema si funcionase bien, pero no lo hace. Ni el icono se muestra en la bandeja del sistema al iniciar ni se producen cambios en el fondo de pantalla. De esto tampoco se puede culpar a Debian, habiendo obtenido el programa de la web del propio autor, donde asegura que sí funciona con Gnome. (EDITADO EL 15 DE SEPTIEMBRE: tras seleccionar una única fuente de imágenes y deseleccionar la carpeta de fondos del sistema Variety funciona correctamente).
  • Ausencia de alternativa a KDEconnect. Sé que existe la posibilidad de instalarlo (en Ubuntu lo hice, con ayuda del indicador creado por El Atareao), pero su falta de modularidad arrastra excesivas dependencias de KDE, hecho que me hace descartar la idea. Si alguien conoce algo parecido para Gnome, por favor, que no se lo guarde para sí: este es el momento de decirlo.
  • Error al iniciar Spotify. Otro programa obtenido fuera de los repositorios oficiales que no inicia, debido a la falta de una versión anterior de una librería (el infierno de las dependencias, una vez más). En concreto, libgcrypt11, que estaba disponible en Wheezy pero ha sido actualizada en Jessie. Solución: se descarga desde la web de paquetes de Debian, rama “old stable”, y se instala sin más, pues ambas versiones pueden convivir perfectamente. Y hablando de Spotify, me temo que voy a tener que ir buscando una alternativa más cuidadosa con la privacidad y que no pretenda hacer aún más negocio con los usuarios del que ya hace. Me refiero a este artículo de Geeky Theory que he leído hoy.

Es todo. Como veréis, peccata minuta y en ningún caso achacable a los desarrolladores del equipo de Debian. Todo lo demás, funciona a la perfección, incluyendo la instalación de mi impresora HP que últimamente falla en las versiones más modernas, como Ubuntu Vivid o Linux Mint Rafaela. Supongo que es una de las ventajas de usar la rama estable de Debian.

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El camino del “distro hopper” es largo… ¿tendrá fin?

Por no ser repetitivo o por no fiarme ni de mí mismo y mis cambiantes devaneos, no me he atrevido a iniciar una nueva serie al estilo “verano del camaleón”. Como comentaba en el artículo anterior, estoy más que contento con openSUSE 13.2 y la perspectiva de pasarme a Plasma 5 con el fin de su soporte no me atrae en absoluto. Una de las opciones que he barajado estos días es la de instalar openSUSE 42.1 (quedan 50 días, por cierto) con Gnome 3. Acordarse de dicho entorno e iniciar mi fallido experimento fueron prácticamente de la mano.

Tampoco negaré que no estoy en mi mejor momento como “linuxero”, de nuevo atrapado por la sensación de que nada se adapta perfectamente a mí y viceversa. En cualquier caso, le voy a dedicar unos días a Debian Jessie, dado su impecable y rápido funcionamiento, tiempo que quiero aprovechar para conocer mejor a Gnome 3 en esta enésima oportunidad que nos damos mutuamente. En cuanto a Debian, siempre he tenido la idea, equivocada o no, de que es la distribución en la que más intensamente me veo reflejado en unos ideales y una forma de entender todo este mundillo. Y no puedo ocultar que eso me gusta mucho.

Salud

FacturaScripts: contabilidad y facturas con software libre

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Uno de los objetivos que me marqué al crear este blog fue dar a conocer, dentro de mis posibilidades y mis niveles de “audiencia”, cualquier sistema o aplicación de software libre cuyo creador así me lo solicitara. Tal ha sido el caso esta semana con el desarrollador de FacturaScripts, un completo software para llevar la contabilidad y realizar facturación en una empresa, que además de libre es gratuito en su versión básica, pudiendo completarse su funcionalidad con múltiples “scripts” (de ahí su nombre), algunos de los cuales son de pago. Los programadores, incluyendo a los que trabajan con software libre, no viven del aire, por si alguien se lo estaba preguntando. Como, además de entender más bien poco de este tema, llevo dos semanas aquejado de una conjuntivitis adenovírica que me impide ver con nitidez, mejor dejo que sea el propio autor del programa quien os lo cuente a continuación.

Hoy en día el software libre ha dejado de ser algo anecdótico en la mayoría de sectores, en muchos es incluso la norma y lo raro es el software privativo. Pero hay algunos sectores como el de la facturación donde es más difícil encontrar software que compita con los tradicionales de código cerrado. Es normal, no cambias tu software de facturación de un día para otro, es algo a meditar, tienes que tener una alternativa claramente mejor, y por tanto es un terreno complicado para cualquier proyecto, ya sea de código abierto o cerrado.

Pero incluso en ambientes difíciles, hay veces que se presentan ventanas de oportunidad. Los navegadores ofrecen cada vez más funcionalidades y los móviles y tablets sustituyen a buena parte de los PCs. Y en río revuelto, ya se sabe.

La verdad es que si te paras a pensar, cualquier software de facturación o contabilidad que no sea web, ya puede darse por muerto.

Hay una gran variedad de software de facturación y contabilidad libre: openbravo, openerp, que ahora se llama odoo, Tryton, etc. Pero hoy os voy a hablar de un desconocido: FacturaScripts. Si, si, Factura-Scripts. Software libre “made in Spain”.

Era el año catapún y un proyecto de informático se las veía y se las deseaba para explicarle a su jefe que era normal tener que abrir 20 ventanas y tardar 5 minutos en hacer una factura en el nuevo software de facturación que había instalado.

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Pero por algún motivo su jefe no entendía que se tardase tanto en hacer algo en un PC, que supuestamente servía para ahorrar trabajo.

El informático en proceso tampoco estaba muy convencido y decidió crear una web en php que conectase a la misma base de datos del programa y mostrar todos los artículos de la empresa como si fuesen una tienda online. Buscas, añades al carrito y al final haces la factura.

Se lo enseñó a su jefe y le pareció menos malo que el original. A veces incluso hacían facturas con él, en lugar de seguir apuntando en papel. Pero sólo a veces.

El informático (todavía en proyecto) fue mejorando su software más y más, hasta que un día dijo: esto es una puta obra de arte. La verdad es que era basura. Cumplía ligeramente su función, pero aun así estaba muy lejos de ser una solución atractiva frente al papel. Lo que pasa es que el joven ingeniero no podía entender como a unas personas que usan Google sin problema les costaba tanto hacer un puto clic para añadir un artículo al carrito. Estaba claro que el problema eran los usuarios, no les gusta la tecnología y no había nada que hacer…

El informático, ya ingeniero, decidió ver mundo y probar algo más allá de php. Estuvo programando con python, c++ y java. Explorando frameworks y nuevas tecnologías que no conocía, porque… total si para lo que hago tampoco necesito tanto.

Un día se puso a echar un vistazo a su viejo proyecto, FacturaScripts. Y le dió tanto asco que decidió reescribirlo … en una tarde. Si, era tal truño su software que una tarde bastó para construir algo mejor. Un framework MVC que genera las tablas de la base de datos en tiempo de ejecución. Si algo que había visto en SQLalchemi, pero que había mejorado pudiendo incluso modificar las tablas en tiempo de ejecución.

Y se vino arriba. Dijo: me voy a montar el WordPress de la contabilidad y la facturación. Si, es un tío muy humilde.

Mirad el software que creó:

 

De esto hace más de tres años y han sido muchos baños de humildad hasta llegar a lo que es hoy en día, y los que le quedan. Pero la verdad es que el resultado es realmente sencillo. Y eso si que es algo raro en el mundo de la facturación y la contabilidad.

No os doy más la chapa, podéis probarlo vosotros mismos en https://www.facturascripts.com

Pues ya lo sabéis: si sois pequeños o medianos empresarios – o incluso grandes, aunque estos se nutren de “parnertships” y demás – aquí tenéis una buena solución a la que recurrir, creada con software libre. Que os aproveche.

Salud

Usar auriculares Bluetooth en GNU/Linux

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Tres semanas, tres, llevo con la dichosa conjuntivitis. Por suerte, desde hace unos siete días puedo mirar la televisión y la pantalla del ordenador sin que parezca que alguien le está prendiendo fuego a mis globos oculares por detrás, al tiempo que los aprieta con fuerza. Es una enfermedad leve y de buen pronóstico, pero pesada como ella sola. Sé por experiencia que un distro hopper con tiempo libre tiene más peligro que un mono con dos pistolas, pero cuando el sentido de la vista está perjudicado es imposible que este axioma se aplique… o no, depende. Andaba yo usando Debian Estable cuando me sorprendía la infección ocular. Tras los primeros días en los que pude hacer vida normal, aunque de baja laboral por tratarse de una enfermedad vírica con altas tasas de contagio, llegaron los peores momentos y hube de buscar un entretenimiento diferente.

Lo hallé en pasarme las horas escuchando mi colección musical y varios “podcasts” de Yoyo Fernández y El Cangrejo Linuxero, a los que aprovecho para felicitar porque tienen el “don de la radio”, que hace sus alocuciones agradables de seguir. Pero claro, es infinitamente más cómodo hacer todo esto desde tu cama, con unos buenos auriculares Bluetooth como los que había regalado a mi mujer hace unos meses: marca Philips, modelo SHB4000/00. De entre los muchos cacharros que heredo de mi padre tengo un adaptador Bluetooth, con conexión por USB, de la marca MSI. Este que podéis ver a continuación:

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El adaptador Bluetooth utilizado en este artículo

Como os decía, venía usando Debian en su rama estable. Pues bien, conecto el adaptador – Gnome 3 muestra el símbolo de Bluetooth en su barra superior al pulsar sobre la flecha de la derecha – y procedo a realizar el emparejamiento del dispositivo, con erótico resultado: se conecta y se vuelve a desconectar al instante. Más adelante veremos que tiene una solución muy sencilla… siempre y cuando uno tenga la vista bien. Como podréis comprender me era imposible ponerme a buscar tutoriales si prácticamente no podía mirar a la pantalla.

El disco duro de un distro hopper en plena efervescencia es lo que es: un ramillete de sistemas, algunos casi olvidados, resultado de las pruebas para el blog y de compulsivas instalaciones pasadas: además de Debian, están Chakra, Ubuntu LTS, openSUSE 13.2, Linux Mint Rafaela, LMDE  y Mageia. No sé si me dejo alguna por el camino, creo que no. La LTS de Ubuntu, Trusty Tahr, hacía poco tiempo que la había vuelto a instalar para ver si había desaparecido el “bug” del wifi (si tenéis curiosidad, en efecto, fue corregido) y no la tenía, digamos, condimentada con mis programas preferidos todavía. Así que, como iba buscando usar Clementine y Spotify, me tiré a por Linux Mint Rafaela, que no me defraudó en absoluto: conectar y usar, un “plug and play” de libro, para mis auriculares Bluetooth.

Una vez pasada la peor fase de la conjuntivitis, tan pronto como pude volver a usar el ordenador, se me ocurrió hacer un repaso por todas las distribuciones instaladas para tratar de comprobar cuán difícil podía resultar, en cada una de ellas, lo que en Linux Mint había sido coser y cantar. La experiencia puede servir, además, de solución para alguien que encuentre problemas en emparejar su dispositivo Bluetooth con su equipo bajo GNU/Linux. Un inciso: en Windows, esto es así, no hubo problema alguno, al igual que en Linux Mint Rafaela, que es con la que vamos a empezar el repaso, ordenado de menor a mayor dificultad.

Linux Mint 17.2 Rafaela

Conectamos el adaptador Bluetooth, que es inmediatamente reconocido como nos muestra la aparición del correspondiente símbolo en la barra de tareas de Cinnamon.

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Desde la propia barra podemos acceder, directamente y sin más rodeos, a todas las opciones relevantes, desde la configuración del adaptador Bluetooth, pasando por la visibilidad para los dispositivos, y acabando con el propio set de auriculares, el cual podemos activar o desactivar.

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Opciones variadas de configuración del Bluetooth en Cinnamon

Finalmente, para que el sonido pase de los altavoces a los auriculares, tenemos que hacer clic – sin salir de la barra de tareas, esto es genial – en el símbolo correspondiente (altavoz). Pasamos de “salida analógica” a “auriculares” y se acabó: a disfrutar de nuestra música.

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Hay que escoger la salida de auriculares

Ubuntu 14.04 Trusty Tahr

En la distribución madre de Linux Mint tampoco podía ser muy complicado, por obvias razones. Básicamente son los mismos pasos, aunque al tratarse de Unity han de realizarse en la barra superior. Se conecta el adaptador, que también es reconocido.

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El símbolo en la barra superior de Ubuntu con Unity

A continuación se pulsa sobre el símbolo de Bluetooth, y se escoge “Configurar un nuevo dispositivo”. La instalación fue cuestión de un par de clic al “estilo Windows”: continuar, continuar.

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Máxima sencillez en la configuración de los auriculares

Y listo. Al igual que con Linux Mint, es preciso pulsar sobre el altavoz y cambiar la salida del sonido hacia los auriculares, con el añadido de que debemos escoger el modo, que por defecto está en “Telefonía Dúplex” (sonido mono y bastante deficiente). El correcto es el modo “A2DP” o “reproducción de alta fidelidad”.

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“Al final de la fila más larga, allí es donde siempre estaré”. La poesía urbana de NOFX

LMDE 2 Betsy

Con la variante “debianita” de Linux Mint no hay que hacer grandes esfuerzos tampoco. Sin embargo, el hecho de que al conectar el adaptador Bluetooth no se produzca reacción alguna (esto es, no aparece el símbolo en la barra de tareas) puede despistar un poco. Tranquilos, que no es nada complicado. Tan solo tendremos que ir a “Configuración del sistema” y escoger el módulo “Bluetooth”.

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El módulo de configuración del sistema en LMDE

Una vez allí procederemos a realizar el emparejamiento de los auriculares que, al contrario que en Debian, es permanente.

Y por último, una vez más, debemos escoger la correspondiente salida, que en LMDE aparece rotulada en inglés por aquellas extrañas cosas que ellos llaman “bordes rugosos”. En fin, escogemos “headset” y ya está hecho.

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Un poco de “spanglish” en el menú de Cinnamon en LMDE

Mageia 5

Cambiamos del mundo “deb” al “rpm” y hacemos el intento en Mageia. La conexión del adaptador muestra el símbolo esperado en la barra de KDE.

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El adaptador Bluetooth es reconocido por Mageia KDE

Al pulsar sobre él tenemos la posibilidad de configurar un nuevo dispositivo, lo que abre el módulo que KDE incorpora a tal efecto.

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Módulo de configuración para añadir un dispositivo

Es el momento de emparejar los auriculares, lo cual ocurre sin mayores incidencias.

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Dispositivo emparejado en Mageia

Por último, volvemos a lo mismo: hay que desviar el sonido de una fuente a otra, algo que en KDE se realiza en el módulo de “Sonido”.

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De nuevo, hay que escoger la salida de sonido correcta o no se oirán los auriculares, sino los altavoces

openSUSE 13.2 KDE

La secuencia en openSUSE con KDE es prácticamente idéntica a la empleada en Mageia, con una salvedad: además de situar como primera fuente de sonido a los auriculares, es preciso tocar la pestaña “Configuración de hardware de audio” para escoger el perfil adecuado que os mencionaba antes (A2DP Sink). De lo contrario, el sonido será muy deficiente. Os lo muestro en esta secuencia de imágenes:

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En openSUSE, como en Mageia, reconocimiento inmediato del adaptador

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La tele de mi vecino (supongo), porque la mía no tiene Bluetooth ni 46 pulgadas…

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Mensaje en inglés que muestra que tuvimos éxito en nuestra configuración

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Igual que antes: importante no olvidar este paso o no oiremos nada

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En openSUSE también debemos seleccionar el sonido de alta calidad

Chakra Euler

Vamos con mi distribución preferida, a día de hoy más que nada por razones de apego, lamentablemente. Aunque sigue siendo un KDE con un toque especial y de una tremenda fluidez, que quede claro. Chakra, como buena distribución nacida y escindida de Arch Linux, nos obliga a tocar la consola o terminal para poder utilizar nuestros auriculares. Para empezar, la conexión del adaptador no arroja nada de nada, ni en forma de mensaje ni en la barra de tareas, de modo que nos vamos a “Preferencias del sistema”, módulo “Bluetooth”.

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Ups. Parece que no se reconoce el adaptador en Chakra…

Como vemos, no parece que haya ningún adaptador presente o, al menos, Chakra no lo ve. ¿Por qué?

La respuesta es bien sencilla: no está corriendo el servicio de systemd que controla este tipo de dispositivos, así que toca abrir Konsole (o Yakuake o lo que sea que prefiráis para “ensuciaros las manos”) y activarlo e iniciarlo con los comandos siguientes:

sudo systemctl enable bluetooth

sudo systemctl start bluetooth

Ahora sí que sí, vamos a ver el símbolo esperado en nuestra barra de tareas, como debe ser.

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Si regresamos al módulo de KDE para configuración del Bluetooth, vemos que éste no es visible para otros dispositivos, pero se nos ofrece la posibilidad de arreglarlo pulsando un simple botón.

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Arreglando que es gerundio… más fácil, imposible

Y arreglado queda.

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Todo listo para configurar el emparejamiento de los auriculares en Chakra

El resto de pasos son los mismos que en openSUSE:

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Buscando dispositivos… mi vecino debía tener la tele apagada

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Repetimos: los auriculares deben ser la fuente primaria de sonido

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Y volvemos a repetir: escogiendo el mejor sonido en Chakra

Debian 8.2 Jessie

Cerramos el círculo volviendo al punto de partida. Os comentaba que Debian parecía “ver” los auriculares y permitir que se emparejasen con el equipo, pero la realidad es que dicha unión solamente duraba unos segundos, volviendo de inmediato a un estado “sin conexión”.

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En Debian Jessie, los auriculares se desconectan solos

Cuando pude volver a ver con claridad, me bastó una sencilla búsqueda en DuckDuckGo para encontrar la raíz del problema y su solución: Debian, por defecto, no instala una serie de paquetes que son esenciales para el correcto funcionamiento de los dispositivos Bluetooth. Como suele ocurrir en GNU/Linux, y es bueno que así sea, el tiempo perdido por otro usuario es tiempo ahorrado para ti. El artículo se refiere a Debian Wheezy, pero es perfectamente aplicable a Jessie.

Uno, que ya es perro viejo “linuxero”, a veces comete el error de pensar que sabe más de lo que realmente conoce. Así que me dije: “bah, seguro que no hace falta hacer todos los pasos. Iré instalando paquete a paquete”. Ni que decir tiene que estaba equivocado y no funcionó hasta que instalé todos y cada uno de los paquetes, reinicié el servicio Bluetooth y maté todos los procesos de Pulseaudio. Entonces, solo entonces, el emparejamiento fue definitivo.

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Problema resuelto con la instalación de los paquetes precisos

Por último, como siempre, tenemos que escoger como fuente principal de sonido los auriculares.

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Escogiendo la fuente de sonido en Debian

Siete distribuciones, siete formas de hacerlo

Bueno, tal vez no siete formas, pues algunas son prácticamente idénticas, con pequeñas diferencias. Pero sí, son muchas maneras de hacer lo mismo, unas más sencillas que otras, obviamente. Como es seña de identidad en GNU/Linux, uno tiene la libertad de escoger qué prefiere: si usar la consola para activar servicios o instalar paquetes que no vienen por defecto, o simplemente enchufar y listo. La última palabra la tiene el usuario.

Personalmente me vino muy bien tener Linux Mint Rafaela a mano, no lo voy a negar. Me hubiera valido igual Ubuntu, pues son las dos donde menos hay que toquetear. openSUSE y Mageia, más de lo mismo, con algún paso añadido. Todo el tiempo libre que he tenido últimamente también me ha hecho pensar mucho: en el blog, en la cantidad de distribuciones que he instalado y probado, en el distro hopping, en lo poco práctico que puede resultar, etcétera, etcétera. Es curioso que empezara a escribir esta bitácora hace cuatro años durante un período de búsqueda de distribución estable… ¡que todavía no ha concluido! ¿O sí que concluyó pero volvió a empezar?

Pregunta retórica cuya contestación queda en el aire o como semilla para un nuevo artículo. Entre tanto, aquí dejo éste por si alguien puede aprovechar alguna de las soluciones que contiene.

Salud

A fondo: Manjaro 15.09 Bellatrix

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Vamos a olvidarnos por el momento de valores numéricos, clasificaciones de distribuciones GNU/Linux y todo lo que trate de poner una calificación absoluta a algo que siempre ha sido y será relativo. Hablo de cambiar un poco la perspectiva y centrarnos en el que probablemente sea el aspecto más positivo de ser un distro hopper: el uso y disfrute del vasto y casi inabarcable mundo de Tux. Y vamos a comenzar con una revisión en profundidad de la última edición – si es que tal cosa existe en una “rolling release” – de esa magnífica interpretación de Arch Linux, llamada Manjaro. Una distribución que echaba en falta en mi último artículo, como ya sugería Miguel Mayol en los comentarios al mismo. Dicho y hecho, ya son ocho las que habitan entre el disco duro interno y el externo.

Desde que conocí de la existencia de Manjaro le he dedicado varias reseñas, dándome siempre la impresión de que, con cada nueva versión, la distribución crecía un poco más. Nacida en Agosto de 2012, su numeración siempre sugirió un perpetuo estado beta – cero punto lo que sea – que, finalmente, ha concluido con el cambio de nomenclatura que en este último lanzamiento han realizado. No sé si solamente se trata de una impresión personal, pero la sensación de distribución profesional, bien acabada y sin errores groseros que me ha dejado como impronta es irrefutable. Algo que, me consta, no es una opinión aislada de un servidor. No hace falta más que pasarse por la bulliciosa comunidad de Manjaro para encontrar montones de usuarios satisfechos.

De modo oficial, Manjaro sale en dos sabores: XFCE y KDE. Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta, y esto seguro que Phil Müller – de pasado “chakrero” – lo tuvo siempre muy claro. El resto de opciones, que son bastantes, están al cargo de la comunidad. Para no variar mi costumbre, me ocupo del escritorio que he considerado por defecto en Manjaro desde sus inicios, que es XFCE, el cual anda ya por su versión 4.12.

Instalación de Manjaro: tres posibilidades

A las ya conocidas opciones para instalar Manjaro – Thus y la línea de comandos – se viene a añadir la posibilidad de emplear la aplicación de moda para esta tarea: el versátil Calamares. Puesto que no lo había usado antes, fue precisamente el elegido para realizar la instalación.

Se trata de una nueva reinvención de la rueda, si acaso justificada por su portabilidad y su independencia de unas librerías concretas, que permiten que pueda utilizarse en casi cualquier distribución. En otras palabras, un pasito hacia la tan necesaria convergencia. De todos modos, su funcionamiento es muy bueno y no hubo que lamentar errores.

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El nuevo instalador Calamares para Manjaro

Ni siquiera la parte relativa al particionado manual resulta compleja. Ya podían los desarrolladores de Anaconda tomar nota de cómo facilitar la vida al usuario en lugar de sentar las bases para un desastre en forma de borrado de particiones.

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Puede parecer un lío, pero el que la lleva la entiende, como dicen por mi tierra

Durante la instalación podemos asistir a un pase de diapositivas en inglés acerca de la filosofía y principales herramientas de Manjaro.

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Casi ninguna distribución tiene el detalle de traducir las diapositivas. Manjaro, tampoco

En unos quince minutos, aproximadamente, ya tenía Manjaro en mi disco duro externo, presto para su utilización.

Gestión de paquetes y actualizaciones

Que me perdonen los viejos “rockeros” la herejía: cada vez me gusta menos usar la terminal. El tiempo pasa para todos, esto es impepinable, y algunos se cansan de hacer siempre lo mismo, descubriendo las ventajas de cambiar ciertas costumbres. Sí, pacman siempre será pacman. Pero la simplicidad de Pamac, gestor por defecto en Manjaro que permite incluso instalar desde AUR, me tiene enamorado.

Montones de actualizaciones, como corresponde al carácter “rolling” de la distribución, es lo primero que nos vamos a encontrar, con permiso del “Manjaro Welcome Center” que nos facilita el acceso – de nuevo en inglés, no obstante – a los principales recursos de información sobre la distro.

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Más de 200 Mb de actualizaciones nada más entrar al escritorio

Nos topamos también con una de las primeras diferencias, en forma de programa dedicado, por las que destaca Manjaro: el módulo de idiomas del “Manjaro Settings Manager”, sobre el que luego nos extenderemos, cuando llegue el momento…

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El Gestor de configuración de Manjaro: una maravilla

“Manjaro Settings Manager”, una herramienta genial

… y el momento ha llegado. Para quienes no lo conozcan, el “Gestor de configuración de Manjaro” es una pequeña joya que supone, en mi opinión, el mejor aporte del equipo de desarrolladores al mundo GNU/Linux. Consta de varios módulos que vamos a desgranar a continuación:

Módulo de idioma: completa aplicación que nos permite modificar todos los aspectos relacionados con el idioma y los formatos regionales en nuestro sistema. Bastante parecida al módulo del mismo nombre de la “Configuración del sistema” de KDE.

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Se pueden usar diferentes idiomas para diferentes tareas

Paquetes de idioma: el complemento ideal a lo anteriormente descrito. Nos avisa, cuando instalamos un programa, de la posibilidad de descargar el paquete correspondiente al idioma que estamos empleando.

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Lista de paquetes de traducción para el software instalado en Manjaro

Núcleo: quizás la más potente y útil de las herramientas que incorpora Manjaro. Pone a nuestra disposición varios núcleos para instalar y probar, de un modo tan sencillo que cualquier usuario, sean cuales sean sus conocimientos, puede hacerlo. ¿Qué utilidad tiene esto? Una muy importante: en caso de algún componente o periférico que funcione mal o no funcione en absoluto, podemos tratar de solventar el problema con la instalación de un núcleo más moderno, o bien al contrario, uno más antiguo con soporte extendido. En todo caso, la herramienta nos muestra qué núcleos están instalados, cuál es el que está actualmente en uso, y nos informa del carácter experimental o de largo soporte de los mismos. Lo dicho, una maravilla.

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Muchos kernels para elegir, desde bien probados hasta experimentales

Cuentas de usuario: este es otro módulo que recuerda bastante al incluido en la herramienta de configuración de KDE. Útil para administrar la contraseña y la foto del usuario y poco más.

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Como foto de inicio, un retrato familiar reciente

Fecha y hora: aquí se puede ajustar la hora local y del sistema, cambiando incluso el reloj de hardware. Ideal para resolver el típico error en equipos con arranque múltiple, donde la hora fluctúa dependiendo de si se inicia en Windows, en Debian, o en una distribución basada en Arch.

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¿Líos con la fecha y la hora? En Manjaro no, desde luego

Notificaciones: módulo para seleccionar sobre qué aspectos de los vistos en este apartado deseamos ser informados: nuevos kernels disponibles o nuevos paquetes de idioma, por ejemplo.

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Podemos silenciar ciertas notificaciones, como en el móvil

Configuración del teclado: cumple lo que promete, sirviendo para cambiar el idioma del teclado y el modelo de éste, sobre la marcha.

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Teclado español, de España, con 105 teclas

Detección de hardware: el segundo en importancia, tras el módulo dedicado al núcleo, nos mostrará los componentes de nuestro sistema para los cuales existen controladores privativos, permitiéndonos instalarlos y desinstalarlos con facilidad. Similar al “Controladores adicionales” de Ubuntu, anteriormente conocido como “jockey”.

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Controladores instalados para mi hardware. El de red no lo estaba y pasó lo que pasó…

Desde luego que todas estas acciones se pueden realizar desde la consola con sus comandos equivalentes… pero entonces, si es esta tu inquietud, veo absurdo que estés usando Manjaro: instala Arch y listo. Para los flojos como el menda, este programa es gloria bendita: gracias, mil gracias, a los desarrolladores de Manjaro.

El eterno problema de las fuentes tipográficas

Más concretamente, el problema de la fealdad de las mismas. Los mismos desarrolladores que crean maravillas como la mencionada en el anterior párrafo no parecen creer conveniente dotar a su distribución de ese aspecto, importante en mi opinión, que deja con la boca abierta a quienes la instalan. Ejemplos de esto: Ubuntu, Chakra y Linux Mint. En cualquier caso, como ya he comentado otras veces, no parece existir una confluencia en el modo en que una fuente tipográfica debe lucir, siendo una cuestión que varía dependiendo del usuario. Es por ello que lo consideraré un pecado menor que, además, tiene el sencillo arreglo habitual: Infinality o la configuración de fuentes de Ubuntu.

La segunda de ellas, la que emplea Chakra por defecto, siempre fue mi favorita. Por alguna razón, en Manjaro no me satisfizo el resultado de su instalación, para la cual me guié por las instrucciones incluidas en el foro.

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En el foro de Manjaro hay respuestas a muchas preguntas sobre la distribución

Siguiendo lo allí escrito lo tuve fácil para probar la otra opción: Infinality. Y, esta vez sí, con el resultado esperado y deseado.

El resto de apartados relativos a la apariencia me gustan bastante. La evolución de los iconos cuadrados que solían estar de moda hacia estos actuales, más “flat”, es adecuada y se me antoja hasta necesaria. Estilo “Menda”, con iconos “Menda Circle”, por cierto. El conjunto queda bastante bien, aunque “Cantarelli” no es mi fuente preferida, algo solucionable desde el módulo “Apariencia” tras la instalación de la familia “Lucida”.

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Me encanta la tipografía de Apple… qué le vamos a hacer, todos tenemos defectos

Exposé, te echo de menos

A veces resulta odioso ser tan propenso a trabajar de la misma manera. Pero la realidad es la que es, el animal de costumbres que se sienta entre la silla y el teclado tiene sus procesos mentales y sus costumbres – que hay que respetarlas. Cuando estoy en una ventana y quiero cambiar a otra, la mano y el puntero del ratón se me van, automáticamente, hacia la esquina superior izquierda. Ídem, pero hacia la inferior derecha, cuando quiero mostrar el escritorio, minimizando todas las ventanas activas. El efecto exposé, que comencé a utilizar en mi Debian Testing con Gnome 2 y Compiz – vaya si ha llovido desde entonces – se convirtió en fundamental para mis hábitos de trabajo.

Esto es algo que existe de serie en Unity, – aunque falla más que las escopetas de feria, al menos en la LTS – al igual que en Gnome 3, KDE y Cinnamon. Las últimas versiones de Linux Mint con Mate también permiten su instalación, al poderse escoger entre Marco y Compiz como gestor de ventanas. Pero, ¿qué pasa con XFCE? Antaño se podía optar por instalar el gestor de KDE, Kwin, con sus correspondientes dependencias. Hoy día tenemos otra opción, que conocí gracias a Tannhausser en “La mirada del replicante”: xfce4-hotcorner-plugin, instalable desde AUR.

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Aspecto bastante parco del plugin, la verdad. Espero que mejore próximamente

El resultado no es del todo satisfactorio, pues se nota bastante tosco en comparación con las opciones anteriormente mencionadas. Pero, por el momento, a mí me vale. Ya irá mejorando con el tiempo, estoy casi seguro de ello.

Fondo de escritorio cambiante

Otro ejemplo de lo que comentaba antes sobre las costumbres. Desde la aparición de Variety, el fondo que cambia cada cierto tiempo es un habitual de mis configuraciones. La mencionada aplicación, muy buena por cierto, cada vez es menos necesaria, dado que su principal función la suplen de serie casi todos los escritorios modernos. XFCE, desde hace un par de versiones, hace lo propio.

Si traigo a colación este aspecto, que en principio puede parecer poco importante, es por un motivo: estuve un buen rato dándole vueltas al porqué, cuando yo escogía un directorio conteniendo mis fondos de pantalla preferidos, XFCE volvía por defecto al de los “wallpapers” del sistema. Solución muy sencilla: si cambiáis esta carpeta no debéis olvidar seleccionar uno de los fondos, momento en el cual ya quedará fijada como por arte de magia. Si no lo hacéis, volverá a la carpeta por defecto. De nada.

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Con esta chorrada perdí un buen rato. Cosas que pasan

Todo el software que necesitas

En mi caso, al menos, así es. Lo que no encuentro en los repositorios, está en AUR. Como en Arch, vaya. Esto tiene un problema que, si bien en esta ocasión no se ha dado, mi experiencia me dice que es factible que ocurra: ciertos paquetes de AUR pueden no compilar, por falta de mantenimiento, y dejarnos con el culo al aire en menos que canta un gallo. En estos casos, poco se puede hacer, más que advertir al responsable mediante un mensaje, algo para lo cual es preciso tener una cuenta en el repositorio comunitario de Arch Linux.

Manjaro viene perfectamente equipado con montones de programas, la mayoría de ellos escogidos en consonancia con la ligereza del escritorio XFCE. Firefox, Thunderbird, Libreoffice (estable), Gimp, Guayadeque, Steam… Y a propósito de Steam, veamos qué tal se desempeña en Manjaro.

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Términos y condiciones de Steam, en Manjaro GNU/Linux

Steam en Manjaro con Catalyst

Si buscamos Steam en el menú Whisker que Manjaro trae por defecto, encontramos tres entradas: una con el añadido “Purge Libraries”, destinada a solucionar problemas con openGL que yo no he experimentado. Las otras dos, “Steam Runtime” y “System Libraries”, a priori parecen hacer lo mismo, pero no: con la primera de ellas, que es la que a mí me ha funcionado, se utilizan las librerías por defecto de Steam, – optimizadas para Ubuntu 12.04 – mientras que con la segunda, son las librerías de Manjaro las utilizadas.

Ya os digo que fue la primera con la que pude echar a andar la plataforma de Valve. Antes de hacerlo había corrido el software de “benchmarking” gráfico de Unigine, Valley 1.0, con un resultado sorprendente: 479 puntos, esto es, un 2% más que en la última versión, y ligeramente superior a Ubuntu, que hasta ahora había ostentado el récord en mi sistema.

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La página de biblioteca de Steam en GNU/Linux. En Windows tengo varios juegos más

A pesar de todo esto, no os descubro nada: el rendimiento sigue siendo superior en Windows, al menos para los controladores Catalyst de AMD. Si le añadimos que cada vez que inicias en uno y otro sistema, compartiendo la carpeta de la biblioteca de juegos, Steam se pone a descargar parches, la opción de usar indistintamente el cliente en Windows y GNU/Linux se torna misión imposible. Windows sigue, y me temo que seguirá por mucho tiempo, ganando la partida. Pero, al menos, aquellos que no quieran disponer de una partición con el ahora “gratuito” sistema de Microsoft, tienen la oportunidad de correr Steam en Manjaro, cada vez con mayores valores de FPS.

¿Auriculares Bluetooth? No problem

Ya que fue el artículo sobre el uso de Bluetooth en GNU/Linux el que inspiró esta nueva instalación de Manjaro en mi disco, veamos qué tal fue la experiencia. Todos los módulos y dependencias necesarias vienen instalados y ya activados por defecto, con lo que la sola conexión del adaptador Bluetooth hace aparecer las opciones de configuración en la barra de tareas.

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Soporte Bluetooth “out-of-the-box” en Manjaro

El resto de pasos no tienen tampoco complicación alguna. Emparejamos el dispositivo, que es reconocido también. El módulo de XFCE nos informa, incluso, de la potencia y calidad de la señal recibida.

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Los auriculares son reconocidos

Finalmente, resta abrir el “Control de volumen”, disponible en el menú principal, y seleccionar la fuente de salida deseada, en este caso, los auriculares. “Enjoy the simplicity” es, no en vano, el lema de Manjaro.

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Escogiendo la fuente de salida del audio en Manjaro

KDEConnect en Manjaro XFCE: sí, es posible

Y tanto que lo es. Para ello solo habremos de sacrificar algo de espacio en nuestro disco duro para poder instalar las dependencias varias, todas de KDE, por supuesto, que precisa para funcionar. Pero andar, vaya si anda. El programa se encuentra en los repositorios oficiales de la distribución y, una vez instalado, deberemos realizar algunos pasos adicionales para que todo vaya bien, como explican en este artículo de 2013, referido a Arch Linux.

Básicamente hemos de instalar también los paquetes qt5-tools y kdebase-runtime. Luego, debemos habilitar la ejecución de los servicios de KDE al iniciar sesión, algo que se puede hacer desde el módulo “Sesión e inicio” (valga la redundancia).

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Si no arrancamos los servicios de KDE no funcionará el programa

Por último, será preciso añadir una orden que se ejecute al inicio del sistema, algo que también se realiza en el susodicho módulo, en la pestaña “Autoarranque de aplicaciones”. El lanzador debe incluir la orden siguiente:

qdbus org.kde.kded /kded loadModule kdeconnect

Después de esto podemos, bien reiniciar la sesión, bien introducir dicho comando en una terminal. Y ya tendremos KDEConnect presto para funcionar y solicitar la vinculación con nuestro móvil – recordad que ambos, ordenador y teléfono, deben estar conectados a la misma red wifi.

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Vinculando mi Moto X con Manjaro XFCE

Las notificaciones se integran de forma nativa con el escritorio, como podéis observar en las imágenes de abajo.

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Muestra de las notificaciones de KDEConnect, integradas en XFCE

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El envio de archivos, como el portapapeles bidireccional, también funciona

¿No hay errores?

Por supuesto, siempre falla algo. Justamente me gusta escribir los artículos desde la propia distribución revisada para hacerlo con propiedad, y ello da lugar, en ocasiones, a que los errores aparezcan. Mientras escribía estas líneas, la red se cayó de pronto, como solía ocurrir en Ubuntu antes de los últimos parches. No hubo forma de arreglarlo. Y el problema debió ser tal que, al intentar reiniciar, el equipo se congeló y me obligó a un “hard reset”, esos que tan poco le gustan a cualquiera.

En previsión de que el fallo pudiera venir por la ausencia del controlador para la tarjeta Ethernet (aunque me conecto por wifi, pero puede estar relacionado con la configuración de red), acudí al “Manjaro Settings Manager” del que hablábamos antes largo y tendido, para instalarlo. Desde entonces, no se ha vuelto a repetir el error, aunque insisto en que no estoy seguro de si el problema vino por ahí.

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El controlador de red ya instalado… a ver si el fallo se reproduce o no

Conclusión sencilla: Manjaro es un gran sistema GNU/Linux

No deseo profundizar más, que los tochos son siempre más difíciles de digerir. Se nota en el texto que Manjaro me sigue gustando mucho. Y con razón: me recuerda a mis tiempos – ya lejanos – de “archer“, es un sistema muy rápido y eficiente. ¿Habéis intentado alguna vez que Shotwell indexe una colección de miles de fotos mientras seguís utilizando el equipo normalmente? En Ubuntu, en Debian, en openSUSE… no se puede en ninguna de ellas. ¿Adivináis qué? En Manjaro, sí. El sistema sigue respondiendo con cierta fluidez – no toda, obviamente – a pesar de que está instalado en un disco duro externo, con conexión por USB.

En lo que respecta a estabilidad y posibilidades de ruptura del sistema por tratarse de una distribución “rolling release”, bueno… Manjaro no es Arch. Se actualiza con menos frecuencia que su distro madre, lo cual no es necesariamente malo. Tampoco Arch se rompe con facilidad, ojo, al menos no sin una metedura de pata del usuario de por medio. Pero, ya me entendéis, en Manjaro parece más complicado fastidiar algo y, desde luego, las herramientas para manejo del kernel y los controladores privativos harían más sencillo solucionarlo en el fatídico caso de que así ocurriera.

Espero no dejarme ninguna ventaja más en el tintero. He sido usuario de Manjaro por cortos períodos de tiempo y no la domino completamente, aunque sus semejanzas con Arch me otorgan cierta sapiencia en la materia. Sobre si la recomiendo o no, bueno, como suele ser habitual, esto es cuestión de cada usuario, sus gustos, sus conocimientos y su hardware. Casi nada. Probar Manjaro es gratis, de modo que a quien le pique la curiosidad, tiene muy sencillo rascarse.

Con Manjaro son ocho distribuciones en mi disco duro. Distro hopping puro y duro, del bueno. Gnome, KDE, Cinnamon y XFCE. Ubuntu, Mint, openSUSE, Chakra… Estoy “on fire”, como se dice ahora. Me tienta mucho hacer borrón y cuenta nueva para una elección definitiva, mas los fracasos del pasado lo desaconsejan. ¿Existirá una solución para el distro hopper en modo bucle en que me he convertido con los años? Próximamente en sus pantallas… o eso espero.

Salud

Buscando distro desesperadamente

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Ayer mantuve una pequeña conversación, si es que se le puede llamar así a lo que hacemos por la red social de Google, con Miguel-Anxo Varela. Él es uno de los pocos usuarios fieles a Chakra, junto conmigo y una panda de irreductibles que se cuenta, por desgracia, con los dedos de una mano. Y sobran dedos… Al menos en lo que a la comunidad hispanohablante se refiere. Con los datos en la mano, solo hay que echar una ojeada a la página de la distribución en español, donde aparecemos 13 usuarios como registrados en el foro. Por no mencionar aquel primitivo foro en nuestro idioma, el de Chaman-Linux, creado a la par que su homónimo para Manjaro y que actualmente ya no existe. Las cuentas de Twitter y Google +, así como las comunidades, apenas registran unas pocas entradas al mes, muchas veces ni tan siquiera eso.

Miguel-Anxo me preguntaba por una alternativa. Sí, para él Chakra seguía siendo funcional, pero cada vez menos, hasta el punto de haber sufrido varias caídas en el servidor gráfico (en la rama de pruebas, eso sí). En mi caso la tengo instalada en el portátil, en su versión estable, y la uso muy poco, pero hasta hace unos días mantenía una partición en mi equipo de sobremesa que pretendía que me sacara de un apuro relativo a Steam, del cual hablaremos más adelante. Al igual que Miguel-Anxo, seguir confiando en Chakra fue imposible: problemas con Catalyst, con el escritorio, con programas en CCR… El fallo que reporté hace meses en el monitor del sistema, confirmado por varios usuarios, que sigue ahí, junto con muchos más que no están ni asignados. Demasiados errores para tan pocos desarrolladores.

Le comentaba también que no me atrevía a escribir un artículo sobre la situación de Chakra. Le tengo mucho cariño a este proyecto y me consta que los pocos que siguen trabajando en ella hacen lo que pueden. Chakra no ha muerto, aunque pueda parecerlo por su ranking ochenta y tantos en Distrowatch y la escasa actividad en foros y comunidades. Pero cuatro gatos no hacen una distribución GNU/Linux usable, menos aún si no es su modo de vida y han de dedicarle únicamente sus ratos libres. Tras pensarlo un poco, me decidí por escribir estas líneas, sin centrar el texto en Chakra, pero con la intención de llamar un poco la atención sobre una distribución que pasó por momentos de esplendor, pero a la que las sucesivas bajas de desarrolladores ilustres y muy activos han ido mermando lenta pero inexorablemente. No entraré en el detalle de dar nombres. Los que conocemos a Chakra sabemos de sobra a quiénes me refiero.

El estado de las cosas en mi equipo

La semana pasada sufrí un error mientras jugaba a uno de mis títulos preferidos en Steam, bajo Windows. Uno muy molesto, que impedía ver casi nada de lo que sucedía y no pude solucionar, al parecer relacionado con el controlador Catalyst de AMD. A estas alturas dudo mucho que alguien lo ignore, pero Catalyst es un gran zurullo en GNU/Linux y un mojón grande en Windows. No sé si me explico.

Para un único uso que le daba a la partición con el sistema de Microsoft, me pareció un momento que ni pintado para darle una patada, máxime cuando el juego al que me refiero existe para GNU/Linux y su rendimiento no es malo. Nunca igual, pero al menos es jugable al cien por cien. Y, además, o sobre todo por eso, el error que se producía en Windows no estaba ni está presente bajo GNU/Linux. La ocasión la pintan calva.

Mis discos duros, de puro “distro hopper” loco de remate, eran ya un galimatías irresoluble. Decidí tirar por la calle de en medio, harto de incongruencias en la sincronización con mis cuentas en la nube, fruto de iniciar cada día, prácticamente, en un sistema distinto. Dejé a un lado el disco duro externo y me dispuse a escoger una única distribución – ¿cuántas veces lo he intentado ya? – tratando de simplificar un poco el uso del equipo. En el proceso de selección de dicho sistema debía tener un peso importante la fluidez de los juegos en Steam, lógicamente.

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Menudo enredo de particiones que tengo en el disco duro externo

Tirando de memoria, con toda mi experiencia anterior en este asunto, solo me venían a la cabeza dos distribuciones en las que Steam me había funcionado medianamente bien: Ubuntu y Chakra. En el resto de las que he disfrutado, el rendimiento siempre fue un punto por debajo de estas dos. En mi hardware esto es así, en el de cada cual puede ser una historia muy diferente, y de hecho, casi seguro lo será. Pero yo he venido aquí a hablar de mi libro

Chakra no está, Chakra se fue

Conociendo el estado de Chakra y de Plasma 5 – que ésa es otra, por cierto – tuve muy claro desde un principio que iba a tener que optar por Ubuntu. Pero, qué diantre, había que intentarlo. Entré en mi partición de Chakra previa a la limpieza general que planeaba para ver si era posible utilizarla para mis fines y me encontré con lo anteriormente mencionado: Catalyst está roto y los juegos no inician. La única alternativa pasaba por quedarse con los controladores libres a la espera de que el equipo de desarrolladores pudiera “meterle mano” a la cuestión. Éstos, desbordados desde hace meses, centran toda su atención en sacar una nueva imagen de la distribución que incorpore Plasma 5, y en ello están, por lo que el resto de cuestiones pasan a un segundo plano, sin visos de que la cosa cambie a mejor en un futuro próximo.

Es una pena, sobre todo porque de las dos distribuciones, los juegos en Chakra siempre me anduvieron mejor que bajo Ubuntu. Pero lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Cada vez que retomo el contacto más directo con mi distribución favorita me vuelvo a hacer las mismas preguntas, con especial énfasis en una: ¿qué ha hecho Chakra mal para haber caído en número de usuarios y desarrolladores, hasta hacer que su relevancia en el panorama actual sea casi nula, cuando hace unos años despuntaba sobre otras distribuciones? Tal vez se ciñó demasiado pronto a los 64 bits, algo que openSUSE ha tardado más de tres años en hacer, por poner un ejemplo. Claro que los recursos de una y otra comunidad no son, ni de lejos, los mismos. O, a lo peor, su apuesta por KDE en exclusiva le resta demasiado, toda vez que hay voces contrarias al rumbo de la “suite” de software y aprecio un repunte de usuarios de Gnome en mi día a día por Google + y Twitter. El abandono de los “bundles” GTK, algo que fue un acierto para mí, también levantó ampollas en una parte de los usuarios.

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Añoro los buenos tiempos de Chakra, esta captura tiene apenas año y medio

Mi opinión es que la suma de estas pequeñas cosas, más la huida de desarrolladores clave, han ido colocando clavos en el ataúd hasta llevarnos a la situación actual. Lo que le faltaba a Chakra era el embrollo de Plasma 5 coexistiendo con KDE 4 para acabar de sepultar a la distribución, llevando a los desarrolladores a tener que escoger entre mantener la versión estable y centrar todos sus recursos en el lanzamiento de una “iso” antes de que el público “linuxero” se olvide de que este sistema, otrora excelente, existe.

Conviene aclarar que solo estoy llamando la atención sobre algo que ocurre. No puedo criticar a los desarrolladores, porque hacen más de lo que pueden con los recursos de los que disponen. Ojalá tuviese capacidad para ayudarles, aunque un par de manos más tampoco iban a suponer gran diferencia. Espero no ofender a nadie con estas líneas, porque mi pena por la deriva de la distro es sincera y siempre será mi proyecto comunitario favorito. No importa cuántas particiones pueda tener, que en alguna, invariablemente, residirá Chakra GNU/Linux, esté como esté.

Un último intento “archer”: Arch con Mate

Soy consciente de mi escasa inteligencia. Lo manifiesto así, sin tapujos. Una persona con entendederas no puede tropezar cien veces con la misma piedra como suelo hacer yo. Todavía no me ha entrado en la cabeza que ya no tengo la paciencia que solía gastar antes, que el tiempo pasa para todos y hay asuntos en los que lo hace sin vuelta atrás posible. Pues nada, basta una firme convicción – igual no es ni realista – sobre la posible ganancia de unos pocos “FPS” en los juegos si partimos de una distribución montada poco a poco, con lo justo para ir tirando. Ya tenía mi excusa para volver a instalar Arch. Había leído no hace mucho una comparativa sobre la carga de memoria de los distintos escritorios donde Mate aparecía, de entre las opciones que yo considero soportables, como el más liviano actualmente.

Instalar Arch “a pelo” sigue teniendo cierto encanto, que me trae recuerdos de mis tardes de escaqueo en el Centro de Cálculo de la Facultad, con su consola “tty” y su Unix sistema V. Tal vez por eso, si aplicamos cierta lógica freudiana, caigo en sus redes una vez tras otra. Pero claro, esto tiene un límite, digamos de horas, tras las cuales ya no resulta tan divertido arreglar los desaguisados que provoco por no leer pacientemente la reina de las “wikis“. Quizás fue la configuración energética – que no hice porque estaba ya hasta el gorro de leer, básicamente – lo que diera al traste con la experiencia, con un par de cuelgues de Mate, de esos que no se arreglan más que con un “hard reset”.

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Una de las últimas veces que tuve Arch instalado, en aquella ocasión con KDE

O puede que fuesen los Catalyst, una vez más. Lo cierto es que estos controladores maravillosos también están un poco rotos en Arch, y me explico: no es posible tener el último kernel más el último controlador, habiéndose de optar por un kernel LTS, o por los controladores libres. Menudo follón que hay montado con Catalyst en GNU/Linux, qué cosa más cansina. Yo elegí el kernel LTS y los juegos, en efecto, iban tan fluidos como esperaba… pero el resto del escritorio tenía agujeros – insisto, provocados por mi dejadez – que me daba una pereza tremenda solucionar. Pero fue un gran placer volver a ver a mis viejos amigos, AUR y packer, con esa sencillez tremenda para instalar programas y resolver dependencias. No se puede tener todo, esa frase tan simple y tan compleja a la vez, que en GNU/Linux encuentra su aplicación más evidente.

Otras posibles opciones y los motivos para descartarlas

Esta es, con total seguridad, la parte más difícil de escribir en este artículo. Porque las razones son muy personales, en algunos casos, o de índole técnica en otros, pero no dejan de ser una forma de no hacer aprecio al trabajo desinteresado de muchas personas. A sabiendas, lo voy a exponer: el principal problema que encuentro en el resto de distribuciones soy yo. No me acostumbro a ningún escritorio moderno que no sea Unity o el KDE de Chakra. Canonical me ha ganado para su causa, aunque a muchos les cueste entenderlo, con su interfaz de elección por defecto. Me gusta Unity y disfruto usando este entorno de escritorio.

Probé a instalar Manjaro con KDE, porque XFCE nunca me terminó de gustar, y fue un desastre tal que no era capaz ni de levantar la interfaz de red para conectarme a Internet. Plasma 5 es un escritorio non grato para mí, al menos de momento. Tenía la esperanza de que la versión que sacara Chakra de esta nueva implementación de KDE acabara con mis reticencias, pero de momento lo estoy empezando a dudar y mucho.

También podría haberme quedado con Debian y KDE, ya que como vaticinaba con muy buen ojo Tesla en sus comentarios, no pude aguantar a Gnome 3. Aunque instalé KDE, la experiencia distaba mucho de aquella a la cual Chakra me había acostumbrado, y no tuve paciencia para tratar de configurarlo a mi gusto.

Otra opción era openSUSE con KDE, del cual disfruté durante el verano. Es otra distribución que me encanta, pero la liviandad no es su principal cualidad, algo que la penaliza de forma definitiva cuando se trata de usar Steam a la búsqueda de esos preciados recursos. En el resto de cuestiones, en especial las relativas a la comunidad, es de mis preferidas. De hecho, aunque he instalado Ubuntu porque tengo que trabajar y es lo más rápido, sigo albergando dudas sobre si la distribución de Geeko no supondría una mejor elección. Veremos qué hacer cuando salga su nueva versión, por si son los chicos de openSUSE los primeros que logran un Plasma 5 con el que me encuentre cómodo.

Mi centrocampista todoterreno marcando el gol de la victoria

openSUSE KDE: la opción más cercana a Chakra, por rendimiento y gusto personal

Podría contemplar incluso más distribuciones. No obstante, a poco que se piense, mi problema está en los escritorios de elección. Solamente disfruto con Unity y un KDE tuneado “a lo Chakra”. Llamadme raro, o “especialito” como decimos aquí abajo.

“Ubuntiza” como puedas

Y aquí estamos otra vez, con Ubuntu 14.04 Trusty Tahr, donde todo es sencillo de instalar y Steam funciona mejor en mi equipo. Sin dramas con Catalyst y un escritorio que me permite ser más productivo. Es cierto que no es el más bonito, pero se puede arreglar un poco, con un tema de iconos más moderno y tal. Siempre me he preguntado por qué Ubuntu levanta tantas críticas y hay usuarios en GNU/Linux que no lo pueden ni ver, cuando resulta un sistema tremendamente asequible. Supongo que muchos de ellos instalan las versiones que salen entre cada LTS, como la que está próxima a ver la luz, en ocasiones mal acabadas y con errores groseros.

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Mi Ubuntu 14.04 actual, con un tema de iconos algo más moderno

Aparte de maquear un poquito el aspecto de serie de esta Ubuntu, he instalado Windows 10 en una máquina virtual, por si alguna administración pública me obliga a trabajar bajo dicho sistema para hacer algún trámite. Para todo lo demás, la distro de Canonical. Los juegos a los que todavía dedico algo de tiempo tienen su versión para GNU/Linux, con la contrapartida de tener que reducir la resolución en alguno de ellos o esperar un rato más a que cargue en otros. Si bien gráficamente hay diferencias, el rendimiento en todo lo demás es mucho mejor. El disco duro interno, pues, se ha quedado con un único inquilino y por fin he podido prescindir del NTFS, que últimamente me iba a pedales en cualquier distribución, fruto de la fragmentación, intuyo, o puede que por culpa del pésimo controlador.

Tras aguantar otro tocho del “loco del distro hopping”, os lanzo unas preguntas: ¿qué hubiérais hecho en mi lugar de querer instalar una única distribución con la que trabajar y jugar decentemente? (recordad que sufro una GPU de AMD). ¿Creéis que openSUSE sería una mejor solución? Y si sois todavía usuarios de Chakra: ¿estáis de acuerdo en lo expuesto sobre la situación de la distribución? Si es así, ¿qué solución le veis al tema?

Salud

PD: imagen de cabecera, cortesía de Shutterstock.

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